Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Gallego en sus 40 años

La novela testimonio arriba a su aniversario 40 de su primera publicación

Autor:

Lázaro Castillo

Gallego es la tercera novela testimonio de Miguel Barnet, publicada inicialmente en Frankfurt, Alemania, por la editorial Suhrkamp Verlagen 1981, donde ha tenido varias reediciones hasta la actualidad. Ese mismo año tuvo su primera edición en español por Ediciones Alfaguara, el 17 de noviembre, en Madrid y fue presentada, por el destacado editor Jaime Salinas en la redacción de la revista Libros, ante un pequeño círculo de escritores, críticos y periodistas. En esa primera exposición Barnet expresó que: «En realidad, Gallego fue el primer libro que tuve idea de escribir, pero se retrasó por la necesidad de tener que acabar antes, y con cierta urgencia, los dos anteriores».

La novela arriba a su aniversario 40 de su primera publicación, en Cuba apareció en 1983 por la Editorial Letras Cubanas e inmediatamente fue reconocida con el Premio de la Crítica Literaria. La obra cuenta con más de una treintena de ediciones, y ha sido traducida a distintos idiomas, sobre todo en Europa y Asia. Aquí, Manuel Ruiz, su protagonista, narra su vida como emigrante gallego que llega a La Habana en 1916. El personaje no va solo a reflejar su historia, sino las peripecias colectivas de muchos de aquellos hispanos que emigraron a Cuba en los primeros 20 años del siglo pasado.

Con técnicas de investigación similares el autor publicó en años anteriores Biografía de un cimarrón (1966) y Canción de Rachel (1969), así en un principio aparece la llamada trilogía, denominada de esa manera por la crítica a la hora de analizar y contextualizar la producción literaria del artista. Estos tres personajes típicos configuran la realidad cubana: el negro (Esteban Montejo), la criolla (Rachel) y el inmigrante español (Manuel Ruiz). Luego llegaron las novelas La vida real y Oficio de ángel, para conformar así su «pentagonía». Años más tarde aparecen sus cuentos, Miosvatis y El Moro y el relato Fátima o el Parque de la Fraternidad. Este último con un éxito extraordinario a partir de la propuesta cinematográfica del mismo título y la dirección del destacado actor y realizador Jorge Perugorría.

Para la producción de Gallego, el autor ha argumentado que le debe mucho al esfuerzo investigativo realizado en Cuba por el escritor de origen gallego Xosé Neira Vilas. De ahí que resulte interesante la lectura de Gallego para estudiar las representaciones literarias de la realidad histórica, social y cultural de Cuba desde la perspectiva ficcional de un emigrante español, sobre todo, desde el punto de vista de un sujeto subalterno. Manuel Ruiz, su protagonista, fue testigo de diversos acontecimientos políticos y cambios socioculturales a lo largo de su vida que constituyeron aspectos relevantes para entender la sociedad del momento y dejó puntos claves para comprender desde el punto de vista etnológico el Caribe.

Barnet, en su ensayo La novela testimonio: socio-literatura, plantea que: «La historia de las gentes sin historia, como diría el historiador cubano Juan Pérez de la Riva, ha encontrado sus portavoces en estos excavadores de la conciencia colectiva». Por eso, en Gallego, como expresa en su prólogo a la novela, el profesor cubano y Doctor en Ciencias Filológicas José Antonio Baujín: «No son los gigantes nombres de la historia los que ocupan la atención central de la ficción de Barnet. La efectividad de su tarea en la puesta en crisis, complementación y rescritura de nociones imperantes sobre el decursar de la nación y su cultura, está asentada en la estratégica focalización del rosto anónimo, del personaje popular, marginal aparentemente en el entramado de los metarrelatos históricos, pero actor y testigo de los movimientos sociales».

El autor ha expresado, sobre su obra, que la misión fundamental «es la de revelar la otra cara de la moneda» y apunta que «lo primero que tiene que hacer es una labor previa de investigación y sondeo. Descubrir lo intrínseco del fenómeno, sus verdades causales y sus verdaderos efectos». Quizá por eso se ha autodefinido como un producto herético de las ciencias sociales y esto le ha permitido lograr un equilibrio entre el artista-sociólogo.

La temática de la emigración es una cuestión de actualidad y notamos su impacto en la vida cotidiana. En Gallego, desde una visión de lo intercultural, Barnet propone una historia propia y a través del protagonista refleja esa interrelación de las distintas culturas, pero ninguna está por encima de la otra, existe una interacción horizontal que favorece el diálogo, la convivencia y la integración de las culturas. Por eso podemos afirmar que estamos ante un personaje que es la metáfora de la construcción de una identidad, colocada al margen de la historia oficial.

Para Barnet la memoria colectiva es la que permite descubrir la verdadera identidad social del pueblo. De ahí que las imágenes y sus personajes revelen los aspectos esenciales etnológicos de la historia, así como sus procesos sociales y su desarrollo. A través de este género, la novela testimonio, creada por el autor, facilita explicar los modelos de comportamiento colectivos a partir de casos específicos e individuales. El gallego es una marca textual para la interpretación de la historia. Desde la mirada de un extranjero se examina, se critica y se enjuicia ese microcosmos humano desde una perspectiva poscolonial, que era en definitiva la sociedad cubana de la seudorrepública.

El interés testimonial en Gallego radica en reinterpretar la historia de la emigración gallega a través de esos hombres que, al igual que Manuel Ruiz, perdieron sus sueños en el transcurso de la vida y encontraron otros en el camino, de ahí que se cree una conciencia colectiva del expatriado a pesar de estar sumidos a la marginalización. Con esta obra el autor cierra un ciclo que es el reflejo auténtico y a la vez integrado de la existencia humana.

El periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, expresó  sobre la novela: «Por mano de Miguel, aquí cuenta su historia un hombre de dos patrias, un cubano en cuya memoria no han cesado de resonar los airinhos de la aldea donde nació. Pero más allá del personaje y su peripecia, este libro es un homenaje y un entrañable desagravio a los miles y miles de gallegos que tantas veces han recibido desprecio a cambio del mucho amor y trabajo que nos han entregado». Vale la pena, entonces, revisitar esta obra en el onomástico 40 de su primera publicación en lengua española.

Por estos días académicos, profesores e investigadores de diferentes disciplinas debatirán, de manera online, los aportes de la novela a la literatura del Continente. A partir de esta motivación se desarrolla el 1er. Coloquio Internacional Gallego: antropología testimonial y cultura de la pobreza, en el marco de las celebraciones por el aniversario 502 de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana. El evento es auspiciado por el Fondo Biobibliográfico Miguel Barnet, de reciente creación, por la Junta Directiva de la Fundación Fernando Ortiz, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, la Universidad de las Artes (ISA), la Universidad José Martí de Latinoamérica de Mérida, México, la Cátedra de Lingua e Cultura Galegas Xosé Neira Vilas de Universidad de La Habana, el Instituto Cubano del Libro y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

Sea pues este convite, el homenaje merecido a nuestro Miguel Barnet. Rachel, Manuel, Julián, Fátima, el Moro y Miosvatis esperan por una disección no solo académica; sea este evento el punto de arranque para nuevos empeños.

 

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