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La sociedad de la nieve: ¿Tragedia o milagro?

Su director, el cineasta español Juan Antonio Bayona, se basó en el libro homónimo de Pablo Vierci y nos presenta el filme con una duración de 144 minutos que nos acerca a los sucesos ocurridos a partir del 13 de octubre de 1972

Autor:

Beliza Ramos Fernández

En las últimas semanas, si de un filme se rumorea, es de La sociedad de la nieve, transmitido el pasado 20 de enero como parte del tan aclamado programa La película del sábado. Fue proyectado el 9 de septiembre de 2023 en la celebración del 80mo. Festival Internacional de Cine de Venecia, y más tarde en las salas de cine de Uruguay y España durante diciembre del propio año, hasta que el 4 de enero de 2024 fue estrenada mundialmente en la plataforma Netflix.

Su director, el cineasta español Juan Antonio Bayona, se basó en el libro homónimo de Pablo Vierci y nos presenta el filme con una duración de 144 minutos que nos acerca a los sucesos ocurridos a partir del 13 de octubre de 1972, cuando el avión del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se impactó contra la cima de una montaña y se dejó caer en medio de la Cordillera de los Andes. A bordo viajaban 40 pasajeros (el equipo juvenil de rugby Old Christians de Montevideo, algunos familiares y amigos) y cinco tripulantes, de los cuales solo sobrevivieron 16; pero esa supervivencia supuso 72 días de penurias inimaginables.

La película inicia con imágenes aéreas de la pálida cordillera y de fondo la voz de Numa Turcatti, narrador parcial de la historia y uno de los personajes centrales, interpretado por el uruguayo Enzo Vogrincic. Sorprendentemente para muchos, Numa es el último de los pasajeros que fallece, pues se esperaba que fuera uno de los sobrevivientes, como ocurre con la mayoría de los personajes narradores. Ahora bien, ¿por qué Bayona lo eligió a él? Este joven de 24 años y estudiante de Derecho fue convencido por sus amigos de abordar aquel avión rumbo a Chile. A pesar de no conocer a la mayoría de los compañeros, creó vínculos amistosos con todos ellos cuando se vieron en las situaciones más precarias. Fue así como se volvió fundamental en esa dura tarea de sobrevivir, y al momento de su muerte llevaba un papel con la frase «No hay amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos».

Un cambio de escena

Transcurría el minuto 13 del filme cuando el ambiente se puso tenso: finalizaron las partidas a las cartas, los rostros sonrientes se consumieron por el miedo, los coros de canciones y palmadas se sustituyeron por gritos de terror, y al minuto siguiente aparecieron en pantalla los rostros ensangrentados y el desastre.

En medio de la nada, aquellos jóvenes que habían sobrevivido al primer impacto comenzaron a ayudarse unos a los otros, pero, ¿cómo se sobrevive cuando las temperaturas son ínfimas y apenas hay abrigo y comida para todos? En palabras de Numa, si no los mató el avión, los mataría el frío. Así, despertar vivo cada mañana se convirtió en una victoria milagrosa acompañada por la esperanza de ser rescatados de aquel infierno que cada vez se hacía más hostil.

Entre todos trataron de mejorar un poco las condiciones dentro del pedazo de avión que los cobijaba: sacaron los asientos para hacer más espacio, revisaron las maletas que quedaban para recolectar todo lo que fuera útil, priorizaron a los heridos. Pasaban los días, el hambre y el frío pegaban más fuerte, los aviones sobrevolaban la zona en busca de ellos, pero no los encontraban debido a la poca visibilidad del avión mutilado desde las alturas.

Uno de los momentos más impactantes del filme fue cuando, sumergidos en la desesperación, gran parte del grupo se alimentó de los cadáveres de sus compañeros que reposaban en la nieve, lo cual generó una gran conmoción entre ellos; pero con el paso de los días, lo que al principio resultó ser una masacre se convirtió en lo habitual. 

Las esperanzas que habían sostenido en aquellas montañas se desvanecieron cuando lograron alcanzar un poco de señal mediante un radio y escucharon la noticia de que la búsqueda había finalizado tras cumplir con el protocolo de diez días en los que se habían ejecutado 66 misiones de búsqueda y rescate entre la Fuerza Aérea chilena, uruguaya y argentina. Fue entonces cuando Marcelo, quien se había mantenido todo el tiempo animando a los demás y fue uno de los que se negó a comer los cuerpos de sus compañeros, perdió toda aquella fe que tanto había predicado.

Como si no bastara con el frío, el hambre, las esperanzas perdidas, apareció una avalancha que inundó el interior del avión y dejó a la mayoría sepultados. Roy Harley corrió con un poco de suerte y cuando se percató de que algunos de sus compañeros estaban vivos comenzó a excavar en la nieve para dejar salir sus cabezas. Así, los que iban liberándose también se ponían en función de sacar a los demás, pero cada segundo que pasaba se robaba una vida, y fueron ocho los fallecidos en este episodio mortal.

La religión metamorfosea

En un filme en el que abunda el desastre, la desesperación y las peores condiciones de vida, es de esperarse que también esté presente la fe en todo momento. Pero en este caso, con el paso de los minutos, la religión fue tomando varios matices. La primera escena religiosa antes del desastre fue una misa, allí Gastón le entrega un papel a Numa en el cual le pide que lo acompañe a Chile. Luego, cuando el avión cae y se percatan de que el piloto aún estaba vivo, se acercan a él para tratar de hacer funcionar la radio y comunicar lo sucedido, pero este, ya en sus últimos suspiros, le susurra a Numa: «Que Dios los acompañe».

Las oraciones a Dios se escucharon de trasfondo en varias ocasiones: cuando se decidieron a practicar la antropofagia por primera vez, cuando se encontraron sepultados bajo la nieve, o en aquella carta que Nico escribió a sus padres y expresa que constantemente pide volver a verlos.

Pero sin dudas, el momento en que la religión adquiere otro concepto fue en las palabras de Arturo. Sintiendo la muerte cada vez más cerca, le expresa a Numa que su fe ya no estaba en su mismo Dios, pues este le dice lo que tiene que hacer en su casa, pero no en la montaña y bajo esas condiciones. Ahora su Dios era Roberto cuando le curaba sus heridas, Nando cuando entrenaba todos los días con aquella fuerza imparable, Daniel cuando cortaba la carne para sus compañeros y Fito cuando la repartía sin revelar de quién se trataba. Queda claro entonces que cuando la vida da un giro y cada día de estar vivos se convierte en un milagro, la fe y la concepción de la religión también fluctúan.

No dejes de saber

Luego de que Bayona se enfrentara a varios inconvenientes para la realización de la película, consiguió financiación, y fue el presupuesto una cantidad de 60 millones de euros, por lo que se convirtió en el filme más caro del cine español.

El director entró en contacto con algunos de los sobrevivientes reales del siniestro, así como con los familiares de aquellos que no lo lograron, lo cual le permitió un acercamiento más íntimo e, incluso, algunos de ellos tuvieron participación directa en el rodaje: Roberto Canessa interpreta al médico que examinó a su propio personaje en el hospital; Carlitos Páez interpreta a su propio padre en la escena en que lee el listado de los sobrevivientes; José Luis Inciarte tuvo un pequeño papel como cliente del bar al principio de la película.

En el afán del director por recrear lo mejor posible los hechos reales, los actores se sometieron a una dieta estricta para adelgazar, pasaron hambre y frío en las montañas de Sierra Nevada y Los Andes (lugares donde se grabaron la mayoría de las escenas), lo cual les permitió un mayor contacto con las sensaciones de los verdaderos accidentados.

La sociedad de la nieve conquistó 12 galardones en la 38va. edición de los Premios Goya. Fotos: Tomadas de Netflix

Como es de esperarse, La sociedad de la nieve acumula gran número de nominaciones y varios premios ya conquistados. El pasado 10 de febrero se celebró en Valladolid la 38va. edición de los Premios Goya, en la cual el filme conquistó 12 de los 13 premios a los que aspiraba: Mejor película, Dirección, Efectos especiales, Maquillaje y peluquería, Dirección de fotografía, Sonido, Montaje, entre otros. En la gran gala de los Premios Óscar 2024, que tiene cita para el próximo 10 de marzo, ya se posiciona en la lista de nominados en las categorías de Mejor película extranjera y Mejor maquillaje y peluquería. Ahora solo queda esperar.

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