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Investigaciones realizadas demuestran que los seres humanos pueden recibir grandes beneficios de los animales en términos de salud. Las terapias con diversas especies, entre ellas las aves, han ayudado en el tratamiento de múltiples enfermedades, sobre todo psicológicas.
Por ejemplo, los niños aprenden a brindar mayor atención, a potenciar su sentido de la responsabilidad, e incluso aumentan su autoestima al ver que se deposita en ellos suficiente confianza para ocuparse de los cuidados de un animal.
En casos de retardo del lenguaje, el intercambio con estas especies favorece el desarrollo de la comunicación no verbal.
La terapia asistida con animales se caracteriza por el empleo de sensaciones y emociones como la alegría, el asombro y sobre todo un pleno contacto con lo que nos ofrece la Naturaleza.
Una emoción muy positiva y también curativa que se experimenta en contacto con los animales es la «biophilia» traducido como el amor a la vida, al sentirse parte integral de ella, aseguran varios especialistas.
En los niños discapacitados, adolescentes problemáticos y ancianos, estos tratamientos pueden ayudarlos a mejorar sin correr el riesgo de presentar luego efectos secundarios.
La terapia asistida con animales también resulta beneficiosa cuando complementa la rehabilitación de enfermedades, como disfunciones infantiles (el autismo, el síndrome de Down, parálisis cerebral), o la timidez patológica, el mutismo, depresiones y procesos de duelo. Según estudios, el contacto con el medio natural y ciertas aves cantoras pueden ayudar a la interacción y reacción positiva del paciente.
En varias personas mayores que sufren problemas de dependencia física y psíquica, la compañía de estos «pequeños amigos» representa un tratamiento a su soledad y una fuente de nuevas emociones e intercambio con el mundo exterior.
