Eriel Sánchez declinó hablar sobre el tema con Escambray Autor: Tomada de Escambray Publicado: 29/09/2025 | 01:48 pm
Otro acto de violencia se embasó en el estadio José Antonio Huelga. Ocurrió el sábado 27 de septiembre al término del cuarto juego de la subserie entre Sancti Spíritus e Isla de la Juventud, correspondiente a la 64 Serie Nacional de Béisbol.
Involucró a Eriel Sánchez León, director de los Gallos, y a Miguel Rojas, miembro de la Comisión Nacional de este deporte.
Los hechos
El germen, según se supo después, fue una jugada en el octavo inning, cuando, con las bases llenas, se produjo un doble play que invalidaba lo que hubiese sido la sexta carrera para los espirituanos, quienes actuaban en calidad de visitadores.
En un inicio se dio como válida la anotación, mas la decisión se revocó rápidamente, pues, por regla, «cuando el tercer out se produce sobre una jugada forzada, la carrera no vale», comenta Wilfredo Hernández, comisario técnico de árbitros. A la postre, el encuentro terminó con victoria para los Gallos de 5-4.
«Hubo una reclamación de la jugada que ocurrió en el octavo inning; ya en el noveno, cuando Sancti Spíritus iba a consumir su última vez al bate, le dicen a Eriel que el juego no está 6-4, sino 5-4, él reclama y le dicen el porqué. ¿Qué reclamaba el director del equipo? El entendió que era out, pero que no debieron esperar al noveno inning para darle esa información», expone Laidalí Santana, directora provincial de Deportes.
Mas, todo no quedó donde debió haber quedado. Se produjo, entonces, una discusión acalorada entre Eriel y Rojas. «Los árbitros le explicaron la jugada a Eriel. Cuando el juego se terminó, él vino a la mesa a reclamar, y descargó con Rojitas, le dijo de todo, lo ofendió enormemente e, incluso, le mentó la madre. Rojas se le viró y le ripostó», explica Wilfredo.
Cortada, con trabajo, la discusión por quienes estaban al frente de la competencia y miembros de la dirección del equipo yayabero, todo parecía haberse aplacado. «Cuando vine a ver ya la discusión estaba armada, comencé a desapartarlos, me llevé a Eriel para su oficina, vine con Rojas que lo vi alterado, le traje el médico; le tomamos la presión, la tenía un poco alta, le dimos una pastilla, lo pusimos al aire, le pedimos que se refrescara. Fue algo muy desagradable entre dos compañeros que jugaron juntos, glorias deportivas los dos», dice Pavel Reyes, comisionado provincial de béisbol en funciones.
Apunta Laidalí: «Hablé con el director del equipo en su oficina, luego con Rojas, quedamos en vernos al otro día (domingo) para conversar los tres y las cosas quedaran bien claras, y cuando me disponía a irme, que regresé, ya estaba la cabeza partida».
Según explica Pavel, «Rojas quería de todas maneras conversar con Eriel, le dijo a la directora del Inder que iba a ir con ella a hacerlo, pero ella le dijo que no era el momento porque los dos estaban acalorados y era mejor al día siguiente. En ese momento comienzo a hablar con la Comisión Nacional por WhatsApp y cuando vengo a ver me avisan que Rojas había ido para allá con Eriel; cuando llegué ya se lo habían llevado para el hospital».
Puntualiza Wilfredo: «Seguimos en el análisis que siempre se hace al terminar cada juego, el que parece que sí se equivocó fue el que puso la carrera (la sexta) en la pizarra, inmediatamente el árbitro de primera mandó a rectificar. Si Eriel vio esa dificultad en la jugada, tenía que haber venido en ese momento que se produjo. Ya estaba en el parqueo para irme cuando vi a Rojas que salió del estadio chorreando sangre con la mano en la cabeza, venía con el representante de Islazul que le iba tapando la herida, lo montaron en el carro de Frederich Cepeda y lo condujeron al Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos. Lo atendieron enseguida, le dieron cinco puntos, le hicieron placas y el neurólogo determinó que no había fractura, querían dejarlo en observación, pero Rojas quiso irse para su casa».
Miguel Rojas es comisario técnico y miembro de la Comisión Nacional de Béisbol. Foto: Tomada de Escambray
Escambray accedió a los implicados. Eriel, con el derecho que le asiste, declinó hablar sobre el tema. Miguel Rojas, desde su casa, expuso detalles que le corresponderá ventilar a quienes tienen el encargo de hacerlo.
Sí explicó que su intención fue reclamarle a Eriel el hecho de haberle mencionado a su mamá, ya fallecida. «Pero él no me dejó ni hablar, cuando vine a ver ya me había dado, creo que con un pedazo de bate, en la cabeza. Quiero agradecer al representante de Islazul que me auxilió, a Frederich Cepeda que hasta bajó a su familia del carro para llevarme y esperar todo el proceso del hospital, a Wilfredo que estuvo allí, a los médicos y a todas las personas que me han llamado para saber de mí. Incluso porque me lo han preguntado te lo digo: los dos tuvimos que ir a dar declaraciones a la policía por las lesiones».
Más allá del incidente
«Son cosas que no deben pasar en el béisbol cubano y mucho menos en esta provincia; se pudo haber evitado y ahora estamos a la espera de lo que pueda decidir la Dirección Nacional de Béisbol, que debe enviar una comisión acá a la provincia para que puedan evaluar los hechos, nosotros también los evaluamos», sentencia la directora provincial de Deportes.
Como medida inmediata, ni Eriel ni Rojas pueden ejercer en sus respectivas funciones hasta tanto no concluya la investigación y se determinen las medidas. A la espera de las decisiones sobre un hecho que se viralizó, con razón, un día después en las redes, un apunte de paso: nada justifica la violencia, mucho menos cuando traspasa los límites y llega hasta la agresión física, ni en el béisbol, ni en ningún otro escenario.
(Tomado del periódico Escambray)