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El «léxico» del madero

Batear es, por mucho, lo más difícil de aprender en el béisbol, y tal vez por eso las estadísticas de un equipo traducen su calidad en numeritos. JR te ofrece datos del bateo de los equipos del Clásico Mundial de Béisbol

Autor:

José Luis López

Batear es, por mucho, lo más difícil de aprender en el béisbol. Y como los dígitos recrean fehacientemente lo que ocurre en un terreno, los maderos de equipos como Japón, Holanda, Puerto Rico y Estados Unidos, pletóricos de figuras insertadas en las dos ligas más fuertes de la pelota rentada, se han hecho sentir en el IV Clásico Mundial de Béisbol.

Apoyados fundamentalmente en esos potentes contactos con la esférica, nipones y tulipanes avanzaron a la fase semifinal. Y algo similar debe suceder con boricuas y estadounidenses, inmersos en el escabroso grupo F, junto a otras dos potencias beisboleras como son el monarca exponente República Dominicana y Venezuela. Pero a esta llave, que se disputa en el Petco Park, de San Diego, aún le queda historia por contar.

Por demás, a (casi) puro golpe de bateo, el conjunto del director técnico Hiroki Kokubo marcha invicto en seis partidos, mientras que los discípulos del adiestrador boricua Edwin Rodríguez han ganado cuatro al hilo.

Las estadísticas reflejan que en seis duelos los nipones han conectado diez jonrones. Yoshimoto Tsutsugoh ha cumplido su misión como cuarto bate, con tres vuelacercas, similar cota a la de Sho Nakata. Cada uno posee ocho carreras impulsadas. ¡Y Japón se enorgullece de ellos!

Yoshimoto Tsutsugoh, poderoso cuarto bate japonés. Foto: AP

Entretanto, Puerto Rico también se ha basado en el sonar de sus toleteros, con destaque para el torpedero Francisco Lindor, quien promedia para 429 (14-6), con dos batazos de vuelta completa y cuatro remolques en igual cantidad de partidos. Las conexiones del avezado receptor Yadier Molina también han aupado a los boricuas. Su promedio es de 385, con dos jonrones y cinco fletadas para el plato.

¿Y qué decir de Holanda? Pues que, Clásico tras Clásico, sus fornidos sluggers sacan muchísimas pelotas fuera de los estadios, para así apoyar un pitcheo que no es tan efectivo. El nombre del jardinero derecho Wladimir Balentien no se le olvidará a ningún cubano… ni a otros hinchas. Aunque la página del torneo no recoge liderazgos individuales, el oriundo de Curazao debe ser el líder de los bateadores, pues promedia 591 (22-13), con tres jonrones y la friolera de diez remolques.

Pero Holanda no es solo Balentien. Entre otros, también destacan los batazos de Jurickson Profar, que ha dado 12 imparables en 23 comparecencias, con un cuadrangular y cinco impulsadas.

Y Estados Unidos, que en esta ocasión se dio más tiempo para entrenar con una nómina de excelentes jugadores, ha pegado 15 extrabases. Y sus lanzadores admiten muy pocas libertades.

Al cierre, en un duelo de perdedores del primer partido en la segunda fase, República Dominicana se enfrentaba a Venezuela. El ganador seguiría con vida en el Clásico; el derrotado casi puede empacar y regresar a casa. Pero hay que esperar.

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