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El mayabequense Laza siempre ha sido muy útil como refuerzo. Autor: Osvaldo Gutiérrez Gómez Publicado: 21/09/2017 | 06:42 pm
Dennis Laza rompió este año su pacto verde. Como refuerzo se había enfundado tres temporadas el mismo traje: el de Pinar del Río. Pero este año el «tabaco no ardió» y el jardinero de Mayabeque fue llamado a probar suerte con los Alazanes de Granma. Y le ha ido bien; ayer, por ejemplo, prendió la mecha en el inning en que su equipo volteó, definitivamente, el marcador.
Hasta el sexto capítulo, el lanzador vueltabajero Yosvani Torres había logrado ponerle frenos a la batería granmense. Incluso, le había recetado un ponche a Laza. Sin embargo, este se desquitó en esa entrada con cohete que sirvió para azuzar a los Alazanes, quienes con tres hits más y una pifia del segurísimo Andy Sarduy (al mejor escribano…) fabricaron las tres anotaciones que decidieron el partido.
Pero volvamos a Laza. Carlos Martí lo había elogiado mucho la noche que lo «fichó» para su equipo: «Ese muchacho juega fuerte la pelota. Nos va a ser muy útil», me dijo. En los archivos de nuestro estadístico, Benigno Daquinta, aparece que, sumando las 14 carreas anotadas con Granma, es el pelotero que como refuerzo más veces ha pisado la goma (79 ocasiones), pues con Pinar del Río lo hizo en 65 oportunidades. Ya sabe, además, qué es alzar una corona, y ese es un valor agregado que cuenta, sobre todo, de cara a los play off.
En el otro juego vespertino, los Toros de Camagüey no creyeron en el abolengo de los Cocodrilos y los dejaron al campo tras cuatro patadas letales. Parecía que los matanceros volverían a superar a sus adversarios, pero estos se rebelaron a la hora de recoger los bates frente al matador Alexander Rodríguez.
Con hombre en primera y dos outs, Julio Pablo Martínez se ponchó, pero quedó con vida, pues el receptor no pudo retener el envío. Y ahí cambió el rumbo del juego. A Alexander Ayala le dieron un boleto gratis y luego vinieron par de cañonazos seguidos del emergente Yosbel Pérez y de Leonel Segura, que tampoco había empezado de regular en el desafío, para propiciar las anotaciones que enardecieron las tribunas del Cándido González.
