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HAB.AMA para mejorar la mesa cubana

En La Habana se aplica un proyecto de autoabastecimiento alimentario y desarrollo de iniciativas económicas sostenibles, con colaboración italiana, que ayuda a cambiar el panorama productivo en cinco municipios y pudiera irradiarse a otros territorios capitalinos y del resto del país

 

Autor:

Raquel Sierra

Insumos para casas de posturas, sistemas semiprotegidos de producción de hortalizas y para la producción de posturas de frutales y especies proteicas, cubiertas de malla, asperjadoras manuales y mecanizadas, herramientas para poda, jaulas para reproductoras cunícolas, reactivos de laboratorio, vehículos multipropósitos, tractores, remolques agrícolas tribasculantes, molinos forrajeros eléctricos, carretillas y balanzas, entre otros, pueden ser el sueño de cualquier productor agropecuario.

Esos recursos, junto a equipos para laboratorio de certificación y control de la calidad de productos hortícolas, frutales, lácteos y cárnicos, frescos y procesados, destinados al proyecto de Autoabastecimiento Alimentario y Desarrollo de Iniciativas Económicas Sostenibles en La Habana, HAB.AMA, son ya una realidad, se encuentran en el país y comienzan a rendir frutos.

Con un presupuesto de 5,4 millones de euros, financiado por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y ejecutado por el Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical (IIFT), el proyecto tiene el propósito de contribuir al incremento de la producción local y el acceso a alimentos sanos y diversificados, para lo cual se implementa una estrategia dirigida a promover sostenibilidad y resiliencia, así como a la creación de nuevas oportunidades económicas mediante la valorización de productos agroalimentarios locales y de valor agregado en cinco municipios seleccionados en La Habana.

La intervención está dirigida principalmente a contribuir al autoabastecimiento municipal de alimentos en La Habana del Este, Guanabacoa, Cotorro, Arroyo Naranjo y Boyeros, en consonancia con el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, y en un contexto caracterizado por la alta prioridad del Programa de Desarrollo Agroalimentario para la capital, indicado por la máxima dirección del Estado cubano.

Cambiar el curso de los acontecimientos

Las fortalezas que aporta HAB.AMA pueden, en cierta forma, cambiar el panorama productivo en esos territorios, y generar un modelo que bien pudiera irradiarse hacia otros territorios habaneros y de toda la nación.

Para Italia y la cooperación italiana el sector de la agricultura es prioritario, aseguró su embajador en la Isla, Roberto Vellano. A ese fin se destina más de la mitad de los recursos totales dirigidos a la colaboración bilateral entre naciones.

«En este momento complejo, la agricultura sostenible, enfocada a la agroecología, es fundamental para mejorar las condiciones del mercado, perfeccionar el abastecimiento en la provincia de La Habana y en el resto del país también», dijo el diplomático en un encuentro para visibilizar la materialización de las adquisiciones y entrega de tecnologías e insumos.

Este programa, agregó, trabaja con muchas empresas, cooperativas y productores para mejorar calidad y cantidad, y eso se consigue facilitando insumos, herramientas y medios de investigación científica para acrecentar los cultivos y promover transformaciones en una agricultura orientada a mayor eficiencia, sostenibilidad y resiliencia.

Según Vellano, eso significa promover modelos agroecológicos, fortalecer el encadenamiento productivo y crear nuevas oportunidades económicas: «El objetivo final es que lleguen más productos a los mercados y que todas las familias de estos municipios y de los productores puedan beneficiarse de esta mejora».

Y no solo se beneficiarán los agricultores y cooperativas involucrados, aseveró: «De la misma forma reforzará centros de investigación, instituciones reguladoras y laboratorios en su capacidad de realizar análisis de calidad, orientados a promover la inocuidad de los alimentos y sustentar procesos de certificación de los productos alimentarios».

Sobre la implementación de ese propósito, destacó que múltiples factores «determinan que proyectos como HAB.AMA tengan que enfrentarse cada día con una complejidad siempre creciente y desafíos que impactan en la posibilidad de disponer de la tecnología requerida en tiempos rápidos».

Sin embargo, sostuvo, «conscientes de las dificultades existentes, estamos muy complacidos de constatar que las agencias implementadoras del proyecto han logrado poner en marcha estrategias capaces de superar las limitaciones y avanzar en la implementación del plan de adquisiciones previsto para 2021 y 2022».

Por su parte, Antonio Festa, director de la AICS, indicó que «nuestro acompañamiento como agencia italiana no se limita al aporte de equipamiento y materiales, es nuestro interés y esfuerzo acompañar procesos económicos y sociales de desarrollo que promuevan la transformación a partir de la organización de los recursos locales y el fortalecimiento de las estrategias de desarrollo municipales. O sea, fortalecer la capacidad de los municipios cubanos de dotarse de herramientas e instrumentos para establecer su propio camino hacia un desarrollo sostenible».

En camino al campo

HAB.AMA interviene en tres cadenas de valor, atendiendo a su importancia y a la potencialidad que tiene la capital para este tipo de producción: hortalizas, frutales y ganado menor (especies ovino-caprino y cunícola), explicó Carlos Lopetegui, coordinador del proyecto por la parte cubana.

Además de contribuir al autoabastecimiento con alimentos sostenibles, sanos,
nutritivos y diversificados para la población de estos cinco municipios, y de propiciar aportes al resto de la capital, se persigue «agregar valor a los productos locales, acceder al mercado en moneda libremente convertible de manera que se garantice la sostenibilidad de las acciones y promover vínculos comerciales entre empresas italianas y cubanas para potenciar posibles exportaciones hacia Italia».

A juicio de Lopetegui, HAB.AMA, de importancia vital, se inició paralelo al proceso de construcción de lo que es hoy la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, recientemente aprobada por el Parlamento y en fase de implementación. «En este sentido, el proyecto contribuye con los gobiernos locales a la territorialización de esta ley y se enfocará en apoyar el proceso de análisis de la relación entre la demanda de producción de alimentos en los cinco municipios y las capacidades potenciales para hacerlo a partir de la implementación de este proyecto», señaló.

Para Roberto Giuliotto, coordinador del proyecto por la parte italiana, el plan de adquisiciones es un componente importante, porque la tecnología, los insumos y las herramientas previstas van a fortalecer los procesos de la estrategia para alcanzar los resultados que HAB.AMA prevé en términos de producción.

El proyecto viene desarrollándose desde los tiempos de la pandemia con muchas restricciones y dificultades coyunturales, que han determinado un cierto nivel de atraso con respecto al plan de ejecución. No obstante, se logró poner en marcha una estrategia con los productores, empresas y cooperativas que permitió identificar la demanda en términos de tecnología y realizar los procesos de licitación para que estos pudieran llegar a Cuba.

La iniciativa tiene el objetivo de contribuir al incremento de la producción local y el acceso a alimentos sanos y diversificados. FOTO: Tomada de PL

 

 

 

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