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El sentimiento de la Patria es fuerte

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidió la clausura de la 4ta Conferencia La Nación y la Emigración, evento que durante el fin de semana reunió en La Habana a más de 300 cubanos que residen en diferentes partes del mundo

Autor:

Juventud Rebelde

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidió la clausura de la 4ta Conferencia La Nación y la Emigración, evento que durante el fin de semana reunió en La Habana a más de 300 cubanos que residen en diferentes partes del mundo.

Las aclamaciones de ¡Viva Cuba! marcaron el inicio de la clausura de la 4ta Conferencia La Nación y la Emigración, evento que durante el fin de semana reunió en La Habana a más de 300 cubanos que residen en diferentes partes del mundo.

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidió el encuentro final junto al secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda; el canciller, Bruno Rodríguez Parrilla y los vice primeros ministros Inés María Chapman y Jorge Luis Perdomo Di-Lella.

«Realmente el sentimiento de la Patria es fuerte», aseguró el Jefe de Estado de la Isla al citar las palabras dichas, hace más de cuatro décadas, por el líder histórico de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Ese sentimiento, agregó, ha potenciado todos los diálogos realizados hasta hoy con cubanos que viven en otras latitudes y es el que «nos ha permitido crecer entre encuentros y desencuentros, aciertos y desaciertos, salvando siempre lo que nos une por encima de todo lo que podría separarnos».

Ambas jornadas de intercambio en el Palacio de Convenciones capitalino han sido muestra de ello que, más allá de la novedad de los temas debatidos, activan la memoria y acrecientan la gratitud hacia quienes labraron, con paciencia, fe y patriotismo, el camino del diálogo, el respeto y el entendimiento, cuando parecía imposible, precisó.

En su intervención, recordó a los 55 jóvenes integrantes de la Brigada Antonio Maceo que vinieron por primera vez a Cuba en 1977 y se reunieron con Fidel y mencionó que «cinco de aquellos muchachos están presentes aquí».

Subrayó que ese grupo de compatriotas respondió al llamado de las autoridades cubanas para participar del diseño de un nuevo modelo de relación entre la nación y sus hijos radicados en el exterior, desde los principios del respeto irrestricto a la soberanía e independencia de Cuba.

Enunció, además, que ellos «se vieron desafiados a enfrentar las amenazas y la violencia proveniente de los opositores al diálogo, quienes contaron y cuentan con el respaldo del Gobierno estadounidense, cuya política contra Cuba ha variado poco o casi nada en tantos años».

Entonces, era necesario superar dudas y prejuicios, saber diferenciar entre los intereses y las inquietudes que los residentes en el país norteño tenían y la hostilidad hacia Cuba de los sucesivos gobiernos norteamericanos.

«Estamos en un momento muy diferente. El mundo que vivimos ha cambiado, nuestro propio país ha continuado profundizando su proceso de transformación, la presencia de cubanos residiendo fuera del país es mucho más numerosa y variada, y se asienta o permanece en muy diversas latitudes», comentó al respecto.

Citó al General de Ejército Raúl Castro Ruz al reconocer que «hoy los emigrados cubanos, en su aplastante mayoría, lo son por razones económicas, y casi todos preservan su amor por la familia y la patria que los vio nacer, y manifiestan su solidaridad hacia sus compatriotas». 

Díaz-Canel distinguió que gracias a los participantes del primer diálogo en 1978 y los que vinieron luego, los vínculos con los connacionales son más frecuentes, activos, abiertos, influyentes y cada vez transcurren de manera más natural.

Lleno de emoción dijo que es imposible no mencionar en el recuento de esta larga historia a Carlos Muñiz Varela y José Eulalio Santos, defensores del diálogo y los vínculos con Cuba asesinados por enemigos de la nación.

Consideró entonces que «cada acto de acercamiento y solidaridad con Cuba será el más sentido y mejor de los homenajes a los mártires y a otros compatriotas que no están físicamente entre nosotros, y que se entregaron completamente a la misión martiana de alcanzar la unidad en pos de la defensa de la Patria».

Caracterizó el trabajo en los paneles de la IV Conferencia como un debate abierto y plural y afirmó que «estamos cumpliendo con un deber histórico».

El Presidente de la República reiteró, en nombre del Gobierno, la voluntad de mantener un diálogo franco y «con el compromiso de no cejar en la batalla por poner fin al bloqueo genocida que tanto dolor ha provocado en la familia cubana: el bloqueo impuesto contra nuestro pueblo».

Prefirió no precisar muchos datos que «más que cifras son heridas abiertas en el cuerpo de la nación y en el centro de su alma que es la familia cubana» y contó cómo el país ha tenido que sortear los efectos de esa criminal política que impone el gobierno estadounidense.

A aquellos cubanos que tienen la Patria geográficamente lejos pero sentimentalmente en el centro de sus pechos, expresó su gratitud por estar al lado del pueblo cuando se les ha necesitado.  «Cuba reconoce, valora y cuenta con su ayuda».

«La mayor parte de los connacionales mantiene un vínculo estable y favorable con la Patria, comparten sus éxitos, se solidarizan con nuestras causas, se muestran interesados con la situación del país, y apuestan por aportar y contribuir con el desarrollo socioeconómico. Más aún, al hacerlo fuera, contagian ese sentimiento misteriosamente profundo que provoca eso que también Martí calificó de dulcísima palabra: cubanos», profundizó el Primer Secretario.

Insistió en la fórmula martiana de una Cuba con todos y para el bien de todos y dejó claro que «en ese todo no caben los que conspiran contra la nación para agredirla y ofenderla, los que piden invasión y licencia para matar a su propio pueblo. Ni aquellos que manchan la bandera de la estrella solitaria con la vocación anexionista de convertirnos en el estado 51 de la Unión Americana; acosan y agreden a los artistas y deportistas que nos representan en escenarios y eventos internacionales».

No nos negaremos jamás a crecer en derechos para todos -continuó- salvo para aquellos que viven o trabajan a sueldo de otros gobiernos, con el fin declarado de destruir nuestro proyecto y nuestra obra siempre en la batalla de encontrar el mayor grado de justicia posible.

«Nuestros brazos estarán abiertos con el reconocimiento agradecido para quienes arriesgan hasta la vida por apoyar y defender a la patria en la hora difícil».

Al valorar esta 4ta Conferencia, apuntó que ha permitido a los presentes un balance de los logros en el ámbito de los vínculos con los nacionales en el exterior e identificar las áreas en las que nos queda por trabajar de conjunto; pero más importante aún, reveló, constituye un nuevo punto de partida hacia metas superiores y, por tanto, más retadoras.

En nombre del pueblo de Cuba, confirmó que el compromiso de fortalecer los vínculos con los cubanos que viven en cualquier latitud del mundo se mantiene invariable.

Invitó a todos a sumarse con energía renovada a esta nueva etapa en defensa de Cuba.

«Todos los que quieran construir y aportar a esta obra colectiva que es la Revolución Cubana, siempre serán bienvenidos. La Patria somos todos. Y con ustedes crece», concluyó.

(Tomado de Cubaminrex)

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