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Encabeza Raúl reverencia cubana al Gran Octubre. Autor: Estudios Revolución Publicado: 07/11/2017 | 11:11 pm
NADIE duda que los cubanos sentimos como nuestra la Revolución de Octubre: ayer, mientras en la Plaza Roja de Moscú hubo un desfile de 5 000 personas, solo en nuestro teatro Karl Marx 4 500 compatriotas, encabezados por Raúl, aplaudieron el acto político cultural por el centenario de ese proceso estremecedor.
Junto a nuestro presidente, junto a una nutrida representación de las más altas direcciones partidistas, estatales y gubernamentales y miembros del amplio tejido de organizaciones de todo tipo que sostienen en esta Isla la postura humanista del socialismo, estaban más allá del teatro habanero otros tantos cubanos pegados a la televisión porque ese proceso ruso es también aquí un asunto nacional.
Vivo en aquel teatro y vivo en nuestras vidas, Fidel resumió en una frase, desde un audiovisual, la más rotunda verdad de la URSS nacida de aquel Octubre: «ningún país hizo más en menos tiempo». A seguidas, le escuchamos un llamado de Lenin: «¡Audacia, más audacia, siempre audacia!». ¿Qué otra cosa definiría mejor a las revoluciones?
Ante parte del cuerpo diplomático acreditado en el país, y en particular del embajador de la Federación Rusa, Mikhail Kamynin, el segundo secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, repasó en las palabras centrales el acontecimiento, «uno de los más trascendentales del siglo XX», y analizó la tendencia a menospreciar su importancia y a disminuir y hasta desconocer el papel de su eminente conductor.
Cien años después, es imposible negar la enorme contribución y el legado de la Revolución Bolchevique, que abrió el paso a otras como la China, la vietnamita y la cubana, afirmó Machado Ventura antes de acotar que Lenin veía la rusa solo como el prólogo o un peldaño de la revolución mundial.
Cuánto inspiró Octubre al proceso de descolonización, cuánto significó para la estructuración del sistema socialista, cuánto ayudó a la correlación de fuerzas y a entender que había alternativa al capitalismo y era posible abolir la explotación, fueron otros aportes bolcheviques destacados por el también vicepresidente cubano.
Jóvenes estudiantes de la Escuela Nacional de Arte, en el conmovedor ballet Avanzada. Foto: Laura Borges
La gala, preludiada por los himnos nacionales de Cuba y de la Unión Soviética, mostró valiosas piezas de cine, música y danza de una y otra patria. Escuchar al maestro Frank Fernández, al actor Julio César Ramírez y al solista Daniel Ruiz y ver a jóvenes estudiantes de danza de la Escuela Nacional de Arte, respaldados por la Orquesta Sinfónica Nacional, permitió articular semejante banda sonora con pasajes de una gesta que todavía conmueve e inspira al que tenga un pueblo que querer.
