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Existen diez líneas bien definidas de la Política de Juventud en Cuba

Así lo reveló Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe del Departamento de Atención al Sector Social, al clausurar el Congreso Internacional de Investigadores sobre Infancias, Adolescencias y Juventudes

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Como expresión de prioridad, la Política de Juventud de Cuba, en la que ya se trabaja, incluye por el momento diez líneas bien definidas, como son la comunicación, el bienestar social, la recreación y la vivienda;  además de otras tradicionales, entre las que se encuentran el acceso a la educación y los derechos de salud, reveló este jueves Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe del Departamento de Atención al Sector Social, al clausurar el Congreso Internacional de Investigadores sobre Infancias, Adolescencias y Juventudes.

«Existe —apuntó— un marco propicio en el país para utilizar en toda su amplitud los resultados de las investigaciones sociales» en la confección de esa política específica. Igualmente, señaló que también es fundamental la participación de los jóvenes desde la concepción inicial hasta la arquitectura del plan de acciones.

Broche Lorenzo reconoció que desde el mismo triunfo de la Revolución nuestro país ha contado con políticas sociales universales para estos grupos etarios, las cuales han jerarquizado los derechos elementales como son una educación y salud de calidad, el acceso a la cultura, la actividad física y la recreación, entre otras.

«Sin embargo, esta universalidad no ha logrado abarcar especificidades de grupos y segmentos vulnerables que padecen elementos de desconexión del entramado social, nos corresponde por tanto proponer mecanismos de reinserción mucho más incluyentes y efectivos», aseveró.

Igualmente, expresó que esta distinción nos alerta de la necesidad de abordar todas las dimensiones, incluyendo las diferencias individuales o territoriales y no dar por sentado que las políticas por sí solas pueden asegurarnos que cubren todos los segmentos poblaciones.

En otro momento de su intervención, Broche Lorenzo insistió en la importancia de la consulta popular del proyecto de Código de las Familias, un ejercicio que demuestra el camino para la toma de decisiones en el proceso de perfeccionamiento de la sociedad. «En este se denota una protección integral a la infancia y la adolescencia, reconociendo a los menores de 18 años como sujetos de derecho, un cambio trascendental respecto a la visión paternalista que les restaba protagonismo».

Al referirse a la importancia de este Congreso y la diversidad de temas que abordó, como el embarazo y la maternidad en la adolescencia, la compleja dinámica demográfica, la inserción laboral..., el dirigente partidista afirmó que resultan  muy alentadoras  la calidad, el rigor y las propuestas que se han ido construyendo desde las Ciencias Sociales y que el evento resaltaba por «su madurez, integridad y actualización».

Finalmente, agradeció a quienes ocupan «su preciado tiempo en investigar, estudiar, incidir y proponer alternativas de atención a las nuevas generaciones», a pesar de las dificultades económicas que enfrentamos, agudizadas por el bloqueo económico. «Pero sabemos que si nos articulamos mejor, nos conocemos más y nos tomamos en cuenta, logramos disminuir estos impactos y contribuir a favorecer en los jóvenes sus perspectivas futuras».

Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, reiteró la idea de que la Política de Juventud es una prioridad. Foto: Roberto Suárez.

La jornada final del evento devino un homenaje al Che y a esa vigente idea suya de hacer «el hombre nuevo del siglo XXI nosotros mismos». También se habló de su pensamiento en cuanto al modo de actuar de los revolucionarios y cómo ello debe trascender ante la situación que vive Cuba y América Latina en la actualidad.

Uno de los panelistas de la jornada, Raúl Alejandro Palmero, resaltó las ganas de hacer, de participar y crear de nuestra juventud,  porque como decía el Guerrillero Heroico «el presente es de lucha, el futuro es nuestro». Por su parte, Keyla Estévez García, directora del Centro de Estudios sobre la Juventud, señaló que todos debemos ser primeros en el trabajo, en el estudio y la defensa de la Patria, en construir la Cuba que queremos.

Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, asistió a la clausura del Congreso, que tuvo como lema central Infancias, adolescencias y juventudes posCOVID-19: activismo, equidad y justicia social, y reunió durante tres días a 2 000 académicos de 13 países, incluida Cuba, en las modalidades virtual y presencial.

Al valorar estas jornadas, Estévez García significó que estas se desarrollaron en un momento favorable en la nación para el debate de las Ciencias Sociales y su interconexión con los programas de Gobierno, pues coincide con los avances en el diseño de una política integral de atención a la niñez y las juventudes.

«Los retos están en implementar estos resultados científicos, llevarlos a los territorios y continuar profundizando en cada uno de ellos, además de enfatizar en el uso de nuevas metodologías para su abordaje y la búsqueda de soluciones».

Juventud y empleo, un camino lleno de retos

En  Cuba a partir del pasado año salen más personas de la edad laboral que las que entran en esta, al tiempo que el 57 por ciento de los desocupados en 2020 eran jóvenes entre 17 y 34 años, explicó el Doctor Juan Carlos Alfonso Fraga, de la Oficina Nacional de Estadística e Información, en el panel Juventud y empleo, diversificación de actores económicos.

Asimismo, recordó que en  2021 ejercían el trabajo por cuenta propia 571 509 personas, y de ellas  solo el 29 por ciento eran jóvenes. Además, dijo, este es un dato interesante que  resulta muy variable en los tiempos que corren, donde las tensiones económicas propician movimientos en tal sentido.

En otro momento de su intervención, Alfonso Fraga agregó que solo el 37 por ciento de la fuerza de trabajo en el país son mujeres. Y dentro de los nuevos actores de la economía cubana también existe una disminución de la presencia femenina que se explica por diversas causas aún no superadas, desde los estereotipos hasta  otras de carácter objetivo.

Entre 17 y 34 años, refirió, más de 830 000 jóvenes no trabajan ni buscan empleo. De ellos el 37 por ciento son estudiantes, mientras el 11 no trabaja ni desea vincularse a un empleo. «Resultan desafiantes estos números cuando se analiza, por ejemplo, que el 47 por ciento de los jóvenes graduados trabajan en labores afines a sus carreras».

Por su parte, el también Dr.C. Osnaide Izquierdo Quintana, profesor de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología en la Universidad de La Habana, hizo hincapié en los desafíos para el trabajo y el empleo en Cuba, un país que en la actualidad es de los más envejecidos de la región y donde los jóvenes tienen un peso importante de cara al futuro.

Lo relevante es que van surgiendo en la nación nuevas culturas y lógicas del trabajo con diversificación de actores que, desde lo estatal, privado y mixto,
encuentran su desarrollo. «Hay que procurar para ese avance  social socialista que las personas se identifiquen con el empleo que realizan», dijo.

En su opinión uno de los retos mayores para un Estado socialista como el nuestro, está en no hacer de la economía el centro, sino ver en el trabajo ese espacio de crecimiento. Es imprescindible, además, en las circunstancias actuales, enamorar a los jóvenes y comprometerlos.

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