Un proyecto de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Geocuba y el Instituto Nacional de Investigaciones de la Caña de Azúcar, busca concretar la aplicación de novedosas técnicas y métodos para acelerar el desarrollo de ese cultivo
Con tanta premura y aguijoneado, hablar de la aplicación de la inteligencia artificial puede sonar por encima de lo real maravilloso, pero ¡cuidado! porque el don de la creación lo desencadena el talento, ese que salta, a veces, solo con la observación agudísima que conduce después a gritar eufórico: ¡Eureka!
Más aún si se ha cultivado esa predisposición que en nuestro país ha pasado por la formación de miles de profesionales en disimiles esferas del saber, en camino de concretar aquella
frase definitoria de Fidel de que Cuba tenía que ser un país de hombres de ciencia y de pensamiento.
Cabe, entonces, la palabra real, por lo que hemos alcanzado en cuanto a ciencia y técnica, y la de maravilloso con más propiedad todavía, por las circunstancias difíciles en que casi siempre lo hemos logrado.
Las noticias alentadoras siguen aflorando, según revela Luis Enrique Hernández Santana, coordinador del Grupo de Automatización, Robótica y Percepción (GARP) de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas (UCLV).
—¿En qué andan?
—Más que andar, se progresa para introducir la agricultura de precisión, que consiste en un esquema donde se parte del establecimiento de una infraestructura de datos espaciales (IDE) para la gestión agrícola, en este caso del macizo cañero del norte de Villa Clara, a partir de la fotogrametría aérea y el control y uso de la maquinaria agrícola.
—¿Lo desarrolla únicamente la universidad villaclareña?
—La realizamos de forma multidisciplinaria en trabajo conjunto con Geocuba y el Instituto Nacional de Investigaciones de la Caña de Azúcar en Villa Clara (Inica). Este propósito responde a la necesidad de aplicar en la agricultura cubana novedosas técnicas y métodos para seguir desarrollando el cultivo de la caña de azúcar.
—Ese escenario ¿qué abarca?
—Está formado por las unidades empresariales de base (UEB) Héctor Rodríguez, Perucho Figueredo, Abel Santamaría y José María Pérez, que cuentan con un gran potencial productivo. El proyecto facilitará el manejo de variables cañeras obtenidas de los servicios científico-técnicos del Inica, que se integran a una infraestructura de datos espaciales y sus posibles potencialidades de uso, a partir de la base catastral actualizada de las tierras bajo caña de azúcar.
«La IDE-Azcuba permite acceder en tiempo real a cualquier terminal conectado a internet, y a los servicios de variedades, malezas, fertilizantes o fitosanitarios de forma georreferenciada. Esa información facilita la indagación base con el fin de asumir decisiones en las empresas azucareras y en su chequeo y fiscalización.
«Hay otras realizaciones, vincu-
ladas a la adecuada explotación de la maquinaria agrícola con sistemas avanzados de cultivo y fotogrametría aérea, lo cual ha permitido clasificar a partir de imágenes satelitales eventos de alto interés para el cultivo de la caña, como la detección de la infestación por roya de las plantaciones.
«En la actualidad se trabaja en la clasificación por fotogrametría aérea de diversos tipos de malezas y de la humedad en los campos. Además, trabajamos en aplicaciones de la robótica y la bioinformática, que incluyen Inteligencia Artificial (IA). Concretamos proyectos sobre la automática, el control inteligente y la mecánica.
—¿Cuál es el impacto de esos métodos sobre el cañaveral?
—El uso de nuevas técnicas está destinado a incrementar la productividad y disminuir los costos de producción. Por ejemplo, la infraestructura de datos espaciales es una herramienta destinada al ordenamiento territorial integral de las áreas cañeras, y permite tomar mejores decisiones para el adecuado manejo y explotación del cultivo.
«Entre los resultados de los últimos años de este proyecto están los vehículos autónomos terrestres vinculados a los sistemas avanzados de cultivo aéreos. Se coopera con
Geocuba para la fotogrametría a partir de soluciones de pilotos automáticos para este tipo de vehículos. Tenemos logros ya consolidados y otros en desarrollo, sobre todo con los terrestres.
«Muy importante también han sido los tres premios nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba vinculados a las distintas soluciones desde la robótica relacionados con la esfera educativa y los sistemas móviles. Podemos añadir que la Universidad Central ha alcanzado buenos resultados también en el Laboratorio de Inteligencia Artificial y la forma en que se inserta en las disimiles áreas del conocimiento.
«Hemos formado en los últimos años decenas de Doctores en Ciencias Técnicas, lo cual ha contribuido al desarrollo de la Inteligencia Artificial y sus aplicaciones en ramas de la economía y los servicios.
«Vale destacar, además, la labor de la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la UCLV, que ejecuta un proyecto en beneficio de la industria del cemento mediante la aplicación de controles inteligentes en sus procesos productivos, y uno vinculado a la predicción de variables en interés de la generación de energía renovable, así como la inclusión de temas relacionados con la Inteligencia Artificial en otras carreras».
Con la mente puesta siempre en hacer, más que decir, actualmente se organiza una asociación económica entre la UCLV y Geocuba para desarrollar y explotar, conjuntamente, operaciones relacionadas con el diseño, producción y comercialización de aplicaciones y equipos de Automática en sectores vinculados con la Geoinformática, mientras dan continuidad a la agricultura de precisión y sistemas de medición de contaminantes en gases y agua, para los cuales se procuran financiamientos internacionales.
Mucho puede contribuir la agricultura de precisión en la recuperación de la producción cañera, que tanta falta le hace a nuestra economía. Lo hecho hasta ahora ha abierto un camino esperanzador y asequible, al que los decisores no deben dar la espalda, porque en el azúcar se huele la genuina Cuba.
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