Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¡Ya volveremos a las calles de Santiago de Cuba!

La COVID-19 obliga a realizar la edición del Festival del Caribe en tiempos de pandemia

Autor:

Yunier Riquenes

El deseo de celebrar una 40ma. edición del Festival del Caribe como lo exige un evento del prestigio y el alcance como el que convoca cada julio Santiago de Cuba, llevó a pensar al comité organizador que «la mortal pandemia nos afectaría solo en ese momento, pero no estuvimos en lo cierto», reconoce con una tristeza que no esconde Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, institución que preside esta auténtica fiesta de las expresiones de la cultura popular de la región.

«Ya desde el año pasado, justo por la COVID-19, habíamos decidido que no celebraríamos el aniversario cerrado sin los actores principales del evento, los grupos portadores, así que nos inventamos una edición homenaje que nos quedó bastante digna y hasta pudimos quemar el diablo en Barrancas, comunidad haitiano-cubana de donde tomamos el acto de cierre de cada Fiesta del Fuego.

«A la vuelta de un año, la COVID-19 nos jugó otra trastada y nos toca ahora realizar la segunda edición en tiempos de pandemia, además de cargar el peso de aquella ansiada jornada de aniversario cerrado y sin grupos portadores. Yo diría más, ahora no es posible siquiera hacer actividades presenciales en tanto la enfermedad ha hecho estragos en Santiago de Cuba y las medidas obligan a un aislamiento más riguroso.

«Distinguirá a esta edición la realización online, fórmula que no comparto totalmente y menos para un evento que se apoya en las expresiones de la cultura popular. Aún, y en estas circunstancias, sigo repitiendo que no es un Festival virtual. No puede haber Festival del Caribe virtual, como tampoco puede haber carnaval online. La gente suele confundir el uso de lo virtual como medio de información y al mismo tiempo asegura estar desarrollando una acción en la que la participación no es real, al menos físicamente hablando.

«Emplearemos las redes sociales y lo virtual para recordar que, una vez la humanidad supere este infortunio, volveremos a las calles de Santiago de Cuba, la ciudad más caribeña de nuestro país, con toda la carga mágica que poseen los portadores de las expresiones de la cultura popular tradicional de Cuba y del Caribe.

«Desde el año pasado y contando con el conocimiento técnico de Claustrofobias Promociones Literarias, está en funciones una excelente herramienta, me refiero a la multiplataforma (www.festivaldelcaribe.net) en la cual hemos volcado toda la información posible y a donde podrán recurrir los internautas para descargar sus ansias de participación. Este instrumento también posee considerable información sobre la historia del Festival, al tiempo que mantiene actualizada a la gente para que, llegado el momento, pueda elegir las formas de participación más adecuadas a sus intereses.

«Mucho antes de que llegáramos a esta situación de aislamiento riguroso, habíamos convenido en la Casa del Caribe que esta edición, además de estar dedicada a Belice y a los 40 años de los Estudios Siboney de la Egrem, apostaría por la resistencia cultural en el Caribe, lo cual va más allá de un eslogan, es una realidad y una necesidad en medio de tanta incertidumbre».

—¿Por qué entregar al investigador Tomás Fernández Robaina el Premio Internacional Casa del Caribe?

—Cuando se habla de la presencia negra en Cuba hay que mencionar a Tomasito como uno de nuestros mejores especialistas en el tema, más de un título de su autoría así lo atestiguan.

«Él es un entusiasta participante de los festivales del Caribe. A ciencia cierta, no sé en cuántas ediciones ha estado, pero te puedo asegurar que son muchas y en todas con un alto nivel de aportación a los estudios sobre el Caribe y en especial al tema de su especialización. No ha faltado al Taller de religiones populares cubanas, donde ha aportado información y datos de referencia para comprender la historia y los derroteros de la práctica religiosa de origen africano en Cuba.

«Tomasito se halla entre los que se funden con el pueblo, se mete bajo la piel del santiaguero común y disfruta del evento como uno más. No se monta un personaje para el Festival del Caribe, él es el Festival y lo mismo lo busca un académico encumbrado, que un líder religioso y alguna que otra santiaguera para acompañarlo en sus contagiosos y exorcizantes bailes públicos».

—¿Cuáles son los espacios en los que el Festival mantendrá viva la cultura popular tradicional?

—Más allá de lo que podamos actualizar en las redes con la información que nos envíen los mismos grupos y los estudiosos y promotores del país, procuraremos ir conformando un inventario de los portadores de otras naciones del Caribe, que no siempre logran viajar a Santiago de Cuba. Lastimosamente, muchos de ellos no consiguen los fondos necesarios para hacer un viaje costoso.

«La aspiración es mantener un flujo de información constante con esos grupos y líderes, tal y como ya lo hemos conseguido con los de Cuba, eso al menos mientras dure esta pandemia. La multiplataforma tiene varias entradas que conducen a esta esencia del Festival.

«Con la colaboración de la realizadora de audiovisuales Buena Luz Producciones, desde el año pasado estamos recogiendo testimonios de esos líderes sobre el evento y lo que ha significado para ellos ser parte del Festival. En esta ocasión también completaremos esa información para las redes y para la televisión cubana».

—¿Qué proyecta la Casa del Caribe para lo que queda de año y el 2022?

—La pandemia nos ha cambiado la vida, y en consecuencia todo dependerá de cómo evolucione. Nosotros estamos atentos todo el tiempo para recobrar el trabajo presencial. Como institución somos dependientes de la combinación de los estudios académicos y del trabajo promocional, es decir, los acercamientos reales a los objetos de investigación y estudio. No somos especialistas de gabinete, así lo aprendimos con Joel James y con otros fundadores que ya no están. En ese orden continuaremos avanzando en varios proyectos, entre los que caben destacar las publicaciones de la revista Del Caribe y los libros del sello editorial, ahora detenidos por la situación del papel y la poligrafía.

«Me hace feliz reconocer que se retoma el tema de los estudios literarios en el Caribe, espacio que fuera muy privilegiado en los años iniciales con especialistas y escritores destacados, como Jesús Cos Causse, Fernández Pequeño y Jorge Luis Hernández.

«Estamos fortaleciendo los vínculos con el amplio sistema de colaboradores y coordinadores del Festival en otros países, de eso se ocupa el área de Relaciones Internacionales de la Casa. La intención es ponerlos en punta para cuando llegue el momento puedan regresar al Festival con sus respectivas delegaciones.

«Asimismo, continuamos realizando un trabajo de conjunto con los estudios de grabaciones Siboney de la Egrem, en Santiago de Cuba, para el registro en fonogramas de los toques y cantos de algunos de los grupos portadores, al tiempo que estamos colaborando con dicha institución en la declaración de Santiago Cuba como ciudad musical.

«Cuando se cierre esta edición 40 del Festival, entraremos de lleno en la elaboración de un programa por los 40 años de creada la Casa, que debe seguir hasta el 23 de junio del 2022. Recuerdo que la Casa del Caribe surgió un año después de haber realizado el primer Festival de la Cultura de Origen Caribeño, en abril de 1981. Como parte de esas cuatro décadas nos hemos comprometido también con el emblemático Septeto Turquino, que estará cumpliendo igual aniversario, y que desde entonces ha acompañado a la institución dentro y fuera del territorio nacional.

«Por último, ya andamos inmersos en la edición 41 del evento en julio de 2022, y adelanto que hay señales alentadoras de Aruba, aún sin confirmar como país, al cual queremos dedicar la Fiesta del Fuego. Tenemos muchas expectativas para entonces, sobre todo, el deseo de que podamos regresar a la manera habitual de esparcir las alegrías en las calles de la ciudad más caribeña de Cuba».

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