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La muerte de efectivos estadounidenses en territorio jordano complejiza la frágil estabilidad geopolítica del Medio Oriente. Autor: RPP Publicado: 29/01/2024 | 09:20 pm
La amenaza del presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, de enérgicas represalias contra los atacantes de una base militar norteamericana en Jordania incrementa el peligro de una extensión del conflicto bélico en Oriente Medio, que tiene su centro en la agresión genocida israelí en Gaza.
El ataque contra Torre 22, un puesto de avanzada en el noroeste de Jordania, cerca de la frontera con Siria, confirmado el domingo último por el Mando Central de EE.UU., dejó tres soldados estadounidenses muertos y 40 heridos, según un reporte actualizado.
Los tres militares norteamericanos fallecidos en un ataque nocturno con aviones no tripulados en el noreste de Jordania, son los primeros en morir por fuego enemigo en la región desde que Biden volcó todo el poder de Estados Unidos a favor de Israel en su operación de venganza contra la población palestina en Gaza, tras un sorpresivo ataque del Movimiento de Resistencia Hamás, el pasado 7 de octubre.
El presidente Biden emitió un comunicado culpando del ataque a «grupos militantes respaldados por Irán», en referencia a las milicias chiitas que operan en Irak y Siria.
Sin embargo, Washington admitió este lunes que una confusión del dron que mató a sus tres militares en Jordania con uno propio, que regresaba a la base, posibilitó el mortífero ataque adversario.
Estados Unidos «no tolerará ataques contra las fuerzas estadounidenses y tomará todas las medidas necesarias para defenderlas», declaró este domingo el secretario de Defensa, Lloyd Austin.
Según sus palabras, «las milicias respaldadas por Irán son responsables de los continuos ataques contra las tropas estadounidenses» desplegadas en la región, subrayando que Washington «responderá en el momento y lugar que elija».
«El Presidente y yo no toleraremos ataques contra las fuerzas estadounidenses, y tomaremos todas las medidas necesarias para defender a EE.UU., nuestras tropas y nuestros intereses», concluyó.
Desde mediados de octubre, las bases estadounidenses en Irak y Siria han sido atacadas más de 150 veces en respuesta al apoyo estadounidense a la matanza israelí en Gaza.
Estados Unidos incrementó su intervención directa mediante el bombardeo a Yemen en diez ocasiones desde el 12 de enero, en operaciones aéreas de castigo para disuadir a los hutíes, que decidieron impedir el paso de buques con destino a Israel, en respaldo a los palestinos de Gaza.
Gran Bretaña se unió a Estados Unidos en algunos de los ataques, pero la mayoría han sido unilaterales de Estados Unidos.
El último ataque estadounidense se llevó a cabo el sábado por la mañana, hora de Yemen, según el Comando Central de Estados Unidos.
La televisión yemení Al-Masira informó que los ataques tuvieron como objetivo el puerto de Ras Issa, la principal terminal de exportación de petróleo de Yemen.
El diario The New York Times informó la semana pasada que el presidente Biden y sus principales asesores pensaban que era solo cuestión de tiempo antes de que un soldado estadounidense muriera en uno de los ataques a bases estadounidenses.
El informe decía que si un estadounidense muriera, Estados Unidos probablemente atacaría a Irán directamente, lo que podría llevar la situación a una guerra importante.
