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De hachas y Toros

El estadio Julio Antonio Mella, de Las Tunas fue testigo de cómo el equipo local logró salir delante en el otro duelo semifinal de lujo que enfrenta al equipo oriental con los Cocodrilos de Matanzas, al dejar al campo a los occidentales; mientras en el Latino, la lluvia no permitió juego

Autor:

Luis Autié Cantón

Cuando estas letras estén ya impresas, ustedes, queridos lectores, tendrán conocimiento de lo que sucedió en el Latinoamericano, en el segundo juego entre Industriales y Camagüey si finalmente la lluvia lo permitió. Pero, muchísimo más al este, el estadio Julio Antonio Mella, de Las Tunas fue testigo de cómo el equipo local logró salir delante en el otro duelo semifinal de lujo que enfrenta al equipo oriental con los Cocodrilos de Matanzas, al dejar al campo a los occidentales.

Los de Pablo Civil anotaron dos en el inning inicial y estuvieron al frente en el marcador hasta el noveno episodio, cuando César Prieto, tras conectar un doble al central, anotó gracias a un error del infield tunero. El cienfueguero se confirmó como un refuerzo de lujo para los Cocodrilos, al conectar de 5-4.

Fue un partido electrizante, en el que la tensión estuvo al máximo hasta el último momento. Con el estadio a reventar, en la parte baja del noveno, con el juego igualado a cuatro carreras y corredores en tercera y segunda, Rafael Viñales conectó un imparable al jardín derecho que impulsó la carrera ganadora.

Por otro lado, resultados aparte, es necesario dedicarle unas líneas al elenco de la Tierra del Mayor, por la actitud que ha demostrado en esta campaña.

La postemporada es harina de otro costal. Si alguien se destacó en este inicio fue el bateador designado de los Toros de la Llanura, Leslie Anderson. A Leslie no hubo quien le pusiera fuera de circulación el sábado, pues bateó de 4-4 con un boleto. Sus temporadas en ligas foráneas, sobre todo su paso por las Ligas Menores del beisbol de Estados Unidos y la Liga Profesional de Japón, han moldeado la calidad de un pelotero que como parte de nuestras selecciones nacionales participó, entre otros eventos, en dos Clásicos Mundiales.

«Los juegos de postemporada son así, distintos. Se dice que es en el Latinoamericano en donde hay que jugar pelota, que es el escenario en donde los hombres se separan de los niños», dijo Leslie a este reportero, aún eufórico por su desempeño, precisamente el día en que su hija Kimberly Anderson cumplía ocho años.

Lo cierto es que muchos pensaron —entre los que me incluyo, lo confieso— que tras  lo visto entre estas dos selecciones en la parte final de la segunda fase del campeonato, este play off sería «coser y cantar» para los Azules, toda vez que luego de dos barridas a los Toros y la expectativa —cumplida, cabe decir— de jugar a estadio lleno, las apuestas se inclinaban hacia los inquilinos del dogout de tercera base del Latino.

Pero Camagüey, al menos en este «inicio del fin», ha mostrado mucha garra, la misma que los llevó a estar donde están hoy.

«El equipo de Camagüey es una familia, desde el primer día. Hay una gran unión entre el equipo y el pueblo de nuestra provincia», apuntó Anderson.

«En los últimos juegos de la temporada me puse más a tono y las cosas comenzaron a salirme bien. Hasta el último momento no sabíamos que nuestro rival sería Industriales, un equipo que todos sabemos la nómina que tiene, y que sabe jugar muy bien en los play off.  Pero nosotros estamos en nuestro mejor año. Siento que tengo una deuda con la afición camagüeyana, que siempre me ha apoyado de manera incondicional», confesó.

«Leslie Anderson no es un pelotero grande, es extragrande», afirmó el mentor de los Toros, Miguel Borroto, al inquirírsele sobre el jugador, quien en par de meses cumplirá 39 años de edad.

Precisamente, si alguien confía en el desempeño de los de la tierra del Mayor es, sin duda alguna, Miguel Borroto.

«Camagüey le puede jugar «de tú por tú» a cualquier equipo. No es fácil ganar en un estadio abarrotado como este. Todo mi respeto para la afición capitalina, disciplinada y respetuosa con nuestro equipo. Industriales es un digno rival, que sabe luchar y venir de abajo», expresó Borroto a JR.

«Nosotros hemos preparado psicológicamente a nuestros muchachos para lidiar con esta presión. Frente a Cienfuegos se enfrentaron a una conga frenética, y en el Guillermón Moncada, frente a Santiago de Cuba, estuvo también la orquesta Original de Manzanillo y otras cuatro congas animando a los suyos, y nuestros jugadores ganaron, ganaron y ganaron», explicó el Director, al referirse al ambiente imperante en el Coloso del Cerro.

«El que gane el campeonato será el equipo que no tenga presión. Los peloteros grandes, cuando llegan estos partidos, se crecen. En la final del mundial de 1984, este mismo estadio estaba repleto. Yo estaba en el equipo Cuba que jugó ese partido, pero jamás he visto una cantidad tan grande de aficionados quedarse fuera del estadio como está pasando aquí, casi la misma cantidad de gente que había dentro», expresó.

Rey Vicente Anglada tiene un poder de convocatoria único, y la afición capitalina, luego de la remontada en la tabla en las postrimerías del campeonato, sigue soñando. Al mánager azul le quedan, cuando menos, dos juegos al frente de Industriales. Y cuando más, 11 y una corona, o un subcampeonato. Lo cierto es que, en sus propias palabras, pase lo que pase no va a dirigir el próximo año. El de este sábado puede haber sido su último juego oficial bajo el cielo del Cerro.

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