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Lo que la «bestia» no arrasó

Autor:

Marianela Martín González

Imágenes de los estragos de Gustav a su paso por Cuba

La agricultura fue blanco favorito de los embates del huracán en este territorio del occidente cubano

Cuando en La Habana se hable de Gustav tendrá que contarse con el recuerdo de los pobladores de Artemisa y Alquízar, los dos municipios más fustigados por los vientos del huracán. Porque en el primero de estos municipios dejó como saldo solo 66 milímetros de lluvia y en el otro 108, pero las rachas eran «endemoniadas», como muchos describen.

«Fue tremendo. A nosotros nos dejó sin techo, pero dejen que vean cómo dejó los platanales», nos dijo el anciano Augusto Alonso, a quien le dimos un aventón mientras nos dirigíamos a Artemisa.

Ya en ese pueblo supimos que allí no hubo cómo medir los vientos, pero las rachas dejaron un ambiente desolador en las granjas avícolas y en las 70 caballerías de plátano extendidas en su demarcación.

«Ahora hay que fajarse con el hijo, para por lo menos tener plátano dentro de unos cuantos meses», dice el campesino Félix Oseguera, de la Cooperativa de Crédito y Servicios fortalecida Tomás Álvarez Breto, a quien el ciclón le afectó la cuarta parte de sus plantaciones plataneras, que estaba en fase de producción.

Las pérdidas de Oseguera pudieran sobrepasar los mil quintales, pero lo que más le cuesta es volver a la normalidad, porque su finca-jardín parece otra desde el sábado último, en que Gustav quiso acabar con todo lo que luciera verde en la occidental provincia habanera.

«Recuperé 500 quintales. Una parte horas antes de que la ventolera llegara. Después que se fue, no hemos parado, porque hay que seleccionar el que va para Acopio y el que va para consumo animal».

Carlos Pérez López, director de Cultivos Varios en Artemisa, explicó que en el municipio había 52 caballerías de plátano que no rebasaba los tres años, y que por culpa del meteoro en lo que resta de 2008 se pierden cerca de 60 000 quintales de este cultivo y más de 5 000 de frutales.

«Tenemos estrategias claras para recuperarnos. Primero hay que restañar los daños en el plátano en fomento y valorar si amerita la pena rehabilitar las plantaciones viejas. Debemos priorizar, además, los cultivos de ciclo corto, como la col, el boniato y el tomate, para buscar volúmenes productivos en lo que resta de año».

La Habana no renuncia a sus planes

Las afectaciones en la agricultura habanera se concentran en tres direcciones fundamentales, según declaró a JR Julio Gómez Moldón, delegado del MINAGRI en La Habana, quien por orden de complejidad enumeró los cultivos varios, los frutales y la avicultura; y aclaró que, como apenas se registraron inundaciones en las áreas plantadas, no hubo muchas afectaciones en el boniato ni en la malanga.

Detalló que el plátano fue el cultivo más dañado, pues más de 215 caballerías, casi todas en producción, quedaron derribadas totalmente, así como 80 caballerías de yuca fueron removidas, y aunque no se pierdan, obligan a adelantar la cosecha.

«También se dañaron cerca de seis caballerías de semillero de tomate y col, destinadas a las siembras tempranas en el mes de septiembre, situación que compromete en este mes alrededor de 21 caballerías de cultivos de ciclo corto, 20 de tomate y 15 de col. Eso es recuperable; estos semilleros se pueden volver a «tirar» y las producciones no saldrán en el tiempo previsto, pero se podrán ofertar un poco más tarde».

Gómez Moldón estimó que las 215 caballerías de plátano perdidas pueden representar más de medio millón de quintales en lo que resta de año. Pero explicó que de esa cifra ahora se pueden recuperar unos 200 000 quintales para el consumo de la población.

Aunque la Planta de Pienso Líquido de La Habana fue impactada por Gustav, el funcionario aseguró que se trabaja por activarla en el menor tiempo posible, antes de las 48 horas, para que pueda asimilar las producciones no aptas para el consumo humano y convertirlas en alimento animal.

La guayaba fue otro de los cultivos que más sintió la furia del huracán. Cerca de 30 caballerías sufrieron los efectos del desgrane de los frutos y la caída del plátano, ya que estaban intercaladas.

Pese a esta situación, los productores están inmersos en una cosecha rápida, en la cual se clasifica la verde para los mercados agropecuarios y la madura para la industria.

«Hay parles y tenemos el transporte para comercializar la guayaba. Ahora lo importante es agilizar la cosecha para que no se nos pierda», puntualizó el delegado del MINAGRI, quien lamentó que el cítrico, sobre todo la toronja, que entraba en cosecha en septiembre y octubre, también fue víctima del ciclón.

Cerca de 5 000 toneladas de toronja están regadas en los campos, y aunque se está cosechando con prisa, para que se aprovechen en los mercados y se procese en la industria de Pinar del Río, algunas se quedarán en el piso por estar tiernas y ser incompatibles con las moledoras, debido a su escaso tamaño.

Pese a esta situación, en septiembre los habaneros prevén cosechar más de 195 000 quintales de boniato, más de 93 000 quintales de malanga y cerca de unos 30 000 quintales de yuca. «Todos estos productos están ahí, no se afectaron. Ahora quizá haya un poquito más de yuca, por esa que se removió, pero queremos transmitir a la población, que no habrá desabastecimiento, por lo menos de estos cultivos que el ciclón no afectó».

Con el plátano, según Gómez Moldón, la situación será distinta. Ahora va a producirse un abarrote de este cultivo en los mercados, pero a partir del 15 de septiembre, aproximadamente, la provincia no tendrá producción para mantener su presencia en estas.

«El proceso de recuperación no será tan dilatado como ha sucedido en otros eventos de este tipo. La provincia ha venido preparándose y sembrando plátano de forma escalonada.

«Ese plátano que está ahora en fomento, y suma alrededor de 280 caballerías, se afectó porque se le dañó un poco la hoja, pero no tuvo implicaciones significativas, por lo que dentro de seis o siete meses estará produciendo. Sobre marzo estaremos en condiciones de volver a estabilizar su presencia en los mercados agropecuarios, quizá no la misma proporción, pero iremos en ascenso paulatinamente».

Gómez Moldón se refirió a las siembras directas para adelantar la producción de tomate, pimiento, col y otros cultivos, cuyos semilleros fueron perjudicados por Gustav. Recomendó el raleo como alternativa, aunque reconoció que esta técnica lleva un poco más de semilla.

En el caso de la avicultura y el porcino, en Artemisa, por la zona pegada a Candelaria, los techos de las granjas avícolas son testigos de la furia con que Gustav castigó a la más occidental de las provincias cubanas.

Aunque las pérdidas en animales no son significativas, según el Delegado del MINAGRI en La Habana, se perdieron cerca de 106 cerdos, en etapa de cría y preceba, y en la avicultura un poquito más de 20 000 aves, sobre todo en la granja Los Mangos, en Artemisa, donde por un derrumbe total de sus instalaciones murieron 2 000 gallinas, que este mes debían ser sacrificadas, por no cumplir con su propósito como ponedoras.

«No hubo muertes de animales por enfriamiento. Tuvimos las mantas disponibles, en el momento en que más nos golpeó el ciclón, y el huevo recolectado estaba protegido. Ahora tenemos agua en las granjas y cobertura de pienso para cuatro días. No hay razones para un bache brusco en los niveles de producción».

El tabaco no tuvo significativos daños. Toda la capa estaba resguardada y el terminado en las industrias también se protegió. Solamente algunos techos en las naves de curar no resistieron las embestidas.

«Cerca de 20 000 tejas de las naves de curación se desplomaron y se derrumbaron 17 naves en los municipios de Alquízar y San Antonio de los Baños».

La siembra escalonada de diferentes productos en los 19 municipios habaneros, según productores y directivos del MINAGRI, permitirá aminorar los efectos de este gran huracán en el abastecimiento de los mercados.

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