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Dañalotodo

Ahora que faltan tantos contenedores de basura en la capital, no basta con recoger los desechos, sino hacerlo con el mayor cuidado y profesionalidad, de manera que no afecte aceras e inmuebles.

Jesús Hernández Villapol (Primera y Primero de Mayo No. 3004, reparto Martín Pérez, San Miguel del Padrón) cuenta que en la esquina de su casa es frecuente ver un equipo con pala mecánica recogiendo los desechos sólidos y dañando todo lo que aparece a su paso.

Jesús tuvo que clavar cabillas y una viga para evitar que la pala no dañara las columnas de su vivienda y de la bodega de Primera y Primero de Mayo, porque en más de una ocasión las ha golpeado con una fuerza brutal.

«Ya desenterró una de las cabillas, y espero que en las próximas acometidas derribe la viga y el resto de la muralla que he intentado poner, y tenga que sufrir que me derribe la vivienda».

Señala que el referido equipo ya destruyó la acera que se construyó hace apenas unos meses, rompió las tuberías de agua y amenaza con derribar el poste de la corriente eléctrica que se encuentra en esa esquina.

«Todo esto pasa a la vista de los vecinos, que se ven impotentes para frenar esa barbaridad», apunta Jesús, y asegura que esa situación es del conocimiento del Gobierno municipal y del resto de las instancias que deben salvaguardar el bienestar de la población.

Derrames y más derrames

Neida M. Sánchez (Avenida 47, No. 1417, entre 14 y 18, Playa, La Habana) es una señora de 72 años que camina mucho, y anda muy preocupada por los derrames de fosas en la capital. Y por lo que observa, no se les presta a estos salideros la atención ágil que requieren: ¿problemas de recursos o negligencia?

Cuenta en su carta Neida que hace unos días fue caminando desde el Hospital Oftalmológico Ramón Pando Ferrer por toda la avenida 41 hasta su hogar, y pudo observar como corren impunes las aguas albañales a lo largo de esa arteria. «Me vi obligada en varias ocasiones a abandonar la acera y transitar por la calle, para no pisar el agua pestilente y resbaladiza», señala. También refiere que días atrás, caminando desde 41 y 42 hasta 19 y 42, contó alrededor de 12 fosas desbordadas.

Neida entiende que por más dificultades que haya, ya es hora de priorizar el apoyo a esas actividades de saneamiento, pues cada día se hace más difícil caminar por las calles de la ciudad, y al paso que vamos entre basureros y derrames de fosas, la capital se convertiría en un gran vertedero.

Preguntas a la Empresa Eléctrica

Fernando Perera Cumerma (calle 4ta., No. 10604, entre 5ta. y 7ma., Reparto Maceo, Casino Deportivo, La Habana) alerta, en nombre de los vecinos afectados, sobre lo que califica como «una inconcebible barbaridad» en la sustitución de postes eléctricos en ese barrio.

«En meses pasados, afirma, quitaban el poste viejo y ponían en su lugar el nuevo. Ahora, hace varios días, abrieron huecos en el mismo medio de la acera y los dejaron sin señalización alguna, por lo que hubo que lamentar varias caídas de transeúntes».

Refiere que, a pesar de las protestas y denuncias de los vecinos, hace unos días comenzaron a poner los postes nuevos, sin quitar los viejos. Unas vecinas preguntaron, y los trabajadores y responsables de la bridada que laboraba movieron los brazos, o simplemente no hicieron caso.

«Uno de ellos manifestó que ahí quedarían los viejos hasta que se cayeran, apunta. Una de las vecinas alertó del peligro de que podían caer arriba de su casa. Y contestaron que ese no era su problema».

Ahora, añade Fernando, nadie puede transitar por la acera, y no se sabe quién recogerá los escombros dejados y limpiará los registros de agua afectados.

«Siguen las acciones que molestan y agreden a la población, y nos sentimos inermes, plantea. ¿Quién nos protege? ¿Quién responde por esto?», pregunta Fernando.

Y este redactor añade: ¿Qué responderá la Empresa Eléctrica de La Habana?

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