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De nuevo, la escaramuza del tomate

Desde finca El Zaíno, Cabaiguán, Sancti Spíritus, revelan incumplimiento contractual de la Empresa Municipal de Acopio, Nieves Emigdio Pérez, asociado a la Cooperativa de Crédito y Servicios Patria o Muerte, su ahijada Yamilé Bombino y el esposo de esta, Rodovaldo Justo. Cuentan que para esta cosecha contrataron 400 quintales de tomate de consumo a 5,20 pesos la libra con Acopio Cabaiguán; que incumplió, de que no tiene destino para ello.

Nieves Emigdio y Yamilé contactaron con el Presidente del Gobierno municipal, quien se interesó pero no pudo resolver. Llamaron a las delegaciones provincial y municipal de la Agricultura. Enviaron queja al Minag. Y el 7 de abril fueron a la finca directivos de Acopio en la provincia y el municipio, y la Delegada de la Agricultura en Cabaiguán: se comprometieron a recoger todo el tomate. Acopio provincial asumiría lo que no pudiera Acopio Cabaiguán.

«Fue engaño, falta de respeto, dicen, pues tras haber perdido más de 30 quintales, nos recibieron 45 para la industria, cuyo precio es de 2,60 la libra. Acopio solo nos recibió 85 quintales. Desde el 12 de abril volvimos al mismo problema: Acopio municipal no quería recibir más tomate. Llamamos a la Delegada municipal de la Agricultura varias veces, siempre reunida. Por mensaje le explicamos la situación, y tras tanto insistir, la respuesta fue que la única solución que Acopio tenía era la industria.

«Al de Acopio provincial lo llamamos varias veces, le pasamos mensaje. Fue incapaz de contestar, al menos por educación; tras habernos dado su número de teléfono para cualquier situación y comprometerse a acopiar el tomate. Hemos escrito a Atención a la Población del Ministerio de la Agricultura y hasta hoy 19 de abril no hay respuesta» dicen y consideran que «no es justo que después del reconocimiento por nuestra entrega de alimentos al Estado, y que mensualmente donamos de nuestra producción a la casa de niños sin amparo familiar, nos veamos tan mal atendidos».

«El año pasado pasó lo mismo: perdimos más de 500 quintales de tomate  de consumo contratados con Acopio. Aún estamos a tiempo de entregar tomates en buen estado a Acopio, y que este asuma el contrato», concluyen.

Víctima por acatar

«La insistencia es mi lugar,/el himno con que me elevo./ Tomo la roca de nuevo/para volver a empezar/. Esa estrofa final de su poema Discurso del aprendiz de Sísifo, pudiera explicar el tesón del laureado decimista de la localidad avileña de Chambas Rigoberto Fernández, ante lo que considera una injusticia.

Quien junto al oficio de poeta labora de custodio en la fábrica de tabacos La Casita Criolla, de Chambas, cuenta que el pasado 24 de febrero la directora y la económica de este centro resultaron positivas a la COVID-19. Se orientó a los trabajadores aislarse en sus casas; y a los custodios, dada la urgencia de preservar los recursos, se les indicó seguir en sus turnos, pues cada uno estaría solo. La orientación fue de Julio Antonio Torres, jefe de Producción, y Ricardo Varona Pestana, director de la Empresa Agropecuaria de Florencia. Ambos confirmaron haber hecho las consultas necesarias en tal sentido.

No obstante, Rigoberto llamó al Consejo de Defensa Municipal, y le respondió Yudelsy Gutiérrez Pestano, quien dijo conocer el caso, pero aún no había podido contactar y coordinar con la Directora de Higiene y Epidemiología de Chambas. Él le pidió orientación y ella le indicó que permaneciera en su puesto de trabajo. Y a los cinco minutos, llegó la inspectora del Minsap Lisvania López, quien le impuso una multa de 2 000 pesos, y le confesó que estaba en el Consejo de Defensa al momento de su llamada.

Él pagó la multa y apeló dentro del término establecido. A los pocos días la doctora Damarys Ferrón, directora Municipal de Higiene y Epidemiología, le comunicó que su apelación había sido denegada.

«Se trata de una situación macondiana, propia de Gabriel García Márquez, afirma. A veces la toma de decisiones involucra a tantos directivos en un círculo tan estrecho, y errores y contradicciones llevan a un punto tal donde no hay marcha atrás legalmente, que al final revientan por el eslabón más débil. La pérdida de 2 000 pesos se siente, pero mucho más se sufre en lo moral, pues agobia y mortifica ser víctima de una situación inexplicable, a partir del acatamiento correcto de las orientaciones superiores».

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