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El Guerrillero del tiempo y el pintor eterno

Las jornadas de arte en que Guayasamín pintó y Fidel, su amigo, posó, fueron recordadas en el mismo sitio de los encuentros de estos dos grandes

Autor:

Alina Perera Robbio

«Al final, observaba lo que salía de todo aquello. No era yo. Era lo que él deseaba que fuera, tal como quería verme: una mezcla de Quijote con rasgos de personajes famosos de las guerras independentistas de Bolívar». Con esas palabras, casi cuatro décadas después, Fidel evocaría la noche del 6 de mayo de 1961, cuando posó por primera vez para el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.

Tres veces más, y en otros momentos de la vida del líder histórico de la Revolución cubana, el excepcional pintor tomó los pinceles para estampar la imagen de su amigo. Nadie más en la historia logró ese privilegio con el gran luchador cubano. La maravilla del primer encuentro, 55 años después, se celebró en la tarde de este viernes en el mismo lugar donde Fidel posó y Guayasamín pintó: el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), en La Habana.

Los recuerdos de Fidel sobre aquella primera jornada de arte, cuyos detalles fueron recordados en la velada, volvieron con la misma pasión del momento original: «Por primera vez —ha expresado el Comandante en Jefe— me vi sometido a la torturante tarea. Tenía que estar de pie y quieto, tal como me indicaban. No sabía si duraría una hora o un siglo. Nunca vi a alguien moverse a tal velocidad, mezclar pinturas que venían en tubos de aluminio como pasta de dientes, revolver, añadir líquidos, mirar persistente con ojos de águila, dar brochazos a diestra y siniestra sobre un lienzo en lo que dura un relámpago, y volver sus ojos sobre el asombrado objeto viviente de su febril actividad, respirando fuerte como un atleta sobre la pista en una carrera de velocidad».

De ahí nació una creación —el destino de la original se desconoce— que muestra a un guerrillero joven, ataviado con un cuello de uniforme verde, de cejas pobladas, nariz recta, y una impronta muy atractiva en la expresión del rostro.

La génesis de esta bella historia, y así se recordó en el ICAP, se remonta a la indignación sentida por Guayasamín en las horas de la invasión yanqui a Cuba por Playa Girón, suceso que lo hizo personarse en la embajada de la Isla en Quito para expresar su solidaridad y manifestar el deseo de hacer un retrato a Fidel.

Gracias al periodista Pedro Martínez Pírez, vicepresidente de Radio Habana Cuba, colaborador incansable del ICAP y amigo del gran pintor ecuatoriano, pudo escucharse la voz del artista describiendo su primer viaje a Cuba y su primer retrato hecho a un hombre con el cual construiría una amistad cristalina y eterna.

Un sentido mensaje de solidaridad con el pueblo ecuatoriano y una emotiva remembranza de la amistad entre el pintor y el líder compartió Roberto César Hamilton, director de América Latina y el Caribe del ICAP. Como un profeta que dibujó la unión entre los pueblos de la Isla y Ecuador, describió a Guayasamín el Excelentísimo Señor Fabián Solano Moreno, embajador de la República del Ecuador en Cuba.

El encuentro contó, además, con la presencia de Kenia Serrano Puig, presidenta del ICAP; Fernando González Llort, Héroe de la República de Cuba y vicepresidente de ese Instituto, y representantes de las dos naciones hermanas.

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