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Nuestra música, entre acordes y desafinaciones

 La presidenta del Instituto Cubano de la Música, compartió diversas propuesta durante su intervención en la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente sobre los resultados de los indicadores económicos y sociales del Sistema Empresarial de la Música en el año actual

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Redimensionar las actuales empresas provinciales de la Música, exigir rentabilidad y calidad a las agrupaciones musicales y de espectáculos no subvencionadas, liberar a las empresas de las funciones estatales relacionadas con la gestión del Registro de Profesionales y la revisión y depuración de los catálogos subvencionados, así como estudiar la extensión gradual de la actividad de la representación artística a otras formas de gestión —para lo cual además, hay que proponer las adecuaciones legales que se requieran— son algunas de las propuestas que Indira Fajardo Ramírez, presidenta del Instituto Cubano de la Música, compartió durante su intervención sobre los resultados de los indicadores económicos y sociales del Sistema Empresarial de la Música en el año actual.

En presencia de la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh y durante la sesión vespertina de este martes de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Fajardo Ramírez explicó que desde julio de 2022 se trabajó en el diseño y conciliación de propuestas, estas se presentaron al Consejo de Ministros el pasado 8 de noviembre.

Se incrementó el intercambio con músicos y promotores culturales, se realizó un recorrido nacional y se unificaron criterios para elaborar esta Política que se somete a debate ahora.

«Tenemos 14 empresas provinciales y una municipal, subordinadas a los Gobiernos territoriales; seis agencias de representación artística, dos centros provinciales de la Música y dos centros nacionales para la música popular y de concierto, en las que se agrupan
4 081 unidades artísticas con 16 685 artistas, de los cuales 7 198 son subvencionados. Además, Turarte y la empresa provincial de representación artística en Santiago de Cuba integran la lista.

«Debe crearse en cada territorio un Centro de la Música y los Espectáculos Musicales, un Registro de profesionales de la música y los espectáculos musicales, y es esencial diseñar y proponer un proyecto para el desarrollo integral de la música cubana, para su integración al sistema de macroprogramas del Gobierno.

«Es vital también redefinir los mecanismos para el establecimiento de jerarquías promocionales a través de la radio y la televisión, diseñar estrategias para la formación de recursos humanos en el área de la industria musical y la orientación del gusto musical en niños, adolescentes y jóvenes; establecer un marco regulatorio que propicie la solución de los problemas, así como la articulación de circuitos institucionales para la circulación comercial de unidades artísticas no subvencionadas».

Agregó que es una proposición establecer la venta en MLC de instrumentos, equipos y accesorios para la actividad musical y proponer beneficios fiscales que disminuyan costos y estimulen la prestación de servicios complementarios.

Fajardo agregó que es imprescindible tomar en cuenta los riesgos que se corren, como el posible éxodo de las unidades artísticas de mayor calidad y capacidad de convocatoria hacia otras formas de gestión y la lentitud en la solución de problemas externos que condicionan el funcionamiento del sistema empresarial y presupuestado de la música.

Arnaldo Rodríguez, diputado por el municipio avileño de Morón, compartió su preocupación en torno a la representación artística que puede hacer una forma no estatal. «Vivimos en un mundo complejo y no podemos perder oportunidades de consolidar nuestra ideología».

La cantautora Annie Garcés, diputada por el municipio capitalino de Habana del Este, dijo que a los artistas les corresponde visibilizar más su trabajo.

Subrayó que es importante supervisar lo que se dictamina desde las direcciones municipales de Cultura, porque aun teniendo el presupuesto para una actividad musical de calidad, no siempre toman las mejores decisiones al respecto.

Chapman Waugh apuntó que es vital transformar el escenario actual para la música. Instituciones subutilizadas pueden convertirse en sitios de referencia para el disfrute de la música cubana, dijo, y este es tan solo uno de los aspectos que deben tenerse en cuenta para la elaboración de normas y decretos que apoyen la Política.

La maestra Digna Guerra, diputada por Centro Habana, manifestó su preocupación sobre el movimiento de las cantorías, con vitalidad anteriormente y con impactos positivos en el desarrollo de los pequeños.

Ivon Álvarez, diputada por Bauta, insistió en que no puede demorarse más el proceso para organizar la música desde las estructuras vitales para el funcionamiento de sus actividades con impacto económico.

Fernando León Jacomino, viceministro de Cultura, reconoció que no se ha podido lograr que lo que nos interesa que circule, en coherencia con la política cultural, sea lo que esté a la moda. Las soluciones no pueden tomarse en detrimento del disfrute del pueblo. Para que el artista gane, acotó, no podemos inflar los precios de las entradas a los centros culturales de tal manera que el público no vaya, pero tampoco puede costar menos que una cerveza. Hay un compromiso con la sociedad que no puede olvidarse, pero también hay un respeto que debe mantenerse».

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