Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¡Ay, vecino! A una sola tinta

El blanco humor de Blanquito (Francisco Pascacio Blanco Ávila, 1930), atrapó a los cubanos por su sagacidad y picardía criolla

Autor:

Juana Carrasco Martín

Nos hizo el chiste a punto de comenzar la Bienal y Ay, vecino, te nos has mudado de barrio sin dejar dirección fija.

Sin embargo, a este balcón del humorismo criollo siempre estará asomado tu ingenio y figura, en un trazo ético continuo —dibujado sin levantar el lápiz como en aquel Martí. Línea de vida que jamás se borrará entre los amigos, por tu condición de buena gente; ni de la genialidad de tu artística minimalista, reconocida por los colegas; ni de tus viñetas en blanco y negro en las que plasmaste pillerías cubanísimas y cotidianas de la convivencia humana para los seguidores afanosos y leales a tus historietas.

El blanco humor de Blanquito (Francisco Pascacio Blanco Ávila, 1930), atrapó a los cubanos por su sagacidad y picardía criolla desde aquellas líneas de 1948 publicadas en la revista Foto, que el entonces linotipista trasladó luego como dibujante editorialista en Prensa Latina y el diario El Mundo.

Nada fácil mantenerse durante 72 años como uno de los favoritos de los cubanos en Palante —por citar solo tú «casa» icónica —, y destacarse también en el ámbito internacional, con una visualización sencilla, que no simple, de lo cotidiano, ya fueran las relaciones interpersonales  escrutadas con humor y perspicacia o las profundidades de la política, valoradas con imaginación y discernimiento.

Cuando creíamos que no podrías sorprendernos en los nuevos escenarios digitales, resultó que has sido un maestro de historia, la del periodismo, la del humorismo, la de nuestra nación, con sinsabores y glorias, en un blog personal que no podía tener otro nombre que el de ¡Ay, vecino!

Tanto que hiciste, tanto que nos dejas, tanto que te admiramos y queremos ¿en una sola cuartilla? Misión imposible reflejar la prolífica obra que nos fueron aportando las «añejas» neuronas del Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida.

Por suerte para la cultura y el periodismo cubanos están en libros, decenas de ellos, en el universo digital atrapado en internet y en miles de páginas —Palante, Cómicos, Pablo y Mi Barrio, sin contar periódicos y revistas—, tinta y líneas siempre agudas, frescas y espontáneas, porque son las de tus ilustraciones, las de la sabiduría y las del dibujo certero.

Vecino, nos vemos en la próxima historieta…

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.