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Aurora: La historia de la niña uruguaya que se rehabilitará en Cuba

Aurora Sosa padece una rara enfermedad que ha dificultado su desarrollo motor. Hace unos días llegó con su madre a Cuba para un proceso de rehabilitación en el Centro Internacional de Restauración Neurológica

Autor:

Yoerky Sánchez Cuéllar

No conocía la historia de Aurora hasta que un tuit del presidente Díaz–Canel me llevó a indagar sobre ella. «Bienvenida, Aurora. Estás en buenas manos, nuestros médicos sabrán cuidarte mucho. Sigue contándonos cómo te va, ya queremos verte en la rehabilitación. ¡Un abrazo!», escribió el mandatario cubano.

Leo entonces que esta niña uruguaya, de seis años, padece una rara enfermedad que ha dificultado su desarrollo. A los cuatro o cincos meses de nacida empezó con un leve retraso motor, le costaba sentarse, sostener la cabeza… Luego su situación comenzó a agravarse y a los dos años fue operada de un quiste aracnoido medular que le comprimía la médula. Desde entonces ella, su familia y los médicos buscan un diagnóstico más preciso para conocer su enfermedad y posibilitar una mejor calidad de vida.

Desde hace apenas unos días, Aurora Sosa cumple un periodo de cuarentena en el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), para luego ser atendida en esta prestigiosa institución, donde según su madre, Cecilia Nazzari, «el equipo médico tiene todas sus expectativas puestas en que Aurora vuelva caminando a Uruguay. Para lograr eso habrá que hacer una rehabilitación intensa, pero según ellos, es una meta alcanzable. Todo lo mejor está por venir».

Cuenta la madre que en el CIREN todos están al pendiente de lo que necesitan, «desde comprar una línea telefónica para poder comunicarnos hasta darle juegos a Aurora para que se entretenga. No caben dudas, Cuba es amor y solidaridad», asegura, confiada de haber encontrado «el lugar en el cual Aurora tiene todos los chances de poder mejorar».

Madre e hija felices de estar en Cuba. Foto tomada de la cuenta de Twitter @naranjaveloz

Antes de partir de suelo uruguayo, le explicó a la niña lo que es el bloqueo y le habló sobre la resolución presentada ese mismo día en Naciones Unidas. Una manera que encontró para mostrar su apoyo a la causa cubana contra esta política genocida fue traer, junto al equipaje personal, 10 kilogramos de jeringuillas y cinco kilogramos de medicamentos para donarlos a nuestro pueblo.

En sus manos La Edad de Oro

¿Y los perros ladrarán en cubano?, pregunta Aurora desde su inocencia, antes de salir de su casa uruguaya, donde vive con su madre y abuela. Según un reportaje de Sputnik, el periplo en busca de una solución incluyó centros de salud públicos y privados de Uruguay, la Fundación Teletón y hasta el Hospital Garraham de Buenos Aires.

Aunque la pequeña alcanzó progresos en su desarrollo motriz, su cuadro requería una atención especializada, por lo que al conocer la familia por un cirujano amigo que Cuba contaba con centros de referencia mundial, encontraron el CIREN y establecieron contactos con la institución, que le abrió inmediatamente sus puertas. Sin embargo, hubo que esperar a que Aurora se recuperara de una fuerte neumonía para enfrentar un viaje tan complejo en medio de la COVID-19, además de que necesitaban el financiamiento.

Se desató entonces una campaña de solidaridad en las redes sociales, cuenta Cecilia Nazzari a Sputnik. «La gente se entusiasmó mucho ayudando y ese cariño se vio reflejado en la ayuda para el viaje. Alcanzamos los 30 mil dólares, e incluso, lo hemos pasado».

Ya en el CIREN, mientras espera por la rehabilitación, Aurora disfruta los mangos cubanos y siente cómo caen algunos detrás de la habitación. El sábado Aurora se despertó porque escuchó a su mamá enviando un audio y lo primero que dijo fue: «a mí me gusta Cuba, mami, voy a comprar una casa de vacaciones acá para seguir viviendo».

Aurora dice sentirse fuerte en el CIREN. Foto tomada de la cuenta de Twitter @naranjaveloz

En las redes, algunos han criticado la actitud de la madre de haber tomado la decisión de traer a su hija a atenderse aquí. Su mensaje en Twitter resulta claro: «Mi opinión no va a cambiar. Llegamos a Cuba hace tres días en busca de una mejor calidad de vida para Aurora, y es un país que me tiene enamorada. Sé muy bien las carencias que genera el bloqueo. También sé muy bien del heroísmo con el que resiste el pueblo cubano».

Este domingo, luego del tuit del Presidente que agradeció Nazzari, una enfermera del CIREN le obsequió el libro La Edad de Oro, para que Aurora conozca sus hermosos pasajes.

Seguramente, cuando abra sus páginas, se detendrá en el fragmento que predice que todo saldrá bien, que se rehabilitará pronto porque está en buenas manos, como escribió el Presidente. Y leerá varias veces esa idea que los cubanos aprendimos de Martí: «para los niños trabajamos, porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo».

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