Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Salud asediada, pero sostenible

Autor:

Sailys Uria López

Muchos son los recursos destinados por el Estado a fortalecer el sistema de Salud cubano. Cada año, las inversiones crecen, los mantenimientos no se detienen, se inauguran salas y se cierran otras. En todo esto hay un elemento que, aunque nos pueda parecer lejano, por desgracia está más cerca de lo que pensamos.

Embargo, bloqueo, cerco financiero, de cualesquiera de las maneras que se le domine, el objetivo remarca asfixiar la economía cubana y los servicios dependientes de importaciones que, por cierto, llegan en barcos perseguidos para que «no cometan el error de tocar puerto cubano».

¿Llega a Artemisa el bloqueo? Pues es el responsable principal de prescindir de algunos ventiladores en la sala de Neonatología del hospital en San Antonio
de los Baños, de un equipo para el análisis hormonal y de múltiples materiales gastables en hospitales, policlínicos y consultorios de toda la provincia.

Según Félix Carreño Padrón, director de Asistencia Médica del territorio, «no hay niños afectados directamente, pues si bien en momentos puntuales carecemos de algún medicamento, nuestros médicos han buscado sustitutos y el paciente se ha mantenido estable y recuperado».

El 2020 pudiera llamarse el año de los médicos, pues nunca antes entendimos mejor el rol de esos profesionales en la sociedad y el desempeño de la ciencia en favor del desarrollo clínico.

Pese al bloqueo, Artemisa ya tiene su laboratorio de Biología Molecular, capaz de procesar, como promedio, 435 muestras para pruebas de PCR en una jornada. Este constituye el mejor ejemplo: la salud está asfixiada, pero es sostenible en un país como el nuestro.

Sí, padecemos también de problemas en su mayoría solubles puertas adentro de los centros sanitarios, a razón de una administración mejor preparada y presente en cada milímetro del hospital.

Sin embargo, aquí está Cuba: bloqueada, asediada, casi ahorcada y sin posibilidad de pedir auxilio, mas dándole una lección al mundo de cuánto significa tener un sistema de Salud Pública eficiente, capaz de controlar el nuevo coronavirus mejor que países primermundistas. Y, aunque el rebrote de estos días nos mantenga en vilo, ya las Soberanas y Abdala inyectan paz en una sociedad que se impuso al bloqueo con ciencia y voluntad.

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