Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Boris Gelfand, la historia

Un breve recorrido por la vida del Gran Maestro israelí Boris Gelfand

Autor:

Boris Gelfand nació el 24 de junio del 1968, Minsk, antigua Unión Soviética, de una familia de ingenieros. Sus padres, Abram y Nella, tenían pasados turbulentos: ambos nacieron no mucho después de la gran Guerra, donde fueron evacuados; al finalizar la Guerra ellos retornaron a su natal Minsk. La familia estuvo mudándose constantemente de una construcción a otra en Bielorrusia, Lituania, Rusia… Los padres se acostumbraron a esta vida nómada, y el hijo de ellos –Boris– también.

La familia Gelfand era la típica familia intelectual en la entonces unión soviética: el ajedrez era parte integral de su cultura como lo era el cine, el teatro y los libros. No es sorpresa que cuando le compraron el primer libro a Boris, fuera uno de ajedrez, “viaje al reino del ajedrez”, de Averbakh y Beilin. (No puedo dejar de sonreír mientras escribo esta oración: ese “Viaje…”  fue también mi primer libro de ajedrez. Carlos)

“Decidimos que miraríamos un diagrama por día”, recuerda Abram, su padre. “¡De esa manera seriamos capaces de completar el libro en un año!” Así fue que el padre y el hijo dedicaron un tiempo del día al ajedrez, y Boris se sumergió en el mundo de las 64 casillas. Durante los días de la semana Boris se moría esperando al padre para comenzar una nueva lección… eso no duro mucho, porque a los pocos meses el niño ya estaba estudiando ajedrez por su cuenta. “al principio pensé que Boris había perdido el interés por el ajedrez, pero pronto descubrí que ya había terminado todo el libro, ¡y estaba tratando de reproducir algunas partidas de los grandes maestros!”

El primer entrenador de Gelfand fue el conocido maestro Eduard Zelkind. Boris no tenía siquiera siete años cuando se unió a su grupo. Al principio Zelkind no quería acoger al niño pero al momento se arrepintió al ver que Boris dijo la jugada ganadora –presumiblemente en un tablero mural- en una de las partidas que este maestro hizo contra las computadoras. Estaba claro que el pequeño no solo había memorizado partidas, pero que también tenía un sentido de lo que estaba pasando en el tablero.

Boris estudió con Zelkind por cinco años. El muchachito se probó así mismo como jugador en el estilo combinacional, pero también hizo un progreso substancial en los finales y su técnica. En 1979 Tamara Goleva, una talentosa maestra, tomo a Boris como protegé. Ella se convirtió en una segunda madre para él.  “Nunca nos preocupamos por Boris cuando él iba a algún torneo con Tamara”, recuerda Abram. Y el trabajo en conjunto fue sin dudas beneficioso. Pero entonces apareció Albert Kapengut in la vida de Gelfand.

Boris Gelfand, El nieto de Bolelavsky

Kapengut, favorito alumno de Bolelavsky, un fuerte jugador, teórico y entrenador metódico, le dio a Gelfand un conocimiento sistemático acerca del ajedrez, lo enseño a trabajar independientemente y le inoculo el hábito de generar nuevas ideas. En una genial frase de Razuvaev, Gelfand se convirtió en el “nieto de Bolelavsky”. Su creativa colaboración comenzó en 1980 y continúo por cerca de 12 años… Gelfand tuvo acceso a la inmensa biblioteca del entrenador, y pudo preguntarle a Kapengut cualquier cosa acerca del ajedrez.

Otra etapa formativa del ajedrez de Boris Gelfand fue su participación en la escuela de Tigrán Petrosian durante 1980-83; Gelfand fue durante tres sesiones de dos semanas, donde no solo atendió lecturas por maestros pero también se gastó el tiempo con el mismo ex campeón mundial. (Imagino que no pudo continuar por el deceso del campeón en agosto del 1984. Carlos) “¡Eso fue algo especial! Tuve la grandísima oportunidad de estar frente a frente con tamaño jugador”, recuerda Boris Gelfand con deleite, “Recuerdo a Tigrán Petrosian diciéndome que yo no debería hacer una jugada sin tener una idea detrás de ella: ‘incluso si estás jugando blitz, ¡piensa siempre!’ ese consejo ha jugado un rol enorme en el desarrollo de mi manera de jugar el ajedrez”

Los primeros éxitos de Boris Gelfand

El hecho de que en 1979 el campeonato de la URSS tomo lugar en Minsk, también jugó un rol importante en el desarrollo de Gelfand. Lo ganó el veterano de 54 años Efim Geller –este le ganó a Yusupov y a Kasparov en combates sangrientos. Boris Gelfand, entonces con once años, fue el más atento de los espectadores in la sala de juego: no se perdió una sola partida y obtuvo los autógrafos de todos los 18 participantes, incluyendo la del árbitro principal, Salo Flohr. Viendo la obsesión del niño, la esposa de Kapengut le dijo: “¡pronto la gente estará pidiéndote tu autógrafo también!”

Los siguientes años fueron exitosos par Gelfand. Él se probó a si mismo ser uno de los jóvenes jugadores más fuertes del país, ganando premios en variados torneos individuales y por equipos. Entonces, en 1983, vino su gran salto.

En 1983 Gelfand, como Kasparov cinco años antes, se escurrió entre los participantes del Sokolsky in memoriam, en el mismo Minsk, ¡y causó otra gran sensación! Boris termino el torneo por delante de dos grandes maestros, e inmediatamente completo los requerimientos para ser maestro: sin embargo, demoras burocráticas le impidieron serlo oficialmente hasta el 1985.

En ese mismo año, 1983, el muchachito de 15 años jugo el campeonato bielorruso para adultos por primera vez: y ganó las dos ediciones del 1984 y la del 1985.

En 1985 Gelfand jugo el campeonato junior de la URSS por primera vez. En una fiera batalla por el primer lugar, el supero a otra estrella naciente del ajedrez, Vassily Ivanchuk, por medio punto. Dos años después, en Arnhem, él lo supero otra vez en el campeonato europeo u21, después de superar una selección de fuertes jugadores. Vassily le venció en el encuentro particular, pero esto no amilano a nuestro héroe: gano 11 partidas consecutivamente, y solo cuando el primer lugar estaba asegurado, le “regalo” medio punto a su adversario en la ronda final, aceptando tablas. Fue una victoria incondicional.

Un año después, en 1988, en Arnhem otra vez, Gelfand repitió su logro de convertirse campeón de Europa, por segunda vez, aunque compartido. Antes de esto había compartido el primer lugar en el campeonato juvenil de la URSS y en el mundial en Adelaide, Australia. Boris Gelfand también participo y jugo brillantemente en la primera liga, ganándose su lugar en el campeonato adulto de la unión soviética.

El despegue de Boris Gelfand

Para 1989 el mundo ajedrecístico por entero estaba hablando de Gelfand. Los éxitos venían uno detrás del otro, su rating crecía a ojos vistas. Boris Gelfand no tenía 20 años cuando pudo añadir de un solo golpe 66 puntos Elo y entro en la lista de los diez mejores con un rating de 2673. Entonces, el consolido esas figuras con éxitos más brillantes aun: tercero en el campeonato de la URSS en su primer intento -El campeón ese año fue Rafael Vaganian.

Este suceso le permitió formar parte del equipo nacional de la URSS, y con este joven y ambicioso equipo se ganó el campeonato europeo por equipos. Y un año después conquistaron el primer lugar en la olimpiada de Novi Sad, el jugando como segundo tablero, e Ivanchuk de primero. En su carrera, Boris Gelfand ha jugado en nueve torneos de las naciones, en su momento liderando al equipo de Bielorrusia y luego al de Israel.

Pero el evento principal para Gelfand en 1989 fue el torneo de candidatos de la GMA en Palma de Mallorca. 150 grandes maestros comenzaron el torneo: posiblemente fue el torneo suizo más impresionante en la historia del ajedrez. Y tuvo un solo ganador: Gelfand, quien gano 6 de las primeras 7 partidas. Sus víctimas incluyeron Dugly, Adams, King… el resultado final (7,5 de 9) fue una reminiscencia de sus torneos juveniles, cuando sus actuaciones no dejaban duda de su superioridad.

Tamaño éxito no podía pasar desapercibido, y al final del torneo Gelfand recibió una invitación a dos supertorneos: Tilburg y Linares.

En el primer torneo, linares del año 90, el novato tuvo que jugar contra el mismísimo Kasparov en la primera ronda. Y Boris Gelfand paso el examen al que lo sometió el entonces campeón del mundo: una fiera defensa india del rey con piezas y reyes flotando en el tablero, con mutuos sacrificios de peones, piezas y calidades que mantuvo a los espectadores en el borde del asiento durante toda la partida; y cuando se acabaron las piezas y los peones para sacrificar y la partida fue declarada tablas, nadie se sintió desilusionado y fue reconocida como la mejor del torneo, no faltaba más.

Después de este “calentamiento”, Kasparov y Gelfand ganaron cuatro partidas seguidas, para que no cupiera duda de quienes eran los que competían por el primer lugar… pero no pudo ser, Gelfand finalizo segundo detrás de Kasparov, a solo medio punto, y a pesar de sus seis victorias.

Al final, después de haber pasado el examen brillantemente, Gelfand fue incluido entre los ajedrecistas  de la elite mundial. Y después que el, junto con Ivanchuk, compartiera la vitoria en el interzonal de Manila, se comenzó a hablar acerca del bielorruso como un posible candidato al trono ajedrecístico.

Desafortunadamente, la “primera jugada” de Gelfand en pos de la corona termino abruptamente en los cuartos de finales; (por cierto, así también le paso a Anand con Ivanchuk). Después de una difícil victoria sobre  Predrag Nikolic (4 a 4 con tiempo clásico, y 1,5 contra 0,5 en el desempate) Boris perdió contra Nigel Short 3 a 5. Pero de consuelo, en este ciclo nadie pudo parar al jugador británico, quien llego a disputar el campeonato del mundo con Kasparov (y destruir el mundo ajedrecístico tal como lo conocíamos, aunque ya eso es otra historia)

Gelfand no hizo una tragedia de esta derrota, la primera en su meteórica Carrera. Boris acepto la realidad, aprendió de sus derrotas, y se dispuso a asaltar al olimpo ajedrecístico en los próximos dos años: solo tenía 22 años.

Pero resultó que después de perder el match contra short algo “allá arriba” sucedió: Kasparov y Short jugaron su match fuera de la fide, y la FIDE misma convino declarar un match entre Karpov y Timman por el campeonato del mundo: el mundo entro en una era de dos poderes ajedrecísticos. La situación por supuesto no hizo feliz a Boris Gelfand. Para el, el mundo del ajedrez siempre fue como una pirámide, donde en la cima de la pirámide estaba el campeón mundial estaba y la misión del resto de los jugadores, donde estaba el, era llegar la misma cima.

Pero en 1993, cuando la FIDE y la PCA comenzaron a organizar dos ciclos paralelos, de repente había dos pirámides. Y Boris Gelfand fue el único que no trato de matar dos pájaros de un tiro: se concentró en los torneos de la FIDE.

No obstante, antes de celebrar su éxito en el torneo interzonal del 1993, por segunda vez, Gelfand había logrado un montón: en 1991 gano brillantemente en Belgrado, y en 1992 compartió el segundo lugar con Kasparov en Reggio Emilia, gano el Wijk aan Zee, y también el Alekhine in memoriam finalizando el año. Este éxito en Moscú fue uno de sus más brillantes páginas triunfales en su carrera de gran maestro.

Este fue uno de los torneos en el cual Gelfand triunfo literalmente en todo, y su brillante y juego creativo alcanzo su apogeo. Boris ganó tres brillantes victorias sobre Karpov, Anand y Salov, y solamente una “innecesaria” derrota en manos de Shirov le privo de ganar el torneo de forma indiscutible. Varias publicaciones, encantadas con su forma de jugar, lo llamaron “el heredero de Alekhine”.

No obstante, no se puede comparar con su victoria indiscutible en el torneo interzonal de Biel del 1993. Antes de Gelfand, Bronstein había logrado ganar dos interzonales, el de Saltsjobaden en 1948, y el de Gotemburgo en 1955… pero nadie dos interzonales seguidos. Gelfand ganó el torneo con un “+5”, y la partida decisiva fue su victoria sobre Anand, a quien venció en la octava ronda (como había hecho tres años antes, en el interzonal de manila). Al convertirse en el retador (en el sistema de la FIDE), Gelfand no jugó los torneos de candidatos de la PCA en Groningen.

Gelfand mostró temprano que se había preparado seriamente para este ciclo, y su primera víctima fue el experimentado Michael Adams, ya dos veces participante de los ciclos de los campeonatos del mundo. Boris fue superior a él en todos los aspectos del juego, y no le dio a Adams el más mínimo chance, ganando cinco a tres.

Ese año Boris Gelfand tuvo un catastrófico Linares, quedando en 11no lugar, pero se resarció en el mismo suelo español al ganar el dos hermanas; entonces se retiró de la práctica de torneos durante dos meses para prepararse cara al match contra el entonces jovencito de 19 años, Vladimir Kramnik.

Hasta el día de hoy, Boris Gelfand considera la victoria en este match (que fue 4,5 a 3,5) una de las más importantes en su carrera. A pesar de su juventud, Vladimir estaba ya entre los cinco mejores jugadores del mundo, y no había dudas que muchos más éxitos aguardaban por él.

Junto a sus asistentes Alexander Huzman, Mark Kogan y Valery Atlas, Gelfand tuvo éxito en descubrir las debilidades del juego de Kramnik, y golpearon las áreas claves con análisis caseros desde la misma apertura. La situación fue un poco más complicada por el hecho de que Boris y Vladimir eran amigos y habían trabajado en el ajedrez juntos más de una vez.

El mando del match fue dictado desde el principio por Gelfand. Hizo presión con blancas, y Kramnik se encontró sin aperturas efectivas cuando Boris iba con negras, por lo que tuvo que trasladar el énfasis de la partida al medio juego. Vladimir Kramnik tomo la delantera en la tercera partida, ganando de forma fantástica, pero el puntaje fue inmediatamente emparejado en la cuarta partida. Entonces, después de una serie de tablas, Gelfand remató a su oponente ganando la partida final, que fue la octava, y gano el match 4,5 a 3,5.

Gelfand termino el año 1994 con la victoria en el torneo knock-out de Cap d’Agde, en al final de la cual venció a su oponente de los matches de candidatos, Anatoly Karpov ¡4 a 2!

Hasta ese momento su victoria en el ciclo de la fide parecía completamente realista. Karpov, es verdad, tenía a Gelfand 3 a 1 en partidas anteriores, pero… “eso era antes”, y Gelfand se fue a Sanghi Nagar no solo confiado de la victoria pero también con una idea clara de cómo podría lograrla.

Al principio Karpov tuvo serios problemas: se pudo salvar de milagro en la primera partida, no pudo hacer nada en la segunda, y fue destrozado en la tercera. Pero… sintiendo que el match no estaba yendo por el camino correcto, el campeón de la FIDE movilizó todas sus reservas internas y se las arregló para recuperar el control. Con su característico estilo pudo ganarle a Gelfand en la cuarta y la sexta partida, después de haber cambiado de apertura, y pudo hacer tablas con confianza en la quinta.

La partida clave del match fue la séptima. Aquí Boris Gelfand, que había perdido varias oportunidades durante la partida, optó por un mal final: cambio los caballos en vez de los alfiles, asegurando unas tablas fáciles. Anatoly Karpov convirtió su ventaja en una victoria ejemplar. Esta derrota realmente sacudió las esperanzas y estabilidad psicológica de Gelfand. El match se había terminado, 3 a 6.

Este match, o la oportunidad que Boris Gelfand perdió en este match, le quedaría como una marca de por vida. A esa edad, 27, él estaba el pico de sus fuerzas creativas. Sin embargo, eso no era suficiente: se dijo que el inexperto Gelfand había revelado demasiado pronto su estrategia en el match, y Karpov, con su enorme experiencia (¡quien lo duda!) supo cómo adaptarse. Al contrario, Boris no pudo hacerlo, y perdió.

Boris Gelfand: uno de la elite

Afortunadamente, su colapso como retador no obstruyó su desarrollo posterior. En el mismo año, 1995, Boris se encontró entre los ganadores de los torneos Dos Hermanas y Biel, y en Belgrado compartió el primer y segundo lugar con Kramnik, con un marcador +5 cada uno.

En los dos años siguientes le llovió invitaciones para los mejores torneos del mundo, y el probablemente sobrestimo su capacidad física. ¿Pero que podía hacer? El ciclo por el campeonato del mundo había colapsado, su gran sueño, y solo le quedaba el “jugar por jugar”.

Y Gelfand, un jugador con la concentración que se gastaba en cada partida, en cada jugada, de repente se forzó a sí mismo a jugar una partida cada tres días, como promedio: en los dos años siguientes jugo un numero inconcebible de partidas clásicas (183!), y eso sin contar las modalidades de ajedrez rápido y blitz. Boris viajo por todo el mundo sin respirar siquiera… Wijk aan Zee, Amsterdam, dos hermanas, Madrid, Nóvgorod, Dortmund, Viena, Ereván, Tilburg, Groningen, Biel, Polanica Zdroj, Belgrado, y el primer campeonato mundial de la fide por knock-out. Cualquiera colapsaría ante tamaña cantidad de apariciones.

No hay que decir que Gelfand simplemente no tenía tiempo de pensar en las nubes: ¡tenía que prepararse para la siguiente partida! Es sorprendente como pudo mantener su rating, y no yendo muy lejos de los mejores diez del mundo. Cuando le preguntaban acerca de resultados sin importancia por entonces, el simplemente levantaba las manos y los hombros: “Simplemente no tengo la energía para preocuparme, estoy jugando todo el tiempo…” Su cansancio emocional lo condujo a la pérdida de su técnica y a errores frecuentes en partidas que no iban tan mal. Estaba atrapado en un círculo vicioso: No estudiaba porque estaba jugando, su juego sufría porque no estudiaba.

Antes de todo esto, Gelfand había rechazado más de una invitación a torneos, deseando concentrarse en la preparación por los matches de candidatos. Después de que la fide decidió eliminar los matches de candidatos, escogiendo el controvertido sistema por knock-out, él no tenía nada por el cual salvar su energía, el sistema no tenía mérito alguno ante sus ojos. A pesar de todo, Gelfand se preparó para su primer match Knox auto in Groninga.

Boris tuvo  matches muy difíciles, toso los tres fueron a desempate: Lautier, Tkachiev y Dreev. Pero en los cuartos de finales jugó contra Anand. Después de unas tablas rápidas en la primera partida, no había  peligro para el en la segunda, pero la tensión nerviosa tuvo su efecto: disfrutaba de una buena posición peor “regalo” la calidad; luego trato de sacrificar una pieza por dos peones pero no duro mucho la resistencia. Así Anand fue a la semifinal contra Adams. El indio tomo ventaja por las dos derrotas en los interzonales, cada una de las cuales habían sido casi fatales para él. Y Gelfand se detuvo otra vez a dos pasos del trono.

La nueva vida de Boris Gelfand

Al retornar a Bielorrusia, Gelfand decidió comenzar una nueva vida. Hacía rato había estado soñando como mudarse a Israel. Lo hizo en 1998, cuando se mudó a Rishon LeZion – un pueblecito al sur de Tel Aviv. Gelfand había compartido su tiempo libre entre Bruselas y Minsk, pero ninguna de las dos le sabia a casa. Pero Rishon Lezion si, e inmediatamente se convirtió en el centro de actividades ajedrecísticas.

Cuando Boris Gelfand cambio su “ciudadanía ajedrecística” se le dejo de ver un tiempo: parace que los organizadores de grandes torneos dejaron de notarlo. Como resultado, Boris comenzó a jugar menos frecuentemente. Pero sus raras apariciones fueron más fructíferas. Gano en Polanica Zdroj con un punto de diferencia sobre Shirov en 1998, y también en el primer supertorneo en Tel Aviv y otro en malo en el año 1999. Entonces, en el torneo por knock-out  pro el campeonato del mundo de la FIDE, Boris perdió por tradición con Khalifman, en la ronda clasificatoria por los últimos 32…

En abril del 199, Gelfand, quien nunca había sido timido en expresar sus opiniones, hablo por primera vez en asuntos fuera del ajedrez. En una columna del periódico alemán Die Welt, de gran circulación., el gran maestro Israelí fue en contra de la opinión pública y expresó su condena por el bombardeo que la OTAN sometía a Yugoeslavia.

“Para nosotros, los jugadores de ajedrez”, escribió, “esas ciudades como Bugojno, Niksic, Banja Luka, Pula y Belgrado, no son simplemente puntos en el mapa. ¡Ellos son lugares donde tenemos buenos amigos y contribuidores del ajedrez!” Ningún país de Europa había prestado más  atención al ajedrez que los antiguos países de la antigua Yugoeslavia. Gelfand no estaba lanzando un reto a nadie, el solo sintió el deber de expresar su posición. Estas declaraciones audaces y francas de Gelfand, quien había tomado una postura activa contra el bombardeo de Yugoslavia, fueron tomadas en serio por el público.

A finales de 2000 la gente empezó a hablar del retorno de Gelfand al Olimpo del ajedrez… Boris llegó hasta la semifinal de la Copa del Mundo en Shenyang, perdiendo sólo ante Anand, en blitz. Y por segunda vez ganó el Memorial Rubinstein brillantemente.

Pero las cosas no le funcionaron en el campeonato knock-out de New Delhi: solo jugo dos rondas, perdiendo ante el futuro finalista Alexei Shirov 1,5 a 2,5… pero un año después en Moscú llego más lejos, a los cuartos de finales, despachando en el camino a Cabrera, Domínguez, Delchev y Azmaiparashvili. Solamente Svidler pudo pararlo.

Gelfand perdió con Svidler en una prolongada serie de partidas blitz, y una vez más él se pronunció en contra del sistema knock-out y de cómo este degradaba el título de campeón del mundo. Sus declaraciones fueron publicadas por la prensa y otros jugadores lo secundaron, y como resultado la fide abandono el sistema knock-out, favoreciendo el ciclo clásico por el campeonato del mundo. Entonces el torneo knock-out recibió, para general satisfacción, el status de copa del mundo, una de las etapas del campeonato del mundo…

En 2002 Gelfand hizo un intento de clasificar por el campeonato del mundo contra Kramnik. Pero los torneos de candidatos en Dortmund no funciono para Boris, quien no pudo clasificar en su grupo para la final clasificaron en ese torneo Topalov y Shirov.

Pero hay que decirlo, hubo otras razones por el fallo de Gelfand, aparte del ajedrez: tres explosiones por hombres-bombas que ocurrieron a tan solo un bloque de su casa en Rishon LeZion, exactamente antes del torneo. Esto distrajo completamente a Boris. Ni siquiera una invitación de Boris Postovsky, el legendario capitán del club Burevestnik y del equipo nacional ruso en los 90, para que compartiera con su equipo (Gelfand es un gran aficionado del futbol), pudo revivirle su espíritu de lucha.

Pero si en el 2002 la suerte de Gelfand quiso que su ajedrez sufriera por causas no ajedrecísticas, peor fue en el 2004, cuando la causa misma de su infortunio fue la fide misma: en ese año, la fide eligió como sede Libia (el país que Gadafi gobernaba) Es sabido que los ciudadanos de Israel tienen prohibido viajar a ese país, y más de 20 jugadores se sintieron estafados a causa de esto, y causo una tormenta de indignación en el mundo del ajedrez. “es una acto vergonzoso, en la opinión de muchos jugadores de ajedrez, espectadores y organizadores”, dijo Boris, hablando francamente al ser entrevistado… “¡no me imagino hasta donde llegaremos en el mundo del ajedrez si la federación continua así en los años que vienen!” Y de verdad que el mundo del ajedrez no había visto nada así desde el 1976, cuando la URSS y el resto la claque boicotearon la olimpiada en Haifa, Israel.

En 2002-2006 Gelfand alterno excelentes actuaciones con otras no tanto, explosiones de creatividad con periodos de grisura ajedrecística… con su rating y su historial fue siempre bienvenido en torneos de segunda categoría; pero el único torneo con el prefijo “súper” que siempre le dio la bienvenida fue el torneo de Amber, a pesar de que nunca pudo obtener nada especial en este, terminando siempre en la mitad baja de la tabla de posiciones.

“entre 1998 y 2006 jugué, quizás, cinco o seis súper torneos clásicos… ¡y eso fue en 8 años!” dice un perplejo Gelfand, “mi rating ha estado siempre entre el número seis y el 16. Hoy en día un jugador con ese rating jugaría el doble en dos años que los que yo jugué en todo ese ¡periodo! ¿Una conspiración? Más bien es la situación objetiva de nuestro mundo…”

En el 2005 Gelfand tomo parte en la primera copa del mundo en Khanty-Mansiysk. Llego a los cuartos de finales, donde Grischuk le venció 4 a 2 (es interesante que muchos años antes, Grischuk, por entonces con 17 años, tuvo una serie de encuentros de entrenamiento con él a pedido de su entrenador Anatoly Bykhosky). Pero a pesar de haber sido vencido en la copa del mundo, Gelfand fue incluido en los 16 candidatos que irían a competir por cuatro lugares que participarían en el torneo por el campeonato del mundo en Elista, un año después.

Y luego de ganar su lugar dentro de los cuatro, viajó a ciudad México. Allí venció a Rustam Kasimdzhanov: seis tablas y una total superioridad de Gelfand en el desempate (2,5 a 0,5). Entonces le toco a Kamsky sufrirlo: Boris Gelfand solo necesito cinco partidas para vencer a gata Kamsky, (¡y gano dos con negras!): 3,5 a 1,5.

¡Tres meses después Gelfand era el “Descubrimiento” del campeonato del mundo en México! La realidad era que Boris rebosaba de energía, estaba increíblemente preparado en las aperturas: jugo defensa rusa con negras, y apertura catalana con blancas. Era una especie de Kramnik personificado. Pe3ro lo principal era que desde hacía mucho tiempo no sentía ese inmenso deseo de luchar por la victoria en cada jugada, en cada partida.

Sin embargo, en la primera ronda con negras contra Anand él no se gastó mucha de esta actitud, porque si no, en la partida contra Anand, hubiera tomado ese peón que el indio dejo vulnerable, y quien sabe lo que hubiera pasado en el resto del torneo. Pero Vishy se afianzo en la primera vuelta, terminando la primera vuelta con cinco puntos de siete. Gelfand tenía medio punto menos, obtenidos gracias a dos victorias sobre Aronian y Morozevich, y contra el resto de sus principales oponentes, Gelfand hizo tablas con negras.

Infortunadamente, el cuento de hadas termino en la novena ronda, en la partida contra Grischuk. Este, que había tenido una pésima primera vuelta, fue masacrado aún más en la segunda, y solo consiguió una sola victoria… contra Gelfand. Después de esto, a Anand no se le pudo alcanzar, a pesar de que Boris logro una tremenda victoria sobre Aronian. Gelfand ni siquiera pudo obtener el segundo lugar, pro el “sprint” de Kramnik en las ultimas partidas.

Sin embargo, los expertos notaron que el casi cuarentiañero Gelfand estaba en “racha”, la segunda de su carrera. También fue notado que esta solo aparecía cuando se competía por el título mundial, y que en los torneos “normales” él carecía de estabilidad necesaria para repetir los triunfos.

El salto: “Nadie de la elite ama tanto el ajedrez como Boris”

A esto siguió una gran victoria en la copa del mundo del 2009 en Khanty-Mansiysk: ¡este torneo duró tres semanas y Gelfand las recorrió al máximo de su energía! En el camino hacia la final, venció a Obodchuk, Amonatov, Polgar, Vachier-Lagrave, Yakovenko y Karjakin. La mitad de los matches fueron al desempate, por lo que Boris no tuvo un solo día de descanso. Entonces llegó el titánico match contra Ruslam Ponomariov en la final: las partidas clásicas terminaron en tablas, y entonces los fuegos artificiales comenzaron. Dos veces Boris estuvo a un paso de la victoria, y dos veces Ruslam se salvó con fiereza. Aun así, al final, Gelfand venció 7 a 5.

Hubiera sido verdaderamente injusto si la victoria se le hubiera escapado de las manos: el gran maestro había invertido todas sus fuerzas en este torneo, e incluso un poco más. Sus segundos, jóvenes ellos, estaban “muriéndose” bajo la presión, pero el “jefe” Gelfand amanecía cada día como si ese día fuera la primera partida, como si no pudiese vivir sin jugar, sin parar… Como Alexander Huzman, quien ha sido su segundo por más de 20 años, dice: “después de todo, nadie de la elite ama tanto el ajedrez como Boris”.

El mismo Gelfand, reflexionando sobre sus pasado éxitos, no puede decidir cuál de ellos ha sido el más impresionante. Dos victorias en las interzonales, México 2007, Belgrado 1995, Moscú 1992… “pero no voy a comparar mi victoria en Khanty-Mansiysk a la par de mis éxitos previos: ¡ese fue algo especial!”

Después de esta victoria en la copa del mundo Boris Gelfand fue invitado al supertorneo de Linares, después de una ausencia de 13 años. Sumado a este, Gelfand jugó en los torneos de Astrakán y Bazna, y tuvo una brillante actuación en un match “intergeneracional” (¡el jugando en el equipo de los veteranos!) celebrado en Amsterdam.

Pero el principal desafío para Boris fuer el match de candidatos en 2011. Esta vez el no tuvo que jugar el torneo clasificatorio, sino que fue directo al centro de la batalla…

Vivir y Morir: Gelfand contra el mundo

Antes de comenzar la gran batalla en Kazán, se habló mucho de lo disparejo entre la importancia del evento y el formato, que si los matches eran muy cortos, que si se jugaban uno detrás de otro, que si había mucho ajedrez rápido y blitz… incluso Magnus Carlsen, quien era el número uno del mundo en ese momento (y todavía lo es) había declinado a tomar parte, basado en la convicción de que de esa manera era imposible determinar quién era el jugador más fuerte del planeta.

La mayoría de los matches se convirtieron en una verdadera lotería. Pero Gelfand decidió tomárselo filosóficamente, al decir de un famoso poema: “Nosotros no elegimos el tiempo en que vivimos, solo vivimos y morimos”. Así que Gelfand decidió que no tenía opción sino jugar…

Su primer oponente fue Shakhriyar Mamedyarov, y la partida clave de su match fue la tercera. Aquí su oponente ataco la siciliana planteada por Gelfand con fiereza y sin descanso, pero Boris se defendió con extremada creatividad: ante cada ola de ataque y la voracidad de las piezas de su adversario sacrificaba torres y piezas menores, pero cuando el humo de la batalla se disipo, y se pudo contar las bajas, quedo claro que las dos torres de Mamedyarov poco podían hacer contra el alfil y seis peones de Gelfand, que parecían una manada de cuervos cubriendo el tablero. Las otras tres partidas terminaron en tablas -2, 5 a 1,5.

En el siguiente match contra Gata Kamsky Gelfand pudo haber ganado en las partidas clásicas, sin llegar al desempate por partidas rápidas. Pero se equivocó en la tercera partida y la partida fue tablas. En la cuarta no aplicó la suficiente “fuerza” en el ataque, y también fue tablas. Entonces fueron al desempate en ajedrez rápido.

Boris ganó fácilmente en la primera, pero en la tercera “regaló” una pieza… ¡en la jugada 16! Así fue que quedaba solo un chance de ganar el match ya, en la cuarta partida rápida con negras, pero no pudo ser. Así que llegaron al match blitz, donde Gelfand fue claramente superior, ganado las dos partidas sin discusión. Y así llego Boris Gelfand a la final contra su “viejo” rival, Grischuk.

Grischuk había despachado a Aronian y Kramnik en sus dos matches anteriores, por lo que es de suponer que el hombre estaba de cuidado.

El match empezó con unas luchadas cinco tablas, nada inusual para un match de ese nivel. Parecía que nada iba a evitar ir al desempate por partidas rápidas, pero Gelfand se las jugó todas en la sexta, que realmente fue “la partida de su vida”. Y fue una partida brillante desde el punto de vista estratégico: Boris construyo un fuerte centro de peones, y las piezas de Grischuk, buscando aire y contrajuego, intentaron un ataque anémico contra las murallas del rey de Gelfand, rechazado con facilidad. Pronto se vio claro que las piezas negras no tenían muchas jugadas… luego de un pataleo una de las torres se estancó en el flanco rey y una de las piezas murió de pura falta de oxígeno… Como resultado: Boris Gelfand, ¡Retador oficial de Viswanathan Anand por el campeonato del mundo!

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.