El cierre de la etapa clasificatoria debe ser muy ajustado. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 05:59 pm
De a poco, los ecos del triunfo en el torneo beisbolero de los recién concluidos XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, comenzarán a consumirse en el fragor de la presente Serie Nacional, que hoy retoma su calendario clasificatorio en ocho parques del país.
Esta vez la cita regional marcó una inevitable parada, y durante las cuatro subseries que quedan para definir los ocho elencos candidatos al trono, se sabrá cuáles de ellos pudo sacar mejor renta a este casi mes de descanso.
Hasta el momento, la lucha por los boletos ha sido muy apretada, y a golpe de vista, apenas dos novenas —las de Mayabeque y Camagüey— parecen ya destinadas a guardar sus aspiraciones hasta la próxima campaña. La poca diferencia entre el resto hace pensar que presenciaremos un frenético sprint de fin de año.
Para iniciar este decisivo tramo, nada mejor que el duelo que sostendrán Artemisa y Granma, segundo y tercero en la clasificación, en el cuartel de los Cazadores. Mientras, los merecidos líderes matanceros retoman las acciones con un periplo oriental, comenzando ahora en la casa de las Avispas santiagueras.
Al mismo tiempo, los Tigres avileños, anclados en la cuarta posición, recibirán a los vigentes monarcas de Pinar del Río, a quienes les queda muy poco —para no decir ninguno— margen de equivocaciones.
Por su parte, los siempre aguerridos Piratas de la Isla de la Juventud intentarán mantenerse en zona de clasificación en su paso por la sabana camagüeyana. Por cierto, nos enteramos de la baja por indisciplina del paracortos agramontino Alexander Ayala, mala noticia para quienes ya lo tenían en los planes como posible refuerzo.
Saben en la nave pinera que en su nuca respiran los Industriales. Los Azules reabren el calendario como anfitriones de la joven generación de unos Elefantes cienfuegueros que, a pesar de la notable inexperiencia en sus filas, tienen el mérito de haber evitado hasta ahora el frío sótano al que parecían destinados.
Otro de los elencos obligados a apurar el paso para no terminar en la cuneta es Villa Clara, que ya se despidió del Sandino hasta una posible clasificación a la segunda fase. Los dirigidos por Ramón Moré comienzan sus cuatro visitas sucesivas en la valla de los Gallos espirituanos, discretos en sus picadas, pero con opciones matemáticas de hacer el grado si afilan sus espuelas.
Completa el calendario del retorno las presentaciones del sotanero Mayabeque en Las Tunas, y de los guantanameros en el patio holguinero. En la primera, los Leñadores pueden aprovechar para dar un impulso necesario a sus aspiraciones de sobrevivir la etapa inicial de la serie. El otro duelo involucra rivales cuya distancia entre ellos es de apenas un juego, por lo que el desenlace pudiera alejarlos o emparejarlos mucho más.
Como se ve, las emociones están garantizadas. Son solo ocho vagones y nadie se quiere quedar en el andén. De ellos depende llegar a la próxima estación.
