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Apuntes sobre un campeón ¿esperado?

Contra todo pronóstico los Trigres avileños barrieron en cuatros desafíos a los vigentes campeones nacionales de Las Tunas

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Ciego de Ávila, los Tigres  «eléctricos» de la 3ra Liga Élite, se coronaron el miércoles para romper todas esas brújulas que jamás apuntaron en los pronósticos hacia ellos. Tal vez, alguien los daba en el inicio de la temporada como una posible sorpresa para estar entre los cuatro grandes, pero nunca como un contendiente serio de cara al título.

Un golpe de realidad en la misma arrancada de la Liga hizo que muchos nos replanteáramos muy serio aquellos pronósticos pre-competencias. Resulta que los muchachos de Danny Miranda abrieron el campeonato con contundencia inobjetable, ganándole la primera subserie particular (3-1) a los Leñadores de Las Tunas en su propio «bosque encantado».

Aquella estocada inicial fue un preámbulo con varias lecturas, pues la vida los condujo, casi tres meses después, al mismo estadio tunero Julio Antonio Mella para colgarse la corona nueve años después de su último título en la pelota nacional. La 3ra Liga Élite tuvo para los Tigres, sin dudas, un inicio y final de temporada feliz.

Todo el tiempo el conjunto avileño se mostró estable, dominando de punta a cabo la tabla de posiciones. Sin embargo, a nadie se le puede olvidar que el mentor de los Tigres debió rearmar ese equipo casi completo, área por área, después de las numerosas bajas que presentó el plantel unas semanas antes del comienzo de la Liga.

Con claridad meridiana el cuerpo de dirección pidió, tal vez, no a los refuerzos más connotados en cuanto a nombres (a excepción de Cepeda), pero sí los que podían cubrir con calidad y experiencia los huecos que otros dejaron.

Así se integraron en un principio al equipo serpentineros como Ariel Zerquera, José Isaías Grandales, Yankiel Mauris y Leonardo Moreira, además de los jugadores de posición Rodolexis Moreno, Robert Luis Delgado, Yoassan Guillén o Leonelkis Escalante.

Fíjense si resultó precisa la apuesta por los refuerzos que, no hubo otro cuerpo de lanzadores en el campeonato con mayor dominio y efectividad que el de Ciego. En una pelota donde la ofensiva vive sobredimensionada, el picheo de los nuevos campeones trabajó de manera colectiva para un excelente promedio de efectividad de 3.56 (líderes de la Liga).

Entre los brazos de hierro en ese bullpen de los Tigres están, sin dudas, el mejor lanzador abridor del torneo, Ariel Zerquera (JG 9, PCL 2.88, WHIP 1.35), y el relevista revelación, Yunier Batista, un joven de apenas dos series nacionales en su aval, pero que dio el salto de calidad definitivo en esta recién concluida Liga Élite. Para una muestra, ahí están sus números (JG 6, JS 4, PCL 1.88, WHIP 1.12).

Si hoy no hablamos de Zerquera o Batista como los seleccionados a MVP (jugador más valioso de la postemporada) es, sencillamente, porque la tropa avileña contó con las prestaciones de una leyenda viva en nuestra pelota: el legendario Frederich Cepeda.

Cada herramienta la funcionó a las mil maravillas a los Tigres, quienes debían enfrentar la contienda casi sin lesiones en el rosters, ya que su banca no era profunda. Y así sucedió. La sorpresa de este equipo quedó rota desde la misma arrancada de la Liga, cuando salieron a jugar alegres, unidos y combativos sobre cada terreno de pelota. Marcaron la diferencia en este sentido. Por eso son, sin dudas, los nuevos reyes del béisbol cubano.

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