Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

No hay peor sordo…

Autor:

Roberto Díaz Martorell

A los necesarios test rápidos y PCR que se aplican en Cuba para determinar la presencia del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, se debería sumar una prueba de audición a gran parte de la población, sobre todo a aquellas personas que hacen oídos sordos a lo que dicta la Ley.

Tal vez me equivoque y el problema no sea auditivo, sino de comprensión de términos o intenciones. Por ejemplo: ¿será difícil entender la frase «de manera gradual o de manera paulatina», relativas a que «algo» se desarrollará de una manera lenta y, por lo general, progresiva?

Quizás ese término, progreso (acción de ir hacia delante), genere ciertas expectativas en algunas personas que hoy ya se sienten «libres» del coronavirus y deciden, por su cuenta y riesgo, adelantar las fases de la recuperación pos-COVID-19.

Sordos o no, es difícil no escuchar o leer las indicaciones de las máximas autoridades de la nación —con amplia y sistemática cobertura en los medios de prensa— en relación con la pandemia, la seguridad de la población y el retorno, repito: «gradual y paulatino», a la normalidad.

Sin embargo —y lamentablemente—, algunos de esos «sordos» persisten en violar las normas y se van a la playa, como sucedió hace unos días en Isla de la Juventud. Otros caminan ya sin nasobuco por las calles, desandan la urbe fuera de los horarios establecidos por las autoridades y, para colmo, se molestan cuando se les llama la atención, los multan o procesan por propagación de epidemia.

El Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, siempre recuerda en sus intervenciones que la clave del éxito de las medidas para llegar a la etapa de recuperación pos-COVID-19 dependerá de la organización, aplicación y control logrados en la base, donde los gobiernos desempeñan un rol esencial.

Las emisiones de la Mesa Redonda de estas semanas han sido para adelantar el contenido de las mismas, antes de iniciar su aplicación, ya que se precisan ajustes en cada territorio antes de implementar el proceso para garantizar el éxito.

En este punto, es lógico que la impaciencia desborde a  aquellos que se desesperan porque la solución a lo que les molesta no acaba de llegar, pero la prisa nunca ha sido elegante, como reza el poema, y si bien es cierto que tantas restricciones agobian, es importante concientizar que se aplican por nuestra salud.

Según expresara el mismo Díaz–Canel, ya los indicadores nos dan la certeza de que se puede ir desescalonando, y así será a partir de este jueves, pero debe ser con responsabilidad, y con la certeza de que podemos controlar cualquier rebrote, una posibilidad muy real, como está ocurriendo ahora en China, con 51 casos confirmados después de un tiempo sin contagios, dato que debe llamar a la precaución individual.

 Y si usted considera que no escuchó bien, pida una consulta con el otorrino. Un oído sano puede, en estos momentos, garantizarle también una vida sana. A usted, a su familia, y a sus compañeros y amigos.

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