Balán comenzó a laborar en Granma justo cuando el diario cumplía 25 años, momento en el que conoció a Fidel Castro Ruz. Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 04/10/2025 | 12:29 pm
«Queremos que usted vaya a trabajar a Granma». Esa fue la orientación que recibió por estas fechas, hace 35 años, el joven Juvenal Balán Neyra, artífice hasta entonces de un impecable trabajo de fotoperiodismo que buscaba, principalmente, ilustrar acontecimientos de la vida militar del país.
Recuerda con lucidez aquel 3 de octubre de 1990, cuando sus colegas le dieron la bienvenida a la que, desde entonces, considera una familia. «Las risas de los niños suelen llenar los pasillos en las tardes y la preocupación por el bienestar de los compañeros es norma», revela.
«Hemos acogido a profesionales que me gusta llamar encumbrados, por su vasto caudal de experiencia y conocimiento. Sin embargo, los caracteriza la disposición a escuchar las opiniones de colegas más jóvenes». Para Balán Neyra la calidez de Granma radica en su potencial de ser la primera trinchera de combate a la vez que hogar. Y no solo sus compañeros poseían esa percepción.
«Mi llegada coincidió con el 25 aniversario. Fue la ocasión en que conocí a Fidel», revela con orgullo el veterano fotorreportero, quien tuvo la oportunidad de acompañar por años al mandatario. Por eso tiene claro que la anchura del recorrido fue muchas veces irrelevante. «Era posible estar en la Sierra Maestra o en algún batey, visitar hospitales o centros educativos; y aún así cada noche Granma era la morada de Fidel», confesó.
Foto: Tomada de Cubarte.
A sus ojos el periódico ha sido espejo de la realidad. Una suerte de embarcación que condensaría los esfuerzos de la Patria, como lo había hecho aquel yate que arribó el 2 de diciembre de 1956 a suelo cubano. De ahí que su perfeccionismo y curiosidad, aunadas a su total entrega a esta obra, lo convirtieran en el timonel de una nueva familia.
Consecuentemente, el rotativo resulta el Órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, pero, su relevancia trasciende ese hecho. A la hora de contar la historia de la Revolución –subraya el Premio Nacional de Periodismo José Martí 2023 por la Obra de la Vida- hay que consultar los archivos de Granma, no solo por lo publicado, sino por el material histórico inédito que conserva, y que no puede ser reemplazado por búsquedas digitales.
Con el caudal de experiencias acumulado tras años de servicio al periodismo nacional, reflexiona sobre los vacíos actuales de la profesión. Seguimos fallando a la hora de salir al terreno e incluir a en nuestros trabajos a todas las voces, no solo las institucionales; porque cada persona vive la historia desde su perspectiva, y todas las versiones son valiosas, explica.
«Fidel entendía que la verdad no se construye desde el escritorio, sino del contacto directo con el sudor y las visiones del pueblo, y actualmente el desafío mayor está en mantener vivo ese legado», reconoce el fotorreportero.
Granma cumple 60 años, y Juvenal Balán 35 de haber conocido a su segunda familia. El tiempo ha transformado su piel, y las ausencias a veces resuenan como un eco en su memoria. Por los pasillos del periódico transitan nuevas generaciones de periodistas para renovar los esfuerzos. Aún seguirán sucediendo disímiles cambios, sin embargo, sigue intacta su fe en el potencial de este yate, que navega llevando a cuesta la responsabilidad y el reto de contar Cuba desde adentro, con toda su verdad.