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Siempre serán nuestras Palabras  

En torno a la significación y vigencia de la histórica intervención de Fidel el 30 de junio de 1961 en estos tiempos, habla Yasel Toledo Garnache, vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz, una de las voces de la cultura cubana contemporánea

Autor:

Gabriela Avila Gómez

«Sesenta años después, Palabras a los intelectuales sigue palpitando como una especie de ser vivo, que guía, alerta y también exige inteligencia y capacidad de readaptación, para jamás perder la vitalidad ni la belleza. Es mucho más que un texto o una intervención», manifiesta el periodista, ensayista y narrador Yasel Toledo Garnache, vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en entrevista vía online que busca indagar su opinión acerca de la vigencia e importancia de ese hecho trascendental en la historia de la Mayor de las Antillas: tres jornadas sin precedentes desarrolladas en la Biblioteca Nacional y que tuvieron como   colofón el intercambio que sostuvo el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, el 30 de junio de 1961, con destacados escritores y artistas de esta tierra.

«A veces me gusta imaginar cuáles fueron los tonos en la voz de Fidel, sus gestos, la mirada…, ¿qué pensaban las personas en el público?, ¿cómo reaccionaban?… Hubo aplausos, muestras del apoyo y la confianza construida durante varias partes del diálogo.

«Aquellos intercambios fueron fundamentales para el análisis del panorama cultural en un contexto muy complicado, pero su mayor alcance se debe, sobre todo, a lo realizado después. Si todo se hubiese quedado en ideas, promesas y aplausos, los resultados hubiesen sido nefastos.

«Recordemos que en abril de ese mismo año (1961) ocurrieron bombardeos, la invasión mercenaria por Playa Girón, bandas financiadas por Estados Unidos asesinaban a campesinos y maestros en zonas del Escambray… Gravitaba una amenaza constante sobre Cuba, el mismo país que en medio de tanto declaró el carácter socialista de la Revolución, venció a los invasores, y además realizaba una campaña de alfabetización a lo largo de todo el archipiélago.

«A pesar de las complejidades, Fidel, el mismo barbudo que lideró la victoria en la Sierra Maestra, el joven de 34 años que conducía a la nación entre tantas tempestades, se sentaba a conversar con los más sobresalientes creadores del país. Eso demostraba el interés en la cultura, la conciencia de su importancia como parte esencial del alma de la Revolución. Lo ocurrido durante aquellos meses dice mucho también de la capacidad para fundar y crear de este pueblo en las más complicadas circunstancias.

«Los encuentros y la intervención de Fidel fueron esenciales para inaugurar el diálogo directo, profundo y sincero entre los escritores y artistas y la más alta dirección de la Revolución. Resultó vital la confianza y las reflexiones sobre el papel de la cultura en la nueva sociedad, pero lo más significativo fueron las acciones y los sueños que se derivaron de aquel debate.

«Debemos mencionar, por ejemplo, la creación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y buena parte del sistema institucional de la Cultura, conformado precisamente para servir a los creadores e impulsar proyectos que contribuyan a un arte para todos.

«Mucho de lo que hoy nos parece normal tuvo un impulso esencial en aquellos encuentros y a partir de las consideraciones de Fidel».

—¿Qué vigencia cobra Palabras a los intelectuales en la actualidad, en la que las principales batallas se libran en un contexto diferente al de hace seis décadas?

—Uno de los mayores encantos de Palabras a los intelectuales es su capacidad para no envejecer. El líder histórico de la Revolución, pensador y creador indiscutible, no dio recetas ni esquemas. Palabras… es una plataforma de esencias, que siempre necesitará sensibilidad e inteligencia más allá del arte. Ahí late un proyecto de país, que tiene a la cultura como corazón esencial, elemento de resistencia, orgullo, espiritualidad y belleza.

«Resulta indispensable tener ese espíritu en nuestras maneras de pensar y actuar, en el afán permanente de servir a la cultura y a la sociedad toda. Los desafíos cambian y hasta se redimensionan, más en un contexto de nuevas dinámicas, algunas de las cuales están relacionadas con el mundo digital, convertido a veces en selva.

«Ser consecuentes en estos momentos con las ideas de Fidel es lograr el perfeccionamiento del sistema institucional de la cultura, dialogar cada vez más con los creadores, escucharlos siempre y aprovechar la inteligencia colectiva a favor de la nación y nuestro pueblo. Concretar más anhelos y seguir fundando.

«El amor verdadero a la creación y a Cuba será siempre esencial, desde la crítica, las proposiciones y los hechos individuales y colectivos. Fidel tuvo otros muchos encuentros con creadores y artistas, que complementan y hasta actualizan sus criterios de 1961. Recordemos, por ejemplo, sus palabras en la fundación de la Uneac, en el intercambio con jóvenes creadores de la Asociación Hermanos Saíz en marzo de 1988, y en diversos congresos. El espíritu y los fundamentos de aquellas Palabras… de 1961 siempre serán vitales para la cultura y para Cuba como nación. Nunca deberán ser olvidadas ni meramente repetidas».

—¿Cómo acercar Palabras a los intelectuales a los más jóvenes?

—Lo mejor es siempre sumergirnos en todo el texto, sin extraer frases aisladas, cualquier análisis debe incluir también el contexto en que ocurrieron los intercambios, pero lo más importante es que nos ayude a ser mejores, a superarnos en todos los aspectos.

«Recomendamos, además, leer intervenciones posteriores de Fidel relacionadas con la creación artística y la cultura en general. Nos alegra mucho que con motivo de este aniversario 60 nazcan nuevos proyectos editoriales que se acercan a los hechos desde las miradas de diversos creadores, incluidos algunos de quienes estuvieron presentes aquellos días en la Biblioteca Nacional.

«Es muy pertinente acercarse también al discurso del actual Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, en el 9no. Congreso de la Uneac, efectuado en junio de 2019, cuando despertó también aplausos y algunos de los presentes hasta se atrevieron a decir que fue la segunda parte de Palabras a los intelectuales. En verdad, el mandatario analizó con precisión riesgos para Cuba como nación y retos culturales del momento, que debemos superar con las esencias expresadas por Fidel.

«Quienes deseen tener una visión integradora de la cultura cubana en la Revolución, sus desafíos y proyecciones, necesariamente deben analizar los dos discursos, hijos de contextos diferentes dentro de un proyecto social eminentemente humanista, inclusivo, artístico y revolucionario».

Era habitual encontrar a Fidel intercambiando con nuestros creadores (en la instantánea junto a Alicia Alonso). Foto: Tomada de la exposición Imágenes y Palabras

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