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La certidumbre de que el Movimiento No Alineado se halla en un momento trascendental de la revitalización iniciada hace algunos años, es un sentir palpable entre los altos representantes y cancilleres que debaten desde ayer algunos de los documentos finales de esta cita. También es certeza la posibilidad que tendrá la Isla de conducir al conglomerado a ese puerto.
Abierta la víspera con la bienvenida tributada por el ministro cubano del Exterior, Felipe Pérez Roque, la reunión sigue transcurriendo hoy signada por los trabajos de los altos funcionarios, agrupados en dos comisiones: la Política y la Económico-Social, que presiden respectivamente Egipto y Zimbabwe en las figuras de sus representantes permanentes ante la ONU, resultado de una de las primeras decisiones adoptadas en la apertura.
Pero no solo se analiza dentro de los recintos cerrados del Palacio de las Convenciones. En los pasillos del edificio recientemente remozado y que abriera originalmente sus puertas para la VI Cumbre NOAL, también celebrada en Cuba, es usual encontrar estos días, en lectura o intercambio de criterios, a los miembros de más de una delegación.
Están sujetos a la afinación de detalles por parte de los altos representantes, los proyectos de Declaración sobre los Propósitos y Principios y el Papel del MNOAL en la coyuntura internacional actual, y del Documento sobre Metodología, que ajustará las normas de trabajo de la agrupación.
Asequible ante el reclamo de JR, Mohammed Bedjoaui, canciller de Argelia —uno de los 25 países fundadores del Movimiento—, estima que esta Cumbre corona los esfuerzos del MNOAL por revitalizarse y fortalecerse.
Apoya los planteamientos que su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque, reiteró la vispera cuando llamó a defender de manera solidaria nuestro derecho a vivir como naciones independientes.
«Estamos conscientes de que el Movimiento No Alineado jugó un papel muy importante durante los tiempos de la llamada “guerra fría” —aseveró Bedjoaui. Pero en este momento tiene que jugar un nuevo papel, acorde con las circunstancias actuales».
También reafirma la necesidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU cobre representatividad y transparencia. «No hay un solo representante del continente africano (en esa instancia). Pero no se trata solo de incluir nuevos miembros, sino de cambiar sus métodos de trabajo en función de la transparencia. Siempre es el puño de unos pocos el que decide por todos».
Se manifiesta privilegiado por haber estado ya en La Habana en 1979 para la sexta reunión cimera del Movimiento, y también valora altamente la oportunidad que ha tenido de reunirse en varias ocasiones con el Presidente Fidel Castro, a quien «deseo una pronta recuperación».
«Es un honor que esta Cumbre tenga lugar aquí, justamente en su aniversario 80», afirmó.
HAY UNA NACIÓN QUE DEFENDER
Uno de los últimos territorios ocupados que pervive en el planeta, Puerto Rico, está representado en los No Alineados por el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), en calidad de Observador.
Mientras para la mayoría de los participantes la mira de esta Cumbre está puesta en la necesidad de unión como única manera de salvaguardar la independencia de la voracidad de los poderosos, los puertorriqueños deben, primero, obtener el estatus de país soberano…
Ese sentimiento prende hoy en Puerto Rico con más fuerza que nunca, acentuado por los atropellos y la misma falta de pudor de las fuerzas federales estadounidenses.
Hay, dice Julio Murientes, «una nación que defender», como lo ha demostrado la espontánea movilización de los boricuas, por ejemplo, ante el asesinato de Filiberto Ojeda, crimen que cumplirá un año el próximo 23 de septiembre.
«Su asesinato demostró que la nación está viva», afirmó a nuestro diario el co-presidente del MINH.
Con esa premisa, la delegación boricua a la Cumbre, que preside el legendario dirigente independentista Juan Mari Bras, espera de esta reunión que reitere el apoyo a la independencia de Puerto Rico —«nosotros, una de las últimas colonias del planeta», recuerda Murientes—, y a la demanda de que territorios nacionales como los de Vieques y Roosevelt Roads sean desmilitarizados y «devueltos a nuestras manos»; que la Asamblea General de la ONU analice el caso de Puerto Rico; y reafirmar los lazos con el gobierno cubano, con «la alegría de saber que el Comandante en Jefe repone su salud».
