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LIMA.— La identidad de una ciudad como esta se percibe en todas partes, desde las capas más superficiales hasta las entrañas más profundas de esta enorme jungla de asfalto y ladrillos.
La vista es lo primero que nos permite conocer algunos de los símbolos más conocidos e históricos de la capital de Perú. Entre los primeros aparecen la bandera y su escudo de armas. La enseña, dorada en toda su extensión, tiene en el centro el estandarte que le fue otorgado a la urbe por los monarcas españoles en 1537. Dentro del escudo, de fondo azul, se observan tres coronas doradas, tocadas por una estrella. Rodeándolo están las palabras Hoc signum vere regium est (Este es el verdadero signo de los reyes). Protegiéndolo todo hay dos águilas negras coronadas, entre las cuales se leen las letras IK, en honor a Juana de Castilla (La Loca) y a su hijo, el rey Carlos V.
Como en toda la América hispánica, el pasado colonial coexiste con la modernidad independentista. Es por ello que el rojo y el blanco están por todas partes. El paño rectangular de tres bandas que representa a la nación sudamericana desde 1825, adorna el paisaje urbano de la sede panamericana, que viste los colores patrios con un orgullo enorme.
Si nos trasladamos hacia el centro histórico, pueden verse varios escudos azules que señalan a lugares importantes que deben ser auxiliados en caso de desastre o si la mano del hombre ejerce su acción destructiva sobre ellos.
Pero saliendo del aspecto visual, hay otras dimensiones de la vida que te avisan de que estás en la Perla del Pacífico. El olor del caldo de gallina, de lomo saltado o del pisco son alarmas que funcionan a modo de GPS, ese que te habla para decir: «usted está en Lima»
Siguiendo hacia otros sentidos, la música funciona igualmente como una seña de distinción. La cumbia es el ritmo favorito de los limeños, que la escuchan en cualquier parte, desde un taxi hasta las propias instalaciones deportivas. Incluso hay un tema específico que usan para animar a sus atletas en cada lugar en donde se presentan. Se llama Cariñito, popularizado por los Los Hijos del Sol y ahora interpretado por Bareto.
Podríamos buscar muchos más detalles que al ojo, el oído o el olfato puedan dar pistas inconfundibles de cómo es Lima, la sede del deporte continental hasta el próximo 11 de agosto. Pero ninguna supera esa sensación de ser parte de algo más grande que la vida misma.
