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Una vez más, el escándalo y otras indisciplinas

 

Menos mal que son tenaces los fieles prosélitos de esta columna. Persisten y reaparecen una y otra vez con su problema a cuestas. No se dejan vencer, como Raidel San Martín Lozano, el padre de un niño autista que hace ya mucho sufre los excesos sonoros, desparpajos y otras indisciplinas en torno a su hogar, en Avenida Independencia Este (Corral Falso), No. 402, entre Pasaje Hernández y Lobatón, La Hata, municipio habanero de Guanabacoa.

La triste historia irrumpió aquí el 18 de abril de 2023: Raidel denunció violaciones sonoras y escándalos en el cercano centro cultural La Padova, en carta suscrita por vecinos. Decía que hablaron con la delegada del Poder Popular, y se quejaron ante la directora de La Padova.

Llamadas telefónicas a la Policía, que iba allí, llamaba la atención, y al otro día todo igual. Quejas a la Policía y al Partido municipal. Cartas al Partido municipal y provincial, a la Asamblea Nacional del Poder Popular y a los ministerios de Justicia y Cultura.

Los excesos llevaban más de un año. La Padova abrió en un local una discoteca sin la debida insonorización. Y los negocios privados alrededor vendían bebidas alcohólicas las 24 horas, con la concurrencia de autos y motos que agobiaban a los vecinos con música y ruidos. Y nadie respondió.

El 4 de julio volvió aquí Raidel. Contó que tras lo publicado, lo visitaron funcionarios municipales. Y tras investigación, el Consejo de la Administración Municipal acordó medidas que trajeron algo de paz: reducir el tiempo de servicio de esos centros, no contaminar el ambiente sonoro, sobre todo de noche; y controlar el consumo de alcohol.

Y recordaba que la Intendente le dijo que había sido injusto en quejarse tanto, pues hay otros sitios en Guanabacoa abiertos las 24 horas. Y que no creía que ello afectara su intimidad. «Todo se intenta convertir en letra muerta», concluyó la carta, que tampoco tuvo respuesta aquí.

El 6 de agosto, volvió Raidel: continuaban las violaciones, tras mes y medio de cierta tregua. Autos y motos de nuevo, consumo de alcohol en plena vía y música en exceso.

Y el 20 de octubre de 2023, tras más de seis meses de publicada la primera queja, respondieron aquí Yosleidy de León Arriera y Dayamí Tamayo Carbonell, intendente y viceintendente, respectivamente, que el 20 de abril la viceintendente visitó a Raidel, quien le reiteró la queja de marras.

Ese mismo día hubo encuentro con siete propietarios de cafeterías, a quienes se les recordó el horario convenido de 12 horas, el nivel de decibeles de la música y la disciplina requerida. Y La Padova quedó cerrada para crearle las condiciones necesarias.

Días después, ante queja de Raidel por la cafetería El Gustazo, pues los asiduos ponían la música muy alta aunque la unidad no tenía equipo sonoro, se citó al propietario ante la Intendente, la Viceintendente y la Directora de Inspección Municipal, y se le precisó que su unidad no debe exceder las 12 horas abierta.

El 4 de mayo, en inspección de Finanzas y Precios e Inspección Municipal a la unidad Nonna Vana, se constató que la música tenía volumen adecuado, con un ambiente sano y tranquilo. Y el 9 de mayo, añadían, se hicieron encuestas en la comunidad, que arrojaron de manera general satisfacción de adultos y menores.

Concluida la investigación, le notificaron los resultados, y se dio el caso con razón y solucionado. Él estuvo conforme y expresó su gratitud. Después mantuvo la comunicación con la Intendente, y agradeció la disciplina y tranquilidad allí.

El 9 de agosto un equipo multidisciplinario visitó a Raidel, quien alegó que lo de La Padova se resolvió, y le preocupaban solo los vehículos que se detenían allí con música alta. No obstante, continuaba el patrullaje en el área y el control por parte de los inspectores municipales.

Este redactor añadía: «No puede quitárseles el pie arriba a problemas tan sensibles que se acumulan por la impunidad. ¿Cuántas veces perseveró Raidel…? Si hay un héroe en esta batalla contra la impunidad es él… Espero que las autoridades en Guanabacoa sigan de cerca el asunto en un tema tan frágil y movedizo, que complica la existencia y la paz a las personas, y especialmente a un niño autista».

Pero este 15 de agosto «resucitó» Raidel y denunció que La Padova volvió a abrir y a generar las mismas violaciones: «Es inadmisible la indolencia que una y otra vez están mostrando las autoridades que han permitido que ese centro reinicie sus funciones promoviendo las mismas actividades que a lo largo de estos años han provocado los mismos efectos: indisciplina social, consumo de alcohol y otras sustancias, escándalos y agresiones. Una vez más, desde el derecho que nos otorgan las leyes, volvemos a exigir al Gobierno que haga valer su autoridad y se respete el derecho de mi pequeño a una vida de paz y a una óptima salud», concluye.

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