Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Bronces baratos

Aún sin conocer al cierre el resultado de uno de los combates de la jornada, la delegación cubana a la cita continental de boxeo en Ecuador tuvo un excelente comienzo

Autor:

Luis Autié Cantón

Ya Cuba rompió el hielo —y estoy seguro de que algún que otro rostro, dicho sea de paso— en el Campeonato Continental de Boxeo organizado en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil.

Como parte de la jornada inicial, por los nuestros subieron a los encerados del coliseo Voltaire Paladines Polo tres púgiles, todos con la condición de favoritos, a pesar de la bruma en los pronósticos que trae consigo ser figuras noveles en eventos internacionales.

Como a veces donde las dan las toman, y el deporte no escapa en lo absoluto de ciertos espolvoreos de «justicia divina», nuestra escuadra comenzó su andadura en el torneo regional a sabiendas de que uno de sus hombres estaba «sembrado» ya en semifinales.

Billy Rodríguez no tuvo que calzarse los guantes para su combate en la división de los 48 kg, toda vez que solo se inscribieron cuatro púgiles para optar por el título. Por lo tanto, ya el habanero aseguró que de su cuello cuelgue la medalla de bronce, aunque en los próximos días buscará realizar de manera correcta la alquimia que brindan los pleitos semifinales y transmutar el metal en su pecho.

Era quizá Erislán Romero quien, a priori, tenía que «bailar con las más fea». Además de abrir el cartel para los nuestros, con toda la carga de nervios que conlleva un debut, su oponente en los 51 kg era el colombiano Juan Sebastián Palacios, boxeador versátil con experiencia mundialista en categoría juvenil.

No obstante, el nuestro no dio tregua a su oponente en ningún momento de combate. El colombiano comenzó de manera más fogosa, intentando desde el campanazo inicial separar con su derecha al cubano para golpear luego con el jab de izquierda. No obstante, Romero conservó siempre la calma. Aprovechó en varias ocasiones el desespero de su rival para conectar de manera efectiva su gancho de derecha.

Eso, conjugado con un trabajo de pies impecable que hizo al cubano casi intocable —y al hecho de que al final del primer round la andanada de golpes caribeños fuera prácticamente inesquivable— fue factor decisivo para que los jueces otorgaran la victoria de manera unánime a Romero.

Un poco más tarde le tocó el turno a Rafael Joubert, quien en los 60 kg lo tuvo aún menos complicado en su enfrentamiento con el barbadense Peter Murray. Otra vez los jueces votaron todos por el cubano, que dominó de principio a fin. El boxeo tiene eso: un mal día sobre el ring, un segundo en el que tus demonios internos, los nervios o las dudas te dominen y ya, te vas a casa. Por eso, es tan importante salir a ganar cada combate como si fuera una final. Como si cada round fuera una final.

Al cierre Jorge Moirán (63,5) tenía encerado de por medio al costarricense Yader Uriel Centeno, en su búsqueda por convertirse en el cuarto cubano clasificado a semifinales.

El 31 de marzo se conocerán a  los campeones en 48, 51, 54, 57, 60, 63,5, y 67 kilogramos, y un día después alzarán sus coronas los de 71, 75, 80, 86, 92 y más de 92.

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