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«En Temporada… traté de contar la historia de otra forma, con protagonistas reales, humanos, tangibles». Autor: Cortesía del autor Publicado: 14/03/2022 | 10:35 pm
Dominamos los datos fríos, los números secos y distantes, los sucesos cronológicos. Sabemos mucho sobre cómo el patriota se inmortalizó en el pedestal, pero casi nada de su dimensión humana. Las nuevas maneras de narrar la historia se abren paso de forma crítica, limando incongruencias pasadas, juntando lo bueno de los hechos con su lado imperfecto.
Nuestras figuras históricas fueron como nosotros: ni mejores ni peores, sino hombres y mujeres de su tiempo, seres humanos con sus luces y sus sombras que actuaron de acuerdo con sus circunstancias. Los idolatramos como mitos, pero son reales. Podemos tocarlos a través de libros bien logrados como Temporada de héroes, pensado para que el público infantojuvenil conozca, de forma lúdica e instructiva, otras perspectivas de la historia nacional.
Desde las primeras páginas el escritor Eldys Baratute Benavides nos muestra cómo personajes reales y de ficción se entrelazan con una investigación histórica responsable que ocupó al autor años de lecturas e indagaciones.
«Se escribe mucho sobre las hazañas de los héroes, pero se escribe muy poco sobre sus vidas. Tuve que investigar como nunca. Para hacer cualquiera de mis libros indago, leo, contrasto fuentes, pero algo como Temporada… nunca lo había hecho. Llamé a amigos historiadores. Con la ayuda de Carmen Montalvo visité la Casa de los Maceo, en Santiago de Cuba. Molesté al profe Pedro Pablo Rodríguez una y otra vez, indagando sobre Martí. Gracias a algunas conversaciones con Aleida Guevara me construí una mejor imagen del Che. Con Jorge Gómez aprendí sobre su tío Raúl Gómez García. Yosvel Hernández me indicó cómo llegar hasta Manuel Rodríguez. La lectura de Tras el rastro del silencio me hizo descubrir a un Policarpo Pineda, ajeno para mí a pesar de ser tan guantanamero como él. También había leído relatos sobre héroes cubanos escritos por Nersys Felipe, Julio Llanes y Luis Cabrera y no podía desacreditar ese camino que ya ellos habían empezado. En fin, tuve que investigar como si estuviera escribiendo un libro de historia».
Dividido en nueve cuentos, Temporada de héroes recrea la infancia, la juventud y la adultez de héroes cubanos —José Maceo, Manuel Rodríguez (la Brujita), Celia Sánchez, Raúl Gómez García y José Martí—. A su vez, personajes como una muñeca de trapo, un viajero en el tiempo o un chico que cree ser un valiente mambí del pasado acercan estas enormes figuras a nuestro presente. «El cuento del Che, el de Pablo de la Torriente, el de Policarpo Pineda, y el del mismo Mella son diálogos con los niños, adolescentes y jóvenes de este siglo. En la mayoría de los casos, y como pasa en casi toda mi obra, el amor transversaliza la historia.
«Nunca pienso en el público. Al menos no cuando estoy creando. Escribo para el que me quiera o me pueda leer. No importa la edad física que tenga. Me gusta más pensar en la edad sicológica y esa no depende de los años que tenga la persona, sino de sus lecturas previas, del medio que lo rodea, de su formación como ser humano, de la familia y de mil otras cosas. Prefiero pensar que me lee aquel que le interese lo que escribo, no importa si tiene cinco años o 120», resalta Baratute.
Temporada de héroes se vislumbra como uno de los títulos más sugerentes que nos trae la Casa Editora Abril para la próxima 30ma. Feria Internacional del Libro de La Habana. La obra contó con la sabiduría de Malvis Molina, «la editora ideal para este libro», y el arte de Yancarlos Perugorría, cuyas ilustraciones «más que complementar realzan las historias». Además estuvo bajo «el amparo de Diana Lío, quien fue directora de Abril. Diana, quien falleciera a finales de 2020, tuvo incluso la cortesía de incluirlo en el plan de la Editorial sin que yo se lo hubiese entregado aún. Si no fuese por ella quizá no estuviese hoy en las manos de los lectores, o al menos con esta edición tan hermosa».
Eldys Baratute, quien es premio Calendario, La Rosa Blanca, Joven Creador y Orígenes, comentó a JR que este proyecto permaneció en tintero algún tiempo hasta que él decidió aceptar el reto.
«Quise confeccionar un libro en el cual a los héroes cubanos se les viera como lo que son, figuras de carne y hueso, seres sensibles, valientes, inteligentes, pero también con defectos, odio, amores ocultos… Un libro que acercara a los niños desde lo afectivo, que es la mejor forma de hacerlo, a esos héroes humanos que a veces les suenan tan ajenos, tan distantes, porque se los construimos demasiado perfectos, demasiado idílicos, con demasiado mármol en el alma».
De acuerdo con Baratute, «no podemos hablar de conceptos como identidad, nación y patria si no acercamos a nuestros niños a sus héroes. Hay que alejarse de fórmulas añejas, prestablecidas y buscar canales que permitan que se logre una empatía real entre nuestros lectores y esas figuras que han sido protagonistas de la épica cubana. Si no hay emoción, si no hay detalles que diferencien a uno de otros, si no hay pasajes que los particularicen, que los acerquen a la humanidad que tuvieron, entonces no se logrará ese nexo imprescindible y nuestros niños buscarán sus referentes en los superhéroes de Disney, algo que lamentablemente pasa más veces de lo que quisiéramos».
La mala historia es mil veces más fácil de hacer y de enseñar que la buena y la crítica. Por eso, entre otras razones, ha proliferado tanto y se ha mantenido viva. Estos tiempos son ideales para transmitir una historia interesante y bien contada, que vaya en contra de lo aburrido y lo memorístico, que solo se ocupa de sucesos y fechas que comunican bien poco.
«Quizá disfrutando de la película José Martí: el ojo del canario, de Fernando Pérez, o leyendo Pepe y la Chata, de Nersys Felipe, se aprenda más de Martí que en cualquier clase. Si los niños se acercan a la historia con la idea de que es aburrida y “tecosa”, nada de lo que digamos se quedará con ellos, y somos nosotros, exactamente nosotros, los que les hemos mostrado que la historia puede ser aburrida y “tecosa” cuando sabemos que también puede ser atractiva y emocionante. Esa emoción es la que ellos están buscando».
Más allá de su lenguaje claro y directo, propio de la literatura infantojuvenil, Temporada de héroes logra un balance armonioso entre las peculiaridades de cada historia y el rigor investigativo para llevarlas a feliz término.
Respecto a su pasaje favorito, el autor explica que disfrutó escribir sobre Manuel Rodríguez, mambí homosexual espirituano, y sobre el valiente coronel del Ejército Libertador Policarpo Pineda. «Es muy poco conocido que existieron homosexuales declarados dentro de las tropas mambisas. De la misma forma me encantó conocer a Pineda, por guantanamero y por ser una figura tan controversial. Aseguro que de cada uno de ellos aprendí. Es como si hubiese recibido un posgrado de historia».
Eldys Baratute se encuentra satisfecho con el producto final que llegará a las estanterías. No titubea. Muestra su felicidad por el trabajo conseguido. «Estoy muy conforme. A tal punto que hice dos cosas. La primera, leerme el libro después de impreso, algo que nunca hago, y la segunda, escribir su continuación y entregarla a la Editorial para que también se conozcan pasajes de otros héroes cubanos que merecen quedar en el corazón de los lectores. Con Temporada de héroes siento que he vuelto a empezar, a pesar de tener más de 20 títulos publicados. Volví a sentir una emoción que había olvidado hace algún tiempo. Es como si de cierta manera estuviese saldando una deuda con la cultura y la historia de mi país».
