Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Llaman a dignificar nuestra herencia histórica

En la conmemoración por los 44 años de Isla de la Juventud se reafirma el compromiso juvenil de mantener y perfeccionar el legado de las generaciones de la década de los 60 y 70, y avanzar en el desarrollo del territorio

Autor:

Roberto Díaz Martorell

NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— El mérito no fue solo lo que hicieron los jóvenes de aquella época, quienes no le fallaron a Fidel. Esa herencia hay que dignificarla, nos toca a las nuevas generaciones hacerlo y no fallaremos, expresó Lissete González Almécigas, primera Secretaria del comité municipal de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)  en este territorio en el acto por la conmemoración del aniversario 44 de la Proclamación de Isla de la Juventud, este 2 de agosto.


La juventud comunista de Isla de la Juventud comprometida con el futuro. Foto: Cortesía de la Fuente

La dirigente juvenil llamó a los jóvenes cubanos, y en especial a los pineros, a impulsar con mayor protagonismo  las principales tareas en el orden económico y social, «pero no solo hacerlo en los grandes momentos, sino que esa responsabilidad forme parte de la vida cotidiana, para continuar haciendo realidad los sueños de Fidel», dijo.

«Tenemos muchos desafíos por delante y considero que con la unidad, el concurso de todo el pueblo cubano y del pinero, fundamentalmente de los jóvenes, podemos hacer posible cualquier obra que nos propongamos», subrayó.

Y ese orgullo que debe primar en la juventud, porque precisamente fue a los jóvenes a quienes Fidel les dio la tarea de desarrollar este territorio, es la apuesta de los pineros en aras de consolidar los valores históricos y proyectar, desde el esfuerzo propio, el futuro.

Entre los paradigmas que sustentan esa intención figuran Evangelina Cossío, Bruno Hernández, Cristóbal Labra y Jesús Montané, ejemplos de abnegación y entrega a la Revolución, quienes como Fidel, estuvieron siempre en la primera trinchera de combate.

La jornada de celebración incluye actividades culturales, recreativas, deportivas, diálogo entre generaciones y recorridos por sitios de interés histórico y económico.

En las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo, tras el paso del huracán Alma (1966), se pulsaron motivaciones, compromisos y responsabilidades, ante el llamado de Fidel y de la UJC de hacer realidad un sueño. 

Cuando a Isla de Pinos se le cambió el nombre por el de Isla de la Juventud, largas jornadas de trabajo, esfuerzo y transformaciones antecedieron al suceso. Demostrar que aquellos jóvenes merecían ese reconocimiento fue el reto que les planteó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz once años antes, y lo lograron. 

A 44 años de la proclamación, todavía arde en aquellos corazones la llama que calentó sus sueños juveniles, legado que las nuevas generaciones abrazan y dignifican.

Durante la inauguración de la presa Vietnam Heroico, el 12 de agosto de 1967, Fidel convocó a los jóvenes que trabajaban en la entonces Isla de Pinos a revolucionar no solo la naturaleza, sino también las mentes: «…tienen delante la posibilidad de hacer suya esta isla. Y si nuestros jóvenes están en esa actitud, podemos provisionalmente llamarla Isla de la Juventud (…) en prueba de la confianza que realmente tenemos de que nuestros jóvenes serán acreedores al derecho —ya no provisional sino definitivo— de llamar a esta región de nuestro país Isla de la Juventud». 

Los resultados no se hicieron esperar, y el 2 de agosto de 1978 se cambió oficialmente el nombre. Entonces Raúl Roa, en su condición de vicepresidente de la Asamblea Nacional, al proclamar el cambio bautizaba también el sueño de aquellos cientos de jóvenes que vinieron a esta ínsula para acelerar los programas de desarrollo atrasados por el devastador huracán Alma (1966).

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.