La tecla del duende
El tren detiene su andar y, de inmediato, desciendo a tierra espirituana. Estoy en Guayos, un poblado de parrandas, de grandes amigos y con un bar-café que actualmente promueve sus ofertas al mundo entero a través de internet.
Hablar de Guayos es remitirse a identidad, a figuras como Tomás Álvarez de los Ríos o Fayad Jamís. Pero a quien primero conocí proveniente de ese poblado fue a la periodista Yanela Pérez. Luego se sumó, desde el «karate literario», Alejandro Martínez Sánchez. Estoy seguro de que hay lectores allí de nuestra columna que ansiarían encontrarse en tertulia. Y quizá ese sueño lo hubiera tenido mi buena amiga Teresa Toyos, desaparecida físicamente hace un año. A la Toyos le debo un recorrido por los ocho municipios espirituanos. No esperaré un aniversario cerrado. Será y se hará cuando se pueda.
Mientras tanto, visito virtualmente a los guayenses. Bajando el elevado, salgo a buscar Paredes, Casilda, Mapos, Jarahueca, Mayajigua… Y sigo a Arroyo Blanco, a Sopimpa, La Rana… La imaginación no requiere de secuencias lógicas, por eso avanzo y retrocedo por la geografía espirituana, según se mire. Por esos lares nos veremos. Aunque parezca un relato de ciencia ficción. De momento.
La tertulia holguinera se efectuó el sábado 25 de noviembre, con motivo del séptimo aniversario de la desaparición física del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana. Esta fecha, proclamada internacionalmente como Día de la No Violencia contra la Mujer, agrupó a más de 30 personas, en actividad que inició con el himno, palabras de Fidel y el tema musical compuesto para nuestro líder histórico por Raúl Torres en noviembre de 2016.
Estuvieron como invitados los compañeros de la CTC Provincial, quienes presentaron el proyecto Ruta 96. Para esta ocasión, el grupo que coordina Sonia Gómez realizó la producción de la actividad. Ya están preparando el festejo por el fin de año, para proyectar otro exitoso curso de expediciones.
Lo mejor / que puedes hacer es convencerte de que la poesía / te completa, / (…) escribir que una tarde recorriste / la bella ciudad empedrada / para encontrar lo que no podía ser el amor / sino el poco de sueño / que recuerda un gran sueño. Fayad Jamís
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