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Villavicencio 25 años después

Compañeros de las FAR y la Unión de Jóvenes Comunistas reconocieron este viernes al eterno joven Orlando Cardoso Villavicencio, ex prisionero de guerra y coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, por «su gallardía y labor en la formación de nuevas generaciones»

Autor:

Sonia Regla Pérez Sosa

Es un buen artillero, agricultor, asesor de empresas, Héroe de la República de Cuba, escritor, excelente comunicador, gusta de compartir sus experiencias y ayudar a quien lo necesite… En buen cubano, Orlando Cardoso Villavicencio es un abre caminos.

Ex prisionero de guerra y coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), vive apegado a los principios revolucionarios en que se formó su generación, los mismos a los que se aferró durante su estancia de «diez años, siete meses y un día» en una cárcel de Somalia.

Así lo constatamos este 23 de agosto cuando él recordaba aquellos días difíciles, a la vuelta de 25 años de la excarcelación.

Sus análisis teóricos, entre sonrisas y reflexiones, ímpetus y delicadezas, pueden enamorar a un auditorio y hacerlo perder la noción del tiempo.

Autor de Reto a la soledad, el libro más leído en Cuba en 2005 y 2006, según estudios de las bibliotecas públicas nacionales, el coronel Villavicencio evoca el pasado mirando al futuro.

Por ello este viernes, mientras recordaba cómo sintió la realidad después de más de una década relegado, fue sorprendido por compañeros de las FAR y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), quienes le reconocieron a este eterno joven «su gallardía y labor en la formación de nuevas generaciones».

Escuchar, investigar y encontrar nuevas maneras de decir y hacer han sido una constante para superar sus angustias. Estudiando y alentando, enseñando y aprendiendo, trata de recuperar el tiempo transcurrido fuera de su Patria.

Oírlo contar pasajes de aquel encierro y de las muchas cosas que hoy lo ocupan, es siempre un privilegio y una enseñanza.

El encuentro con él tuvo lugar casi a la misma hora en que hace 25 años le dieron la libertad. Feliz coincidencia histórica. Entonces vino el recuento de lo acontecido tras la apertura de las rejas, los viajes por África, las incertidumbres del joven artillero. Como buen camagüeyano, se empeñó en regalar su tiempo. El tiempo útil de ese ser humano que no por ser héroe deja de crecer, soñar y luchar por el futuro.

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