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Alianza que siembra progreso para nuestro pueblo

El Fondo Saudita para el Desarrollo —que ha permitido la materialización de varios proyectos en el sector de los recursos hidráulicos y la agricultura en Cuba—, es una prueba visible de la voluntad de ambas naciones por profundizar su intercambio económico y comercial

Autor:

Yuniel Labacena Romero

 

RIAD, Reino de Arabia Saudiata.— Cuando uno repasa el avance de las relaciones bilaterales entre Cuba y esta nación árabe, en los últimos años, hay dos hitos que marcan su fortalecimiento: la colaboración médica y la huella trasformadora del Fondo Saudita para el Desarrollo (FSD), cuyos financiamientos han materializado proyectos de significativo impacto económico y social para nuestra población.

«Quiero asegurarle que en los momentos tan complejos que ha vivido Cuba, y particularmente en los últimos tres años, con el bloqueo recrudecido, en medio de esa situación estamos desarrollando las inversiones más importantes y de mayor envergadura en el ámbito de los recursos hidráulicos, y eso ha sido posible por el apoyo del Fondo».

Así lo reconocía el propio Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al recibir en mayo de 2023 en La Habana, a Ahmed Bin Aqeel Al-Khateeb, ministro de Turismo de este país. Esa declaración suya como los vínculos entre las dos naciones no podrían escribirse sin contar con la contribución del Fondo, especialmente en el sector hidráulico y la producción de alimentos.

Precisamente, Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, detalló que el FSD ha sido decisivo en el plan nacional del sector, a partir del aporte de más 146 millones de dólares para la rehabilitación y completamiento de la construcción de redes de acueducto, alcantarillado y drenaje en varias regiones del país.

«En 2013, el Fondo comenzó a financiar dos proyectos para La Habana, uno para Camagüey, e igual cifra para Cárdenas, en Matanzas, y Jatibonico, en Sancti Spíritus», detalló y explicó que en el caso del territorio agramontino se cuenta las tres conductoras fundamentales de la provincia, la planta potabilizadora (la más grande de Cuba) y un grupo de redes beneficiando a 200 000 personas.

«En el caso de Cárdenas, se intervino en las estaciones de bombeo, la conductora, las redes de abasto, el alcantarillado y el drenaje pluvial. Ahora construimos el centro de distribución con dos tanques de 10 000 metros cúbicos y una planta de tratamiento de residuales, la cual beneficiará a unas 187 000 personas», señaló.

El FSD ha sido decisivo para la rehabilitación y completamiento de la construcción de redes de acueducto, alcantarillado y drenaje en varias regiones del país.

—¿Y en estos momentos en que se trabaja?

—Con los aportes del FSD, además, se construirá la conductora de la presa Lebrije en el municipio Jatibonico, en Sancti Spíritus. Asimismo, se avanza en el proyecto de abasto y saneamiento de la ciudad Santa Clara; y se ejecuta la segunda fase del acueducto de Camagüey.

«Los especialistas sauditas visitan los lugares donde construimos las obras e intercambian a menudo con la población beneficiada. En sus diferentes etapas, los cinco proyectos impulsados por la entidad árabe beneficiarán a más de 2,4 millones de personas».

En la agricultura

El impacto del Fondo Saudita se extiende, también, al estratégico sector de la producción de alimentos. Isander Aguilar Pérez, director de la Empresa de Proyectos e Ingeniería del Ministerio de la Agricultura (Minagri), explicó cómo las inversiones han tributado a programas arroceros, de granos y cultivos varios.

Entre las acciones más significativas, destacó la adquisición de más de 90 máquinas de riego que benefician más de 3 500 hectáreas en diferentes etapas de producción. «Se han logrado adquirir, también, más de 500 hectáreas de sistemas de riego por goteo con fertilización automática para aumentar la producción de plátano en polos claves como Ciego de Ávila, Holguín y el municipio especial de Isla de la Juventud».

Además, Aguilar Pérez explicó que se han adquirido máquinas enrolladoras para la producción de alimentos animal en Matanzas y Sancti Spíritus. De igual manera, se ha respaldado la adquisición de las primeras máquinas de riego que serán explotadas con sistemas fotovoltaicos.

«También hubo un beneficio importante de la importación de más de 2 mil 000 toneladas de resina con las que se han fabricado en el país más del 60 por ciento de todas las tuberías que respaldan la rehabilitación de las infraestructuras hidráulicas de los principales polos agropecuarios», ilustró.

Según el directivo del Ministerio de la Agricultura las obras hidráulicas han permitido un ahorro de agua de más de un 20 por ciento, también y una reducción en el consumo de combustibles, gracias al reemplazo de obsoletos equipos de bombeo que regaban con diésel.

Otros, subrayó, lo hacían muy ineficientemente desde el punto de vista del sobre dimensionamiento de los motores eléctricos y se ha hecho una reposición por equipos eléctricos mucho más eficientes. Y otro elemento importante de beneficio ha sido el incremento de la disponibilidad técnica de los implementos agrícolas.

«También, para el programa de las hortalizas, deteriorado por la falta de financiamiento, se importaron partes y piezas que benefician más de 80 hectáreas de los sistemas de casas de cultivos protegidos, lo que permitirá aumentar las producciones», apuntó.

Y como evidencia de esa colaboración, José Fernando Tomás Lencina, representante del grupo empresarial Alkhorayef, destacó que su entidad lleva ya varios años trabajando con el Ministerio de la Agricultura. «Nuestra relación ha sido siempre muy interesante, muy positiva, el intercambio con los diferentes técnicos cubanos nos ha permitido avanzar en nuestras propuestas y la verdad que laboramos con ustedes como en casa».

Al referirse a los proyectos logrados, señaló que ya se puso en marcha con la Empresa de Proyectos e Ingeniería del Minag UEB Granma un convenio para producir una parte de los componentes de nuestras máquinas de riesgo lo que ha sido muy fructífero, pues los que existían en el país estaban muy explotados y eran costosos energéticamente.

«Desde la introducción de las nuevas tecnologías hemos reducido el consumo energético y mejorando la utilización de agua para una producción mucho más eficiente», detalló Tomás Lencina y añadió que han intercambiado con empresarios sauditas de diferentes sectores para participar en noviembre próximo en la Feria Internacional de La Habana, una de las bolsas comerciales más importantes de América Latina y el Caribe.

Desde el comienzo de esta fructífera colaboración en 2010, la ejecución de múltiples acuerdos entre Cuba y el Fondo es una prueba visible de la voluntad de ambas naciones por profundizar su intercambio económico y comercial. Lejos de ser solo una relación financiera, se ha convertido en una alianza que siembra desarrollo para nuestro pueblo.

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