Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El pasado 6 de abril, y desde San José 60, entre Mango y Princesa, municipio capitalino Diez de Octubre, Yaismary Jaular Ávalo denunció aquí la contaminación de nicotina en su barrio.

Señalaba que tras mudarse hacia la Zona Especial de Desarrollo del Mariel la compañía de cigarrillos Brascuba S.A. que radicaba en Reyes, entre Calzada de Luyanó y Mangos, trasladó hacia allí la productora homóloga Rolando Pérez Quintosa.

Y desde la llegada de la sustituta al barrio, añadía, el alto ruido de las máquinas, el escándalo de sus trabajadores con gritos y algarabías a cualquier hora, y la gran contaminación del polvo de la picadura han hecho de la vida allí una verdadera odisea.

Refería que a los reclamos de los vecinos ha habido solo oídos sordos por parte de la administración de la productora de cigarros Rolando Pérez Quintosa.

«La calle San José, entre Princesa y Mango, decía, permanece infectada del ruido y el polvo constante de la picadura, o el polvo de la nicotina. Hay que vivirlo para contarlo… Y las casas se llenan de la indeseada nicotina: muebles, pisos, tragantes de agua…Por doquier se esparce».

Al respecto, responde José Liván Font Bravo, presidente de Tabacuba, quien aclara que la entidad
traladada hacia allí es la Empresa Segundo Quincosa. Y añade que,  atendiendo a lo publicado aquí, se  desarrollaron acciones, como visita a la entidad, entrevistas con los vecinos y revisión de las normas legales relacionadas con el tema.

Y se concluyó, agrega, que es válida cualquier inquietud sobre cuestiones ambientales que perjudican a la comunidad, lo que se reafirma como un punto fundamental en la política nacional que se aplica a todas las empresas, respaldada por el Decreto Ley 81 de 1997, Ley de Medio Ambiente.

Se comprobó, afirma, «que alrededor de la fábrica, en dos cuadras, hay viviendas; y la afirmación de que las máquinas emiten nicotina al aire y el impacto negativo en la salud de los habitantes de la zona, carece de evidencia científica, teniendo en cuenta que la nicotina en el tabaco se encuentra en forma de sales o compuestos complejos, y solo es liberada a partir del humo durante la combustión del producto». 

Precisa que «el pasado 12 de mayo se visitó la vivienda de Yaismary, donde se determinó que el área afectada colinda con el taller secundario de la instalación, que en su techo tiene los sistemas de en-
friamiento y los extractores del polvo producido en el proceso secundario, que se refiere a la elaboración y empaquetado de cigarrillos.

«La principal fuente de contaminación, agrega,  proviene del proceso primario, que se desarrolla dentro de la fábrica, donde se comprobó que existe polvo, ruidos y un intenso olor a tabaco, producto del método de humectación y secado de la hebra. En el proceso secundario, el ruido es más notable y la liberación de polvo al aire es menos significativa». 

Plantea el Presidente de Tabacuba que a partir de la visita a la empresa se adoptaron medidas que permitan reducir la cantidad de polvo en el interior y exterior de la fábrica y garantizan las mejoras en la extracción del polvo, tanto de los sistemas glaciales como del interior del área primaria.  Y señala que una parte de ese polvo se comercializa a las empresas de Gelma (Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura); y otra parte se  se elimina automáticamente por medio de un aspirol, mediante contrato con Servicios Comunales. 

«Al mismo tiempo, indica, se realizan acciones de limpieza sistemática en los glaciales para eliminar la acumulación de polvo; y otras medidas para evitar escándalos y gritos de trabajadores». Y concluye dando «razón en parte» a la queja de la vecina.  

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