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Responde La Época

Con el título Tarjetas con infortunio, el pasado 10 de agosto esta sección acogió la queja de Bernardo Darias Oliver, quien mencionó algunos contratiempos que encaran aquellas personas que poseen tarjetas magnéticas para realizar transacciones comerciales.

En síntesis, Bernardo relató las numerosas dificultades para pagar por esa vía en diversos establecimientos comerciales de la capital a los que acudió: supermercado de Meridiano en Altahabana, el establecimiento Ultra de Tiendas Panamericanas, tienda de Caracol en la Villa Panamericana, Plaza de Carlos III, tienda de Aldabó de la Cadena Panamericana, y la Época, de Galiano. El problema es que los POS, dispositivos para operar las tarjetas, están rotos y reportados, pero sin solución. Y en otros casos hay dificultad con las líneas para esas operaciones.

Entre los centros, Bernardo mencionó a la tienda La Época, de Galiano: «ahí comienza un avatar de sube y baja hasta encontrar un POS, que puede estar en el sótano o en el último piso, pero puede sucederle que cuando llegue no esté funcionando».

De todas las tiendas señaladas, hoy La Época responde, en la persona de su gerente general, Amilkar Odelín, quien reconoce las dificultades señaladas, pues de los cinco POS existentes allí, tenían rotos el del sótano y el del primer piso.

Aclara que, a raíz de lo publicado, el consejo de dirección de ese complejo comercial decidió solicitar con urgencia la reparación de los dos POS dañados. También pidió a ETECSA dos líneas adicionales para trasmisión de datos, lo cual los pondría en una situación ventajosa para solicitarle a FINCIMEX la instalación de cinco POS adicionales, de manera que haya dos por cada piso de venta.

El gerente general explica que, como en el resto de las instalaciones de la cadena TRD Caribe, La Época posee una oficina de Protección al Cliente, ubicada en el primer piso, que atiende y da respuesta a los señalamientos, quejas y sugerencias de los consumidores.

Agradecemos la respuesta de La Época y su disposición a resolver los problemas señalados. Y esperamos que los otros centros mencionados abandonen el silencio y reaccionen de la misma manera. Pero junto a esas notificaciones de cada quien, aguardamos porque el problema, que parece estar bastante extendido, tenga una atención más global y sistemática. ¿Qué dice FINCIMEX al respecto?

La segunda respuesta hoy la brinda Kenia Silvera, directora técnica de la Unión Láctea, y es a Jacqueline Llerena Muñoz, de Río Verde, en el municipio capitalino de Boyeros.

Jacqueline censuraba, en nuestra edición del 24 de mayo, la calidad de la leche en polvo normada: problemas para disolverse, sabor como a cerelac y «algo así como una arenilla». Su hijo la estaba rechazando.

Aclara Kenia que el 30 de junio fueron a casa de Jacqueline especialistas del Complejo Lácteo de La Habana, pero no pudo hacerse la investigación, porque ya la clienta había desechado la bolsa, y le quedaba muy poco del producto. No obstante, con esa cantidad se pudieron verificar los parámetros: correcta disolución, sin grumos y nada de harina en el contenido. En cuanto al cambio de sabor, se le explicó que es posible, pues el producto se elabora con leche en polvo importada de diversos países.

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