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Los jóvenes cubanos hemos nacido todos bajo los efectos del criminal e injustificado bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, que es el más prolongado de la historia de la humanidad. Agravado además porque nos ha correspondido vivir el momento en que ese bloqueo, aprovechando la desaparición del campo socialista y la desintegración de la URSS se hizo más fuerte, y sus efectos fueron más palpables.
¿Cuánto pudiésemos alcanzar los jóvenes cubanos sin este injusto bloqueo? ¿Cuánto hubiésemos construido en este país que posee el sistema más justo y humano sin limitaciones que nos impone esta aberración?
Las implicaciones de esta política están presentes en todo nuestro desarrollo, mucho se pudiese hacer en la reconstrucción y reparación de nuestros centros de estudios, en el completamiento de la bibliografía docente, en el desarrollo científico y tecnológico de nuestro país, en la creación de espacios diversos para la recreación, en la solución de acuciantes problemas materiales que vive todo nuestro pueblo y que tienen un impacto real en el desarrollo de nuestra juventud.
La juventud cubana condena enérgicamente el carácter extraterritorial del bloqueo, institucionalizado y sistematizado por las leyes Torricelli y Helms-Burton, que además de violar la soberanía de terceros estados, ha provocado graves afectaciones a la economía cubana.
Condenamos el Plan Bush, creado con el objetivo de destruir el orden constitucional cubano y recolonizar Cuba y que ha significado una escalada agresiva y brutal hacia el recrudecimiento del bloqueo económico que 10 administraciones norteamericanas han sostenido contra nuestro pueblo.
La historia se repite, los mismos asesinos que mataron al Che hace 40 años, son los que defienden hoy este acto de genocidio contra los cubanos y que intentan, en una nueva actuación extraterritorial del bloqueo, poner freno a los programas cubanos de cooperación internacional, como los de salud, sin importarle en lo más mínimo los millones de vidas que se salvan cada día por nuestros colaboradores.
Y es que los cobardes, siempre les han temido al ejemplo, a ese ejemplo que irradiaba un hombre en La Higuera y al que representan hoy, multiplicado, miles de cubanos en todo el mundo.
Pero del mismo modo que no pudieron asesinar el ejemplo del Che, no podrán bloquear el ejemplo de Cuba.
No les bloquearán jamás a nuestros jóvenes sus sueños y esperanzas.
No les bloquearán jamás a nuestros jóvenes su confianza en la construcción del socialismo y en hacer perdurable nuestra Revolución.
No les bloquearán jamás a nuestros jóvenes sus deseos de luchar por un mundo mejor, más justo y humano.
Mientras más cruel y despiadado sea el bloqueo que pretenden imponernos, más crecerá nuestra dignidad, nuestro ejemplo y nuestros profundos sentimientos antiimperialistas.
¡Vivan Fidel y Raúl!
¡Viva el Partido Comunista de Cuba!
¡Hasta la Victoria Siempre!
