Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Abrazos espirituanos para Pinar del Río

Múltiples gestos para intentar disipar las profundas huellas dejadas por el huracán Ian en Vueltabajo llegan desde Sancti Spíritus

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

SANCTI SPÍRITUS.— No había enrumbado su violenta proa el huracán Ian fuera de Cuba, cuando en una de las esquinas del histórico lomerío del Escambray se pensaba ya cómo ayudar a Pinar del Río, el territorio más afectado por sus empecinados vientos.

«Los integrantes de la cooperativa no agropecuaria, (CNA) La Esperanza en Fomento en su asamblea de socios se pronunciaron y acordaron realizar una donación de los mismos muebles que confeccionan», cuenta Alina Díaz Santana, secretaria del órgano de dirección de esa CNA.

Valorados en alrededor de un millón de pesos, desde el mismísimo corazón del municipio más montañoso de Sancti Spíritus llegaron hasta la comunidad pesquera de La Coloma 15 módulos para viviendas nacidos de las manos de los 39 socios de la CNA.

«Son 15 juegos de comedor, que incluyen igual número de mesas y 60 butacas; 15 sillas para menores de edad; 70 juegos de sala, conformados por cuatro butacas cada uno; 15 camas tres cuarto con la misma cantidad de mesitas de noche y 15 cestos para depositar ropa», describe Huberlín Zayas Alemán, presidente del colectivo del sector no estatal.

No en vano este proyecto dedicado a trabajar el plástico reciclado se llama La Esperanza. Gestos similares al realizado con la comunidad pinareña engordan su historia.

«El primero fue para el hospital General Ricardo Santana de nuestro municipio, valorado en casi 200 000 pesos. Igualmente, colaboramos con Hidroplast, en La Habana, en la terminación de un parque infantil y con la escuela perteneciente a la enseñanza especial de Fomento, la cual atendemos constantemente. Cuando conocimos del lamentable accidente en la base de Supertanqueros de Matanzas, cada uno de nuestros socios envió 1000 pesos para apoyar a la recuperación de ese territorio», acota.

Pero en ninguna ocasión, los ojos del colectivo se han humedecido como cuando divisaron el nuevo paisaje costero de La Coloma, luego que Ian hiciera su desafiante entrada a nuestro país.

«El sitio para realizar el donativo no fue escogido al azar. Nuestra CNA tiene relaciones contractuales con la empresa pesquera industrial de La Coloma 
(EPICOL), ya que fabricamos los pesqueros, o sea, las jaulas para la captura de langosta, una de sus principales producciones.

«Es muy triste lo que sucedió ahí. Muchas personas están sin vivienda. Sus muebles y equipos perecieron por la penetración del mar y los derrumbes. Todos los cables eléctricos están por el piso y la vegetación se arruinó totalmente. Nosotros dejamos en un lugar seguro nuestro pequeño aporte para que decidan ellos quiénes lo necesitan más.

«Pero, la tristeza pasó al ver cómo toda la población acudió a ayudarnos a descargar los módulos. Mujeres, menores de edad se unieron a los hombres de la comunidad y nos agradecieron mucho. Fue una cosa espontánea y eso nos reconfortó mucho», narra Alina Díaz Santana.

El proyecto Entre hilos, alas y pinceles se unió a las acciones solidarias. Foto: Cortesía de Yudit Vidal Faife

Ayuda para el alma

No resulta secreto para nadie que los embates de un huracán también estremecen los espíritus. Las almas necesitan robustecerse y qué mejor refugio que acomodarse en la literatura.

Convencidos de esa máxima, miembros de la filial espirituana de la Sociedad Cultural José Martí convocaron a donar textos para que sostengan las bibliotecas por nacer o reacomodar en Vueltabajo o, sencillamente, lleguen a manos particulares y sean remanso para quienes viven aún horas de mucho estrés.

«La vida espiritual se lastima como a veces no tenemos idea con sucesos como el experimentado en Pinar del Río y el resto de las provincias occidentales, con impacto en las instituciones, ya sea culturales y escolares. Por eso, reclamamos que como mínimo podamos acopiar de cada persona un libro. Es cierto que las necesidades materiales son enormes, pero sin lo espiritual sería una recuperación trunca. Es una convocatoria al buen sentir de todos los espirituanos», refiere Juan Eduardo Bernal Echemendía, (Juanelo), presidente de la organización.

Y si de buen sentir y hacer se habla, sin dudas, el proyecto Entre hilos, alas y pinceles, uno de los que defiende a ultranza las más auténticas tradiciones trinitarias no queda rezagada en el movimiento solidario que desde Sancti Spíritus mira de forma fija al occidente de Cuba.  

«Nos apoyamos en la Federación de Mujeres Cubanas, (FMC), de nuestro municipio para que nuestro aporte, que incluye ropa, calzado y comestibles, llegue a los más necesitados. No podíamos quedarnos de brazos cruzados, porque son nuestros hermanos y toda ayuda, por mínima que sea, permitirá agilizar el período de recuperación», reconoce Yudit Vidal Faife, su líder y Embajadora Universal de la Paz por el Círculo Universal de los Embajadores de la Paz.

Reunidas en la Academia de las Artes, de Trinidad, sus integrantes aseguran haber enviado con cada objeto un fragmento de la legendaria Ciudad Museo del Caribe. Y se convertirá en un hecho a reiterar, siempre que sea necesario, a juicio de Arianny Rodríguez González.

«Desde el proyecto siempre colaboraremos con quienes más nos necesiten. Los gestos solidarios forman parte de la cultura de esta nación».

Son esos algunos de los trazos del vendaval que por estos días estremece a Sancti Spíritus, donde muchas manos intentan abrazar a quienes en cada jornada apuestan por disipar las huellas del huracán Ian. Gestos que emergen de la autenticidad de Cuba.

 

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