Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Patria y Martí

Autor:

Juan Morales Agüero

Alguien dijo que si le hubiesen preguntado a Martí cuál era su profesión, habría respondido: «¡periodista!». Y es que en la obra del más universal de los cubanos, la bien llamada «prosa de prisa» resultó recurrencia desde que el 19 de enero de 1869, con apenas 16 años, hizo público El Diablo Cojuelo, su primer trabajo de naturaleza política, donde satirizaba al colonialismo español.

Días después hizo otro tanto con La Patria Libre, en cuyas páginas vio la luz su poema patriótico Abdala, una joya lírica de inusitada belleza. La mayoría de los textos que figuran en sus Obras Completas se extrajo de periódicos y revistas de la época. «Su obra es periodismo, pero periodismo elevado a un nivel artístico como jamás se ha visto en español, ni probablemente en ningún otro idioma», dijo al respecto el gran escritor dominicano Pedro Henríquez Ureña.

Desde su precoz y brillante iniciación en los predios de la tinta y el papel, nuestro Héroe Nacional vislumbró el rol que le correspondía a la prensa en la lucha ideológica en ciernes. A partir de ese minuto, el periodista y el revolucionario coexistieron en armonía en su personalidad. Toda su labor en ese frente es un reflejo irrefutable del compromiso de su intelecto y de su pluma con la independencia de Cuba, su ideal por antonomasia y la esencia misma de su vida.

Quienes han estudiado a fondo su obra coinciden en que el periódico Patria fue la obra maestra de Martí. Lo fundó el 14 de marzo de 1892 a instancias de un grupo de patriotas radicado en Nueva York. Desde su primera aparición, el órgano devino guía de los cubanos residentes en la gran urbe norteamericana, y desempeñó un importante papel en la cohesión de las fuerzas para la Guerra Necesaria, que soltaría amarras en el oriental poblado de Baire el 24 de febrero de 1895.

Fueron los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso, además de un grupo de intelectuales cubanos y puertorriqueños, quienes costearon el nacimiento del periódico Patria. Allí se publicaron, entre otros trabajos, las bases del Partido Revolucionario Cubano, fundado por el mismo Martí, y un editorial titulado Nuestras Ideas, que aunque sin firma, lleva implícita la impronta distintiva de su excepcional estilo. Dice en una de sus partes: «Para juntar y unir, y para vivir en la pasión de la verdad, nace este periódico».

Inicialmente Patria apareció cada sábado, al precio de cinco centavos, con una aclaración explícita: «Los productos del periódico se destinan a su mantenimiento». Pero a partir del 5 de octubre de 1895 y hasta su desaparición en 1898, fue bisemanal. Lo conformaban cuatro páginas a cuatro columnas, con un tamaño de 52 x 36 centímetros. Casi toda su distribución se realizaba por correo.

Fue en Patria donde Martí exhibió dotes de periodista integral. Sus biógrafos aseguran que, amén de redactar, buscaba noticias, proponía diseños, elegía tipografía, corregía galeras y hasta empaquetaba bultos de periódicos para la distribución. Todo eso, a pesar de que era uno de los periodistas más conocidos del continente, gracias a sus colaboraciones con importantes diarios norteamericanos y a su activa correspondencia con el periódico La Nación, de Argentina.

Desde su salida inicial anunció que surgía «de la voluntad y con los recursos de todos los cubanos y puertorriqueños para decir lo que está en el corazón de todos los patriotas puros». Clamó no solo por liberar a Cuba, sino también a Puerto Rico. De ahí que reprodujera en sus páginas las letras de La Bayamesa —luego nuestro Himno Nacional— y de La Borinqueña, marcha de los revolucionarios de esa isla.

Juan Marrero, autor cubano, dice que «cuando Martí toma la decisión de marchar a Cuba para incorporarse al Ejército Libertador, no olvida un instante a Patria. El 26 de febrero de 1895, dos días después de estallar la Guerra Necesaria, envía desde Santo Domingo una carta a Gonzalo de Quesada y a Benjamín J. Guerra, en la que da orientaciones sobre la forma y el contenido de ese periódico. «Embellezcan y regularicen a Patria… mucha noticia ahora… todo lo de Cuba… y siempre amenidad revolucionaria…», dijo, entre otras cosas.

Según la investigadora cubana Zoila Lapique Becali, cuando el 11 de abril de 1895 José Martí desembarcó por Playitas de Cajobabo junto a Máximo Gómez y otros revolucionarios cubanos, llevaba en sus bolsillos la acreditación como corresponsal de Patria. En efecto, el Apóstol no dejó de ser periodista ni aún en las difíciles condiciones a las que se enfrentaba. Su Diario de Campaña lo confirma. 

El Martí periodista nos legó un juicio que no pierde actualidad: «La prensa debe ser coqueta para seducir, catedrática para explicar, filósofa para mejorar, pilluelo para penetrar, guerrero para combatir. Debe ser útil, sana, elegante, oportuna, valiente. En cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe y los labios sin manchas que lo dictan. No hay cetro mejor que un buen periódico».

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