Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Netanyahu propone a Trump para el Nobel

Autor:

Leonel Nodal

LA visita de Netanyahu a Washington parece una cosa, pero es otra. Se habla de paz, para hacer la guerra. Se evocan derechos para suprimirlos. Casi todo lo que dicen no tiene nada que ver con lo que hacen. O sí, se dicen mentiras y se proclaman como verdades.

A la tercera va la vencida, dicen los jugadores en los casinos cuando van por la apuesta decisiva. Y esta es la tercera vuelta de Bibi, el amigo israelí de Donald Trump, desde que volvió a instalarse en la Casa Blanca.

En verdad, con el jugoso apoyo financiero de los magnates del lobby judeosionista, pero no el único. Y eso Bibi lo debe tomar en cuenta  para saber hasta dónde llega el poder de su tarjeta de crédito.

En este segundo turno al timón de los Estados Unidos, Trump trae inscrito en su gorra el lema de su vida: «lo mío primero». Y eso va lo mismo con Ucrania, la OTAN, que con Irán, Gaza o sus negocios con las petromonarquías del Oriente Medio.

En otras palabras, Trump tiene una prioridad: su propio interés, que nace de su naturaleza megalómana, inescrupulosa, ambiciosa de poder y dinero.

Ese es el punto donde encaja y se conecta con la industria armamentista, el complejo militar industrial beneficiario del súper presupuesto del Pentágono, que este año marca nuevo récord.

Es así como logró el liderazgo del Partido Republicano, con la campaña basada en el supremacista slogan «Make América great again» (MAGA) la fanfarrona frase «Hagamos grande a América (Estados Unidos) otra vez».

Y ninguna otra frase encaja mejor con esa pretensión de dominio imperial que la del matón de barrio Israelí Benjamín Netanyahu: «Hemos cambiado la cara de Oriente Medio de modo irreconocible».

Nada más parecido a una escena  de película de mafiosos que el recibimiento de Trump a Bibi y su esposa Sara a la entrada de la Casa Blanca, un estrechón de manos de socios, con gestos y sonrisas de guapetones.

En su cálida bienvenida, Trump  dijo que ambos habían «tenido un éxito tremendo juntos, y creo que el éxito será aún mayor en el futuro».

Los dos se han unido considerablemente desde que Israel lanzó su agresión militar contra Irán y arrastró a Estados Unidos, que bombardeó instalaciones nucleares iraníes, en una espectacular muestra de irrespeto al derecho internacional, para a seguidas montar un show de paz instantánea, al borde de una catástrofe mundial, una hazaña que bien merece un premio Nobel de la Paz. En serio. Eso es lo que quiere Trump, el mago de la MAGA. Y fue el punto culminante de la cena en el Salón Azul.

Netanyahu se puso de pie y sorprendió a Trump con la carta de nominación al Premio Nobel, entregándosela por encima de la mesa. «Es bien merecido y deberías recibirlo», dijo Netanyahu.

«No lo sabía. ¡Guau!», respondió Trump leyendo el mensaje. «Viniendo de ti en particular, esto es muy significativo».

Netanyahu, por su parte, reiteró su oposición a un Estado palestino totalmente soberano.

Ambos hombres se refirieron a la visión de Trump de reubicar a los habitantes de Gaza, y Netanyahu dijo que se estaban logrando avances para que varios países acogieran a los habitantes de Gaza que desean abandonar la franja.

Mientras los dos gobernantes conversaban públicamente sobre una nueva fase de la guerra de exterminio, limpieza étnica y despojo territorial de los palestinos, salvo que se resignen a sobrevivir encerrados en una «aldea humanitaria» que planean  establecer en Rafa —un campo de concentración de
600 000 habitantes, al sur de Gaza, de donde no se podrá salir—, una nueva intrépida emboscada a una compañía del ejército israelí en Beit Hanoun, con artefactos  explosivos, seguida de un intenso tiroteo, eliminó cinco suboficiales e hirió a otros 14, entre ellos varios graves.

Al propio tiempo en Tel Aviv y otras ciudades seguían repercutiendo las masivas manifestaciones a favor de un acuerdo de intercambio  de prisioneros y paz definitivo —no una tregua de dos meses— que permita el rescate de todos los cautivos israelíes en poder de la Resistencia, unos 50 de los cuales una veintena están vivos.

Según negociadores de ambas partes, con la mediación de Estados Unidos, Egipto y Catar, existe una posibilidad real de alcanzar en pocos días más un cese del fuego, que tal vez permita un acuerdo  de paz en posteriores tratativas. Mientras, Israel prosigue los bombarderos diarios a la población civil indefensa, víctima del mayor genocidio de este siglo, impulsado por los candidatos a un premio Nobel de la paz… de los sepulcros, por supuesto.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.