Una foto, una historia
Créalo, porque esto sí es cierto y es casi el colmo de la egolatría y de las malas prácticas presidenciales: Donald Trump ha presentado una nueva línea de perfumes y colonias comercializadas como «Fragancias Trump», que incluyen una edición limitada cuyo envase es una estatua dorada de él mismo; y ya salió a la venta.
«Las Fragancias Trump ya están aquí», escribió en su plataforma Truth Social el lunes y «Se llaman Victoria 45-47, porque se centran en la victoria, la fuerza y el éxito, tanto para hombres como para mujeres. Consigue un frasco y no olvides regalar uno también a tus seres queridos».
Lo de victoria 45-47 alude a sus dos inquilinatos en la Casa Blanca. Victory 47 se vende a 249 dólares por frasco de cien mililitros con la opción de ahorrar cien dólares si compra dos. En esa línea de la perfumería Trump está «Fight, Fight, Fight» para hombre y mujer, a la venta por 199 billetes verdes y con una imagen dorada de Trump tras el supuesto intento de asesinato el año pasado, cuando pronunció la frase en cuestión.
Ya anda oliendo a Trump su fanaticada, mientras crecen las críticas de quienes consideran que va contra la ética de un Presidente en funciones. Pero una cosa es cierta, con tantas leyes federales y estatales que no permiten a miembros del Congreso, del poder judicial y gobernadores controlar, directa o indirectamente, empresas privadas con fines de lucro mientras están en el cargo, resulta que ninguna se lo prohíbe o regula a quien ocupe el poltrón de la mansión ejecutiva.
Y en este caso, Trump ya ha hecho más de un negocio bajo ese amparo, citemos solo la buena tajada que se agenció con la cena de la cripto Trump que costó en promedio más de un millón de dólares por asiento y en total, fueron 220 ganadores que gastaron 394 millones de dólares en la criptomoneda Trump Oficial, lanzada como un token meme.
World Liberty Financial recaudó más de 500 millones de dólares y la familia del presidente Donald Trump tomó el control de la empresa de criptomonedas y se quedó con la mayor parte de esos fondos, decía una información de Reuters en marzo.
Además de la perfumería —que al decir de alguien que comentó en la página de venta «…es carísimo. Huele como algo que podrías conseguir en Ross por 26 dólares»—, la marca Trump incluye relojes, zapatillas deportivas, libros, NFT (una tecnología de las criptomonedas, que funcionan mediante una red de ordenadores descentralizada, que a una inexperta como yo le suena a puro fraude) y claro, la criptomoneda.
Por cierto, el incontenible personaje, este miércoles, les dijo a los periodistas que lo acompañaban en el avión presidencial cuál era a su entender el ranking de los presidentes estadounidenses: Barack Obama fue «terrible»; Joseph Biden «el peor presidente» en la historia de Estados Unidos y «el presidente [George W.] Bush no debería haber ido a Oriente Medio y haberlo hecho estallar, así que tampoco le doy una buena nota»… «Le doy a Trump una nota muy alta», concluyó.
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