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La Revolución marcha más firme y vigorosa que nunca

Texto íntegro de las palabras de Alejandro Roca, ministro de la Industria Alimenticia, ante el VII Período Ordinario de Sesiones de la VI Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular

Autor:

Juventud Rebelde

Compañero Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros.

Compañero Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional.

Compañeras y compañeros diputados e invitados.

Ustedes han recibido un Informe que refleja las principales producciones e inversiones realizadas en la Industria Alimenticia a partir del período especial.

En apretada síntesis expondré los principales aspectos del mismo, acompañada de una proyección.

En los últimos cinco años, en el período del 2001 al 2005, el Ministerio de la Industria Alimenticia creció a un ritmo del 10% como promedio anual.

En el primer cuatrimestre de este año 2006 y sin tener en marcha todas las inversiones en ejecución, continuó creciendo en un 7%, comparado con el año anterior.

Hay seis productos en los que se logran en el 2005 las producciones más altas para un año, sin que ello signifique que se satisfacen las necesidades de la población y la economía:

Pan 522,0 miles de toneladas Yogurt de soya 49,9 miles de toneladas Aceite vegetal crudo 26,1 miles de toneladas Carnes en conserva 88,9 miles de toneladas Bebidas de exportación  26,0 millones de litros Refrescos 59,3 millones de cajas

En la producción de pan, de las 522 mil toneladas producidas, 329 mil correspondieron a la canasta básica, 154 mil al consumo social y 39 mil producidas por la Cadena Cubana del Pan para su venta a precios diferenciados.

A pesar del bloqueo y las restricciones económicas del período especial, la Revolución ha venido priorizando la Industria Alimenticia, que ha ejecutado numerosas inversiones, entre las que se destacan:

Remodelación y ampliación de las capacidades de descarga y molinación del trigo, que hoy dispone de una capacidad de 600 mil toneladas por año, que han permitido disminuir las importaciones de harina de trigo. Creación de la Empresa Cubana del Pan con 342 modernas panaderías, que hoy venden 600 millones de pesos anuales y aseguran el pan de la merienda escolar. Desarrollo de nuestra propia tecnología para la producción de leche y yogurt de soya y montaje industrial de capacidades, que partiendo de cero en 1994, sobrepasa hoy la capacidad de un millón de litros por día, que aseguran el suministro de 12 litros mensuales de yogurt a los niños de 7 a 13 años y la merienda escolar de 370 mil comensales.

Este desarrollo incluye el montaje de dos plantas para beneficiar y descascarar el frijol de soya en Santiago de Cuba y Ciudad de La Habana, que han posibilitado la importación de la soya a granel, con un costo muy inferior.

Bajo la orientación directa de nuestro Comandante en Jefe y vinculado a los Programas de la Revolución, actualmente se ejecuta en la industria estatal, el mayor proceso inversionista desde la creación del Ministerio, que abarca las principales ramas productivas por un monto de más de 150 millones de dólares.

El número de fábricas nuevas y en proceso de ampliación, como resultado de las inversiones en ejecución son:

Plantas de yogurt de soya 35 Fábricas de pastas alimenticias 4 Fábricas de fideos 31 Procesadoras de cacao 2 Fábricas de bombones 10 Fábricas de la industria de la carne 5 Instalaciones de silos (500 silos) 147 Módulos de panaderías eléctricas 980

Los objetivos principales a alcanzar son los siguientes:

Incremento de la capacidad de producción de yogurt de soya, envasado en bolsas de polietileno, hasta 1,5 millones de litros por día, que se concluirá este año y nos permitirá ampliar la venta liberada del producto, para lo cual se están ampliando las capacidades de refrigeración en la red minorista. El costo de estas inversiones en esta segunda etapa es de 9,9 millones de dólares. Montaje de 980 panaderías eléctricas contratadas en China, que tendrán un favorable impacto en el consumo de energía y en la calidad del pan que se entrega a la población por vía normada. Ya han arribado 120 al país y el programa concluye en los primeros meses del próximo año. 12,6 millones de dólares que se amortizan con el ahorro de combustible en menos de tres años. Alcanzar una mayor seguridad alimentaria en el país, mediante el aumento de las capacidades de almacenaje de cereales y granos. El país adquirió 500 silos refrigerados de 2 000 toneladas cada uno, de los cuales 250 están en Cuba en proceso de montaje y los otros 250 están contratados.

Solamente el costo de la contratación de los 500 silos sobrepasa los 50 millones de dólares y que incluye el montaje de molinos de martillo para la producción de harinas integrales y su envasado en bolsas y sacos.

En julio del año 2005 se trasladó hacia la Industria Alimenticia la actividad de torrefacción de café y en octubre del propio año se comenzó la entrega a la población de café 100% en envases litografiados, para lo cual se invirtieron 10,5 millones de dólares. Tal como se había planteado, en el mes de octubre del pasado año, se generalizó para todo el país la distribución del chocolatín en envases litografiados. La inversión en mezcladoras, envasadoras y transporte ascendió a 3,9 millones de dólares. El chocolatín se produce y distribuye actualmente de acuerdo con la demanda. Rescatar las capacidades de congelación para alcanzar 30 mil toneladas adicionales, a un costo de 4 millones de dólares y ejecutar el programa para la ampliación de capacidades de refrigeración. Incrementar las capacidades de industrialización de cerdo con destino al mercado interno en divisas en 24 mil toneladas, a partir del programa para ampliar la disponibilidad de cerdo en pie hasta 100 mil toneladas. El equipamiento está arribando al país. Está en ejecución un ambicioso programa para incrementar la capacidad de producción de pastas alimenticias, que nos permitirá alcanzar una capacidad de 70 mil toneladas de pastas envasadas en paquetes de 400 g y 30 mil toneladas de fideos en envases impresos de 200 g. También se trabaja en la construcción y montaje de 10 fábricas de bombones y peters artesanales, tanto en instalaciones de la Industria Alimenticia como aprovechando antiguas instalaciones del Azúcar, las que una vez concluidas permitirán producir derivados del chocolate de alta calidad para su comercialización en la red de tiendas recaudadoras de divisas y para su exportación.

Vinculado con este programa, cuyo costo total es del orden de los 40 millones de dólares, se han contratado plantas procesadoras de cacao que asegurarán, una vez puestas en marcha el próximo año, la materia prima para estas producciones, así como exportaciones de manteca de cacao y otros derivados.

Adicionalmente a estos programas, se está construyendo una nueva fábrica de ron en San José, con un costo de 63 millones de dólares y una capacidad que nos permitirá exportar 3 millones de cajas que se pondrá en marcha en este mismo año.

Desde el segundo semestre del pasado año 2005, como parte del Programa Energético, se han montado en la Industria Alimenticia cientos de grupos electrógenos, absolutamente nuevos y con bajo consumo energético, que aseguran las principales instalaciones del país en situaciones de emergencia.

El período especial nos obligó a generalizar la distribución de productos a granel, con el objetivo de minimizar los costos del envasado y emplear nuestras divisas en alimentos y no en envases. Hoy nuestra política es lograr, en el más corto plazo posible, que los productos se distribuyan envasados e identificados.

Ya tenemos la capacidad instalada para envasar totalmente la leche, el yogurt de soya y otras producciones de la industria láctea, el café y el chocolatín; y las pastas y los fideos serán totalmente envasados cuando concluyan las inversiones.

Se ha optimizado el envase de la compota y la leche evaporada, mediante la ampliación de las capacidades de estos productos, así como otros de la industria láctea y de conservas, en envases esterilizados de larga duración. No es solo una mejora estética, sino que estos envases contribuyen a asegurar la inocuidad y la calidad nutricional de estos productos que reciben los niños en su más temprana edad, enriqueciéndolos con hierro y vitaminas.

La fortificación de las harinas de trigo con hierro y ácido fólico, contribuye también al Programa Nacional Multisectorial, que bajo la dirección del Ministerio de Salud Pública, tiene como objetivo la prevención y control de elementos carenciales en nuestra dieta.

Las nuevas inversiones permitirán introducir nuevos productos en el mercado, de mayor calidad y presentación.

No todo está resuelto, hoy se buscan alternativas más económicas para envasar el aceite y otros productos.

Desde el punto de vista energético, en 1994 consumíamos 200 t de combustible convencional por cada millón de pesos producidos, hoy se logra con 90 t solamente. El consumo de energía y combustible por unidad se redujo hasta el año 2004 en un 8% anual, el pasado año fue de un 12%, en el primer trimestre de este año de un 14% y con las medidas que hoy venimos adoptando se deben alcanzar reducciones mayores.

Todavía queda mucho por hacer para lograr el uso más eficiente y racional del combustible, no solo con el empleo de motores y nuevos equipos contratados por el país, sino alcanzando en todos los que de una manera u otra están vinculados al uso de este recurso la plena conciencia de la importancia de su ahorro, con una férrea disciplina.

Las inversiones en la Industria Alimenticia no son más que una parte de los recursos que emplea el país en el Programa Alimentario.

En la pasada Sesión de la Asamblea Nacional en diciembre del 2005, se brindó por el Ministerio de la Agricultura una información sobre las inversiones en la avicultura y en el incremento de la producción de carne de cerdo, a lo que se añaden otros objetivos no menos importantes, como el desarrollo y ampliación de los cultivos protegidos y semiprotegidos para el incremento de la producción de vegetales y las importaciones de alimentos, que han permitido ampliar la distribución directa a la población.

Compañeros diputados:

La Cumbre Mundial sobre la Alimentación celebrada en Roma en noviembre de 1996 afirmó «el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre», y los Jefes de Estado o sus representantes prometieron consagrar su voluntad política para reducir en un 50% los más de 800 millones de personas hambrientas.

A los 10 años de celebrada la Cumbre, sus objetivos nada ambiciosos, no se han cumplido y la seguridad alimentaria mundial muestra el siguiente panorama:

El crecimiento sostenido en China y la aceleración de la economía de la India han motivado la reducción de la pobreza en Asia, pero en África subsahariana el número de personas que padece hambre ha aumentado en decenas de millones. La pobreza extrema sigue siendo una realidad cotidiana para más de 1000 millones de seres humanos que subsisten con menos de un dólar por día. Más de 150 millones de niños menores de 5 años tienen un peso corporal inferior al normal. En la primera mitad de la década del 90, Cuba atravesaba la etapa más dura del período especial y en 1993 el aporte nutricional del consumo de alimentos fue inferior a 2000 kilocalorías y 50 gramos de proteínas diarias por persona. En el año 2005, transcurridos 12 años más del bloqueo más criminal y prolongado de la historia y a 9 años de la Cumbre, el consumo diario de proteínas en nuestro país alcanzó 88 gramos y el de energía sobrepasaba las 3300 kilocalorías, que nos sitúa entre los primeros países de Latinoamérica, y que a su vez significa una importante contribución para mejorar nuestros indicadores de salud.

Desde el mismo triunfo de la Revolución cuando nos arrebataron la cuota azucarera y pretendieron dejarnos sin combustible, el propósito principal del imperialismo era rendirnos por hambre.

Cuando perdimos los mercados a inicios de los años 90 y se recrudeció el bloqueo como nunca antes, el propósito principal seguía siendo el mismo.

Se quedaron con las maletas hechas.

No contaron con la resistencia heroica de nuestro pueblo y la firmeza de la Dirección de nuestro Partido, bajo la conducción de nuestro invencible Comandante en Jefe.

Fracasaron, señores imperialistas, la Revolución marcha más firme y vigorosa que nunca y así será siempre.

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