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Demostrado: inversión social, impulsa crecimiento venezolano

En los años de Revolución, el chavismo ha invertido más de 500 mil millones de dólares en el área social. Ningún país en este siglo ha avanzado tanto como Venezuela, y en tan poco tiempo, a favor de la dignidad de su gente

Autor:

René Tamayo León

CARACAS.— El Banco Mundial se solazó días atrás por los avances de América Latina en materia económica. Específicamente, por el crecimiento de la clase media en la región, con un alza de casi el 50 por ciento en los últimos años.

En realidad su informe «La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina», en el trasfondo lo que busca es reforzar los pilares ideológicos del neoliberalismo. ¡Allá quien se crea que la película va de rosa!

Pero lecciones buenas se pueden sacar cuando uno de los malos de la película lo masculla.

El Banco Mundial (BM) dejó en su texto verdades inocultables, como que este avance económico y social (especialmente de manos de los Gobiernos revolucionarios o progresistas —cosa que, por supuesto, no reconoce) es resultado «de políticas que encuentran un equilibrio entre el crecimiento económico y la ampliación de oportunidades para los más vulnerables».

Más aun: que «la suerte de la región mejoró significativamente gracias a ciertos cambios de política pública que enfatizaron la prestación de programas sociales junto a la estabilidad económica».

Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia puntean la lista. No obstante, quien más ha avanzando en estos aspectos, aunque el BM no lo reconozca, es Venezuela.

Si vamos a las matemáticas BM, un «clase media» en América Latina es aquel cuyos ingresos per cápita se ubican entre 10 y 50 dólares diarios. Según esa cuenta (y solo la estoy vacilando: la realidad no es tan numérica como se quisiera), la inmensa mayoría de los venezolanos estarían en esa lista.

El salario mínimo en el país bolivariano se acerca a los 3 000 bolívares, incluyendo el dinero contante y sonante y los bonos a los que acceden sus trabajadores. A cambio oficial, serían más de 20 dólares diarios. A esto habría que sumarle el acceso gratuito a salud, educación, cultura, deporte (sin menoscabo del servicio privado en estos sectores); su esquema de seguridad social y otras políticas inclusivas y de bienestar.

Entre estas últimas destaca el monumental programa constructivo de hogares confortables. El sector de la construcción está disparando el crecimiento económico local. Y no constituye precisamente y como ocurrió en España, una estrategia donde el dinero se invirtió en «ladrillos» pero muy pocos de sus ciudadanos pueden costear las altas rentas inmobiliarias.

La Gran Misión Vivienda Venezuela suma en apenas dos años alrededor de 270 000 entregas. Y al concluir 2012 debe llegar a unos 350 000 nuevos habitáculos, tanto para los sectores humildes como para los de la «querida clase media» del BM.

Una idea más redondeada del tema pudiera tenerse si se sabe que Venezuela es el país de la zona continental con más equidad en el reparto de la riqueza. O que su tasa de desempleo en octubre bajó a 7,3 por ciento.

Que en los primeros nueve meses de este año la economía bolivariana haya crecido un 5,6 por ciento, dice mucho.

Sostengo nuevamente —aunque algunos colegas y expertos no coincidan conmigo— que es en Venezuela donde el neoliberalismo está: política, social, cultural, ideológica y económicamente finiquitado (en el resto de las naciones con Gobiernos izquierdistas de la región, late o convive).

La bolivariana es la más radical revolución del siglo XXI, tanto por su líder como por las inmensas mayorías que lo acompañan. También lo he dicho: es la némesis del neoliberalismo.

Y alegra que el país mantenga por ocho trimestres consecutivos (dos años) un crecimiento pujante, con un alza per cápita de 4,7 por ciento en el producto interno bruto (PIB).

Verdad que buena parte de su bien alimentado PIB (en 2012 se acercará a los 320 mil millones de dólares —la quinta economía latinoamericana) lo engorda su suculenta renta petrolera: al cierre de la semana pasada acumulaba un precio en lo que va de año sobre los 104 dólares el barril. Mas también es cierto que los enormes ingresos de la nación se han dirigido a la inversión social (que no es gasto, al contrario: ganancia neta).

La víspera, durante una rueda de prensa del presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, y del vicepresidente y ministro de Finanzas y Planificación, Jorge Giordani, donde se informaron los datos macroeconómicos de enero a septiembre de 2012 que aquí comento, se volvió a insistir en que en los años de Revolución, el chavismo ha invertido más de 500 mil millones de dólares en el área social.

Las políticas sociales —inclusivas y de bienestar— sí mueven al alza económica. Según el local Instituto Nacional de Estadística (INE), antes de 1999 —cuando Chávez asume el poder— el 55,6 por ciento de los venezolanos clasificaba como pobre, y el 25,5 por ciento vivía en situación de pobreza extrema. A mediados de 2011, 26,5 por ciento de la población aún estaba bajo el estándar de «pobreza» y siete por ciento continuaba viviendo en «miseria».

Es verdad que el petróleo a veces se convierte en «tubo» que parece maná. También, que en Venezuela no todo está hecho. Pero ningún país en este siglo ha avanzado tanto y en tan poco tiempo a favor de la dignidad de su gente. La nación bolivariana está demostrando que la inversión social no es estigma.

Al contrario: bendición. El otro «occidente»: el del «norte», debería aprender la lección. Todos saldríamos ganando.

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