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Foto: Roberto Morejón «La Organización de Pioneros José Martí funciona correctamente, pero podría funcionar mejor», nos dice Sahíly Martínez Paz, una pequeña de 11 años que cursa el sexto grado en la escuela primaria Josué País, en el municipio de Camagüey y elegida como delegada al congreso pioneril.
Está vestida con el uniforme rojo y la pañoleta de igual color. Su buena dicción llama la atención, pero sobre todo impresiona su espontaneidad y cariño por la Organización.
—¿En qué se debe avanzar?
—Los círculos de interés tienen que tomarse más en cuenta, haciendo énfasis en el aprovechamiento de las teleclases. Por ejemplo, el círculo de turismo, debe llevar a los niños a los hoteles y ver de cerca cómo se trabaja con el turista.
—¿Qué te ha enseñado el pertenecer a la Organización?
—Nos inculcan el amor a la patria y el sentimiento antiimperialista. Hemos aprendido los derechos y deberes de los pioneros, nos educan en el amor al trabajo y al saber, nos fomentan las vocaciones.
—¿Crees que con los nuevos métodos los niños aprenden mucho más?
—Hemos aprendido siete, ocho, nueve... muchas veces más. El uso de las tecnologías y de las bibliotecas nos ha ayudado a elevar la cultura y los conocimientos, como parte de la idea de Fidel de convertir a Cuba en el país más culto.
—¿Qué opinas de la calidad de las clases?
—La calidad de las clases se ha elevado gracias a las transformaciones en la enseñanza. En las escuelas primarias los maestros habilitados hacen una micro universidad en las escuelas. Ellos son jóvenes preparados y comparten con nosotros, no solo los conocimientos, sino también se preocupan por cada pionero.
Entre las aspiraciones de esta delegada al congreso está ser merecedora de la condición de militante de la UJC y estudiar la Licenciatura en Periodismo.
No deberíamos extrañarnos cuando en el futuro veamos su nombre en las páginas de nuestra prensa o entrevistando a los pioneros que en el futuro sean elegidos como delegados a congresos similares al que asistirá en los primeros días de octubre.
