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Alcoholismo y tabaquismo: mezcla fatídica

La suma de ambos malos hábitos determina que se eleve en un rango de 15 la posibilidad de adquirir cáncer bucal, advierte especialista en la clausura del evento Estomatología 2010

Autor:

Luis Hernández Serrano

Fumar multiplica en cinco veces la posibilidad de desarrollar cáncer bucal, y como el alcoholismo lo hace en tres veces, la suma de ambos malos hábitos determina que se eleve en un rango de 15 la posibilidad de adquirir esa enfermedad, explicó el Doctor en Ciencias Julio César Santana Garay, presidente de la Comisión Nacional del Programa de Detección del Cáncer Bucal.

En la jornada de clausura de Estomatología 2010, que durante cinco días sesionó en el Palacio de las Convenciones, con más de 500 delegados de unos 20 países, el especialista apuntó que el mencionado programa preventivo cubano se inició el 9 de agosto de 1982. Argumentó que en esa época se diagnosticaba solo el 22,8 por ciento de pacientes en etapa 1 de la enfermedad, con lesiones menores de dos centímetros.

«De cada cinco personas con ese tipo de cáncer en aquel año, solo uno se detectaba precozmente, pero ya en 1986, solo cuatro años después, eso se invirtió, y de cada cinco se diagnosticaban cuatro en etapa 1», apuntó.

Exhortó a lograr que a nuestro sistema de atención secundaria y terciaria no llegue ningún paciente en etapa 4, sino todos en etapas curables. «En el mundo —aseguró Santana— este tipo de cáncer se descubre entre un 40 y un 60 por ciento en un momento tardío, pues el diagnóstico temprano es escaso, lo mismo en Estados Unidos que en Francia, por ejemplo».

Aclaró que en el Sudeste asiático el cáncer más frecuente es el bucal y la primera causa de muerte. Explicó que en el ámbito mundial figura entre las primeras causas de mortalidad, mientras que en Cuba a veces ocupa el quinto y el sexto lugar.

Especificó que este mal es provocado además de por el hábito de fumar y el alcoholismo, por prótesis mal adaptadas, piezas dentarias cariadas que dañan a la propia encía, traumas, el azote del sol en los labios y una mala higiene.

«Más importante que el diagnóstico temprano es la prevención. Y el cáncer bucal se puede evitar. Se presenta sobre todo en la lengua, en el suelo o piso de la boca, en la mucosa del carrillo, en el paladar y en la encía. Tiene buen pronóstico si se encuentra a tiempo, con lesiones menores a los dos centímetros, pero lo ideal es atajarlo antes de que aparezca», comentó.

Aclaró que las personas pueden autoexaminarse y detectar manchas rojas o blancas y ulceraciones y enseguida acudir al estomatólogo.

«Para tranquilidad de la niñez, la adolescencia y la juventud, esta es una enfermedad de personas adultas. Excepcional en menores de 15 años, poco frecuente antes de los 35, más frecuente después de esa edad y con alta incidencia a partir de los 45 y los 50 años», recalcó.

Es bueno saber —acotó— que la dieta de frutas y en particular de todo tipo de cítricos, es esencial en la prevención del cáncer bucal. Por eso, en los municipios productores y consumidores de naranja, toronja, mandarina, piña, limón y otros cítricos, no se ve este cáncer.

Al intervenir en esta sesión final, el doctor Jorge González Pérez, rector de la Universidad Médica de La Habana, manifestó que la Estomatología es una ciencia complicada y cara, depende mucho de los recursos disponibles, y a veces los tratamientos exigen un volumen grande de materiales y medios.

González Pérez elogió el alto nivel alcanzado por los especialistas de la Estomatología cubana, y dijo que por eso acuden a nuestra patria tantos científicos de distintas latitudes, por la importancia de intercambiar experiencias.

No obstante, dijo, muchos amigos de esta rama que nos visitan vienen a prestar ayuda, como los de Roma y de Sevilla, que nos han apoyado y ayudado mucho.

Recordó que en 1959 había 1 400 estomatólogos y se fueron 700 para Estados Unidos. Puso como ejemplo que mientras en 1984, solo el 35,8 por ciento de los jóvenes de 18 años tenían todos sus dientes, ya en 2006, la cifra se elevó a casi el 90 por ciento.

Recalcó el importante papel de los estomatólogos cubanos en las escuelas y se refirió a la importancia de no perder la dentadura, objetivo para el que trabajan los ya más de 14 000 estomatólogos formados por la Revolución.

«No se puede hablar de calidad de vida si no se trabaja arduamente por la salud bucal», sentenció.

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