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En la primera línea de la continuidad

Se reúnen hoy, por derecho propio, los diputados y diputadas, para constituirse en Asamblea Nacional del Poder Popular y hacer, cada uno y todos, su parte de deber en la construcción colectiva de un sistema político y social socialista cuantitativa y cualitativamente superior. Amarilys Pérez Santana, presidenta de la Comisión de Candidaturas Nacional, habla de los que deben conducir ese proceso

Autor:

Agnerys Rodríguez Gavilán

Hoy es un día muy especial para la mayoría de los cubanos y las cubanas. Una nueva Asamblea Nacional del Poder Popular se instalará este domingo para iniciar el camino hacia un nuevo mandato, una nueva legislatura, una nueva etapa. Tiempo de comienzo y de estrenos, de cambios y transformaciones, de desafíos y compromisos para que Cuba siga siendo la Patria donde puedan vivir más felices sus hijos.

A 118 años de que nuestro pueblo se fuera a la manigua redentora a conquistar su independencia, aquel 24 de febrero de 1895, tras el llamado de Martí y el Partido Revolucionario Cubano, los diputados y las diputadas protagonizarán hoy un acto de legítima y auténtica soberanía popular, en nombre de ese mismo pueblo que no cejó en su lucha hasta alcanzar su sueño de libertad en enero de 1959.

Se reúnen hoy por derecho propio, en el Palacio de Convenciones de La Habana, para constituirse en Asamblea Nacional del Poder Popular y hacer cada uno y todos su parte de deber en la construcción colectiva de un sistema político y social socialista cuantitativa y cualitativamente superior, en interés de la nación, de la comunidad, de los electores que le confirieron su mandato el pasado domingo 3 de febrero, al elegirlos como sus representantes.

No exagero si les digo que mi entrevistada es una de las que más intensamente vivirá la jornada de este 24 de febrero de 2013. Por segunda ocasión, la licenciada en Filología Amarilys Pérez Santana, miembro del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), debe presentarle a los diputados los proyectos de candidaturas para ocupar los cargos de Presidente, Vicepresidente y Secretario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y para ocupar los cargos de Presidente, Primer Vicepresidente, los Vicepresidentes, el Secretario y demás miembros del Consejo de Estado.

Ya lo hizo en el proceso de elecciones generales 2007-2008. Entonces, como ahora, era la Presidenta de la Comisión de Candidaturas Nacional (CCN). Sin embargo, «en esta ocasión siento que la responsabilidad es muy superior a lo que hubiéramos imaginado. No se trata de mí o de nosotros como personas, sino de qué representamos y a quiénes representamos.

«Las comisiones de candidaturas municipales, provinciales y la nacional, integradas en su totalidad por 1 260 compañeros y compañeras, comenzamos a trabajar en la preparación de lo que fue la primera lista de precandidatos a diputados a la Asamblea Nacional desde el 31 de julio de 2012.

«Integradas por representantes de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, de la Federación Estudiantil Universitaria, de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media y de la Central de Trabajadores de Cuba, organización que las preside, tal como lo establece la Ley Electoral, nos dimos a la tarea de conformar una candidatura a la altura de este momento.

«Salieron los 612 diputados del proceso de identificación, que incluyó a cientos de miles de ciudadanos de todos los sectores de la sociedad cubana actual, entre los que se encontraban los diputados actuales, los más de 32 000 candidatos a delegados de base, y personas con prestigio, méritos y reconocimientos a nivel nacional, propuestos en más de 900 plenos de las organizaciones referidas. Y de entre ellos mismos son los candidatos que hoy pondremos a su consideración para ocupar los cargos electivos de la Asamblea Nacional del Poder Popular».

Han sido casi siete meses de trabajo pensando —y actuando— en los diputados, el Parlamento y el Consejo de Estado que necesitan la Revolución, nuestro socialismo, y el pueblo que es su principal protagonista y destinatario, como también lo es de la actualización del modelo económico, el fortalecimiento de la institucionalidad y el perfeccionamiento del funcionamiento del Poder Popular, así como de la implementación de los Lineamientos del VI Congreso del Partido y los acuerdos de su Primera Conferencia.

Es por todo eso —agrega Amarilys— que la responsabilidad es diferente, en un momento de cambios y transformaciones no para romper con la obra de la Revolución en estos más de cincuenta años, sino para consolidarla. Y la hemos asumido desde el más alto compromiso con la ética y los principios de nuestra democracia y sistema electoral, desplegando todas nuestras energías, sensibilidad, humildad, capacidad de escucha, en beneficio de la colectividad.

Prueba de fuego

—Hablemos de la «misión» que tiene este domingo. ¿Los dos proyectos de candidaturas se presentan a la misma vez? ¿Cuál es el procedimiento?

—No. La Ley Electoral establece que primero se realice la nominación y la elección del Presidente, Vicepresidente y Secretario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y luego la correspondiente al Consejo de Estado.

«Una vez constituido nuestro Parlamento, me corresponderá entonces presentarle a los diputados y las diputadas el proyecto de candidatura para ocupar los cargos de dirección de la Asamblea, cuyos integrantes fueron seleccionados de entre ellos mismos, y les explicamos a los presentes los fundamentos que tuvo en cuenta la Comisión de Candidaturas Nacional para considerar que los propuestos reúnen condiciones suficientes para ser su Presidente, su Vicepresidente y su Secretario.

«Te confieso que es un momento de mucha tensión, por la responsabilidad que entraña. En unos minutos se resumirá —y evaluará— el trabajo no de Amarilys, o de la Presidenta, sino de una comisión, de las comisiones de candidaturas en general, trabajo de meses que se intensificó, inmediatamente después del 3 de febrero, día de las elecciones de los diputados y los delegados provinciales…».

—Volvamos a la Sala 1 del Palacio de Convenciones. ¿Presentas el proyecto para ocupar los cargos de dirección del Parlamento y…?

—La Presidenta de la Comisión Electoral Nacional (CEN), la compañera Alina Balseiro, quien dirige la sesión constitutiva de este domingo, preguntará a los diputados y diputadas si desean sustituir a alguno o algunos de los propuestos lo cual, sin dudas, es otra prueba de fuego para nosotros, y otro momento que evidencia el carácter democrático y la transparencia de nuestro trabajo, del proceso y del sistema electoral cubano en general.

«A los parlamentarios se les pregunta, ahora, de manera pública, si están de acuerdo o no con el proyecto de candidaturas que se les acaba de presentar, y ellos tienen el derecho de opinar y ser escuchados. Pero la sustitución de integrantes de la candidatura solo puede acordarse por el voto favorable de la mayoría de los diputados presentes. Así lo establece la Ley Electoral.

«Si eso sucediera, la Comisión de Candidaturas Nacional presentará otra propuesta, la reserva, y se somete a la consideración del plenario. Y si todos están de acuerdo con el proyecto, como esperamos que suceda, corresponde a la Presidenta de la CEN someterlo a la aprobación de todos y todas; luego, los diputados elegirán mediante voto secreto y directo a su Presidente, Vicepresidente y Secretario, quienes lo dirigirán durante el mandato de cinco años que le confirieron los electores a sus diputados y diputadas.

«Nuestra Ley también establece que resultarán elegidos los que hayan obtenido más del cincuenta por ciento de los votos válidos emitidos».

—Electa la dirección de nuestro Parlamento y en posesión de sus cargos, vendría entonces la nominación y elección del Consejo de Estado del mismo modo…

—Sí. E igual los integrantes del proyecto de la candidatura para ocupar los cargos de Presidente, Primer Vicepresidente, cinco Vicepresidentes, el Secretario y demás miembros del Consejo de Estado son seleccionados de entre los 612 diputados. Pero, en este momento, es el recién electo Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular quien informa a los parlamentarios el derecho que tienen a modificar total o parcialmente la candidatura propuesta. Es lo que establece la Ley.

—Usted dijo que debe explicar los fundamentos que se tuvieron en consideración para elaborar cada uno de los proyectos de candidaturas. ¿De qué estamos hablando?

—El Parlamento que hoy se constituirá para una nueva legislatura —y los diputados que lo integran lo saben muy bien— tendrá mucho trabajo en lo referente a la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, y de los acuerdos de la Primera Conferencia del Partido.

«Tendrán que aprobar muchas leyes, decretos-leyes y otros instrumentos jurídicos que garanticen la legalidad de todo lo que se ponga en práctica, como lo será, por ejemplo, la aprobación del nuevo Código de Trabajo…

«Sin duda, será un Parlamento con una alta responsabilidad para el funcionamiento del país, el perfeccionamiento de los órganos del Poder Popular.

«Es por eso que en esta etapa de nuestro trabajo hemos tenido como premisas fundamentales, en primer lugar, la posibilidad, la capacidad de aportar al trabajo de los órganos del Poder Popular y, además, su interpretación del momento histórico.

«Partimos de la calidad en la composición de nuestro Parlamento. Todos los que están tienen méritos suficientes, tienen una amplia trayectoria en su labor, tienen talento, experiencia o resultados destacados en su desempeño, razones por las que fueron elegidos por el pueblo para que los represente ante los órganos superiores del poder del Estado.

«Nosotros estamos pensando en un proyecto que garantice la continuidad de la Revolución, de nuestro sistema socialista, la voluntad de la mayoría de los cubanos…

«En el caso específico de la candidatura para conformar el Consejo de Estado, además de todo lo expresado, consideramos que, como la sociedad y el Parlamento mismos, tiene que haber hombres, mujeres, jóvenes, obreros y profesionales, o sea, que estén representadas las principales actividades económicas y sociales de la Cuba de estos tiempos.

«Otros principios es que estén representados los delegados de base y las organizaciones de masas y políticas del país y, por supuesto, la generación histórica de la Revolución, que son el baluarte de la obra edificada en estos más de cincuenta años».

Con todos y para el bien de todos

—Hemos hablado de proyectos y de reservas. ¿Cómo llegó la Comisión de Candidaturas Nacional a los dos proyectos que presentará hoy?

—El lunes 4 de febrero las comisiones de candidaturas Nacional y provinciales se activaron para entrar en la recta final de su ejercicio, el de reunirse con los delegados provinciales y los diputados para consultarlos sobre quiénes de entre ellos mismos consideraban podían dirigirlos.

«En el caso de los primeros, fueron consultados por medio de entrevistas individuales, hasta el viernes 8 de febrero, dos días antes de que se reunieran por derecho propio para constituirse en las 15 asambleas provinciales del Poder Popular, y elegir a sus presidentes y vicepresidentes; mientras que para conformar los proyectos de candidaturas para ocupar los cargos electivos del Parlamento y el Consejo de Estado, se consultó de manera individual a los diputados hasta el 13 de febrero último.

«Así sucedió cuando debimos preparar los proyectos de candidaturas para ocupar los cargos de presidentes y vicepresidentes de las 168 asambleas municipales del Poder Popular. Entonces, los delegados de base le hicieron saber a las comisiones de candidaturas sus propuestas.

«El proceso fluyó muy bien. Los diputados consultados ejercieron su derecho a opinar, a intervenir de manera directa en la conformación de la dirección del Estado.

«Fue una suerte de diálogo, conversación de tú a tú, durante la cual el único papel de los integrantes de la Comisión de Candidaturas Nacional es informarle los propósitos del encuentro, entregarle las biografías y las fotos de los 612 diputados.

También le recordamos cuáles son las funciones de cada uno de los cargos a elegir, y la importancia de que ellos expresaran con total libertad y transparencia cuáles eran sus propuestas.

«Luego los escuchamos, lo que fue de gran valor para llegar al proyecto final, sobre la base del consenso. Una persona fue propuesta por varios diputados u otras personas, organizaciones o instituciones consultadas. De hecho, hubo muchas coincidencias».

—Entonces, no solo se consultó a los diputados…

—No. Las comisiones de candidaturas tienen la facultad de hacer todas las consultas que consideren pertinentes. Pero su fuente primera y fundamental son los diputados y diputadas recién electos. Y cuando lo creímos necesario solicitamos el criterio de los dirigentes nacionales de las organizaciones de masas y políticas, de los Organismos de la Administración Central del Estado y de otras instituciones.

—En el caso de los diputados, ¿qué valoración hace la Comisión de Candidaturas Nacional sobre las consultas?

—Fueron un momento de reflexión. Pudimos constatar que se emplearon a fondo, mostraron mucha profundidad en sus análisis. Opinaron no solo sobre los candidatos de su preferencia para representarlos y dirigirlos, sino también sobre el proceso de elecciones en general, los desafíos que nos impone la implementación de los Lineamientos o cuestiones que les preocupan.

«Apreciamos que entendían la enorme responsabilidad que entrañaba pensar en quién puede encabezar la dirección de la Asamblea, y mucho más quién puede ser el Presidente o Vicepresidentes del Consejo de Estado. No solamente se veían a ellos mismos haciendo propuestas según su parecer, sino también que encarnaban al pueblo que los eligió el 3 de febrero.

«Ha sido un acto profundo, transparente, directo, democrático, sincero, de mucha responsabilidad, muy ético y honesto que agradecen. Los hubo que vinieron a la consulta con un estudio previo, mientras otros nos pidieron un poco más de tiempo para volver a leer las biografías de todos los diputados, y meditar con calma».

—Más del 60 por ciento de los diputados es de nueva elección…

—El 67,23 por ciento ocupará escaños en nuestro Parlamento por primera vez, o sea, están ejerciendo un derecho que no conocían y no creían que ellos mismos armarían sus propios proyectos.

—Los reelectos suman casi el 33 por ciento. Ellos fueron los veteranos…

—Digamos que sí… Tenían la experiencia de procesos anteriores, y ya saben cómo es, por tanto, vinieron a la consulta con sus propuestas a la mano, o ya habían leído, analizado y estudiado con mucho más tiempo las biografías de todos.

«Y están los delegados de base, que representan el 46,4 por ciento del total de los 612 diputados, que son los que más veces fueron consultados en este proceso. Lo fueron cuando se les preguntó quiénes consideraban que reunían los méritos, las condiciones y la capacidad suficientes para dirigirlos, o sea, para ser los presidentes y vicepresidentes de las 168 asambleas municipales del Poder Popular. Se conformaron los proyectos y luego, cuando se reunieron por derecho propio y se constituyeron en Asamblea, fueron consultados otra vez —en esa ocasión, de manera pública— antes de aprobar el proyecto y entonces, la elección mediante voto secreto y directo.

«En otro momento fueron consultados para que nos hicieran saber de entre ellos mismos —o sea, de entre los 14 537 delegados municipales— quiénes podían ser delegados provinciales y diputados. O sea que, para los 284 delegados de base que son diputados, esta fue la cuarta consulta que les han hecho las comisiones de candidaturas en sus distintos niveles».

—¿Y cómo les fue con los diputados jóvenes?

—Mostraron mucha seriedad y responsabilidad. Su derecho de decidir lo consideraron un honor, un privilegio. A la hora de armar con sus propias manos la dirección del Parlamento y el Consejo de Estado pensaron en los mejores, y eso incluye a gente joven, pero también había total reconocimiento a la generación histórica.

—Podría decirnos cuántas consultas realizaron…

—Consultas no solamente para llegar al día de hoy, aunque están incluidas, te diría que muchas, todas las necesarias. Desde el momento en que iniciamos las consultas de los candidatos para delegados a la Asambleas Provinciales y diputados a la Asamblea Nacional, hasta la conformación de los proyectos que hoy nos ocupan, hemos realizado 1 530 449 consultas.

Las ideas de Fidel

—¿Desde cuándo comenzó el método de la consulta en nuestros procesos electorales con el propósito de preparar y conformar los proyectos de candidaturas para ocupar los cargos que se elegirán hoy?

—La consulta es un método de la Revolución, como dijo Fidel en los contactos del pueblo con sus candidatos a delegados provinciales y diputados, durante el proceso de elecciones generales 1992-1993, y que luego refrendó en su discurso de clausura de la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional, en su cuarta legislatura, y del Consejo de Estado, el 15 de marzo de 1993. Un método que ha continuado Raúl con el consenso del pueblo, ante cada una de las decisiones que ha debido tomar la dirección de la Revolución.

«Fidel habló de que trabajáramos sobre la base de las consultas. Dijo que no podíamos equivocarnos, que las comisiones de candidaturas tenían que tener puntería para escoger al candidato a la presidencia del municipio y para escoger al candidato a delegado de la provincia o al candidato a diputado a la Asamblea Nacional.

«En aquel memorable discurso, como todos los que pronunció, el Comandante delineó el trabajo de las comisiones de candidaturas, no solamente en lo referido a consultar al pueblo acerca de quiénes deberían ser sus delegados provinciales y diputados, sino también definió principios tan importantes como el de la representatividad y los requisitos que deberían tenerse en cuenta a la hora de hacer las propuestas.

«Veinte años han transcurrido de aquel momento y sus ideas tienen plena vigencia, porque además de ser un método democrático, transparente, una innovación nuestra —como él mismo lo denominó entonces—, la consulta nos ha permitido rectificar, cambiar, modificar la idea que teníamos sobre una propuesta, un proyecto. Y de ese aprendizaje, de la experiencia de quienes desempeñaron estas funciones en anteriores procesos, surgió la necesidad —y más que una necesidad, el deber, la obligación—, de realizar todas las consultas pertinentes para conformar un proyecto y también una reserva.

«Estábamos en pleno período especial, recordemos, cuando se decidió utilizar el método de la elección directa de los delegados a las asambleas provinciales y de los diputados nacionales, lo que se consideró un cambio profundo en la forma de elegir nuestros órganos del Poder Popular.

«Fidel dijo que era un desafío muy grande, pero se hizo. Nuestro pueblo inició un camino enteramente nuevo, una experiencia sin referentes que desde entonces se convirtió en una “característica extraordinariamente democrática de nuestro proceso, por la forma de elección o de selección de los candidatos”».

«Fue Fidel quien insistió en la calidad de las candidaturas, en que los méritos, la experiencia, el talento, la capacidad de aportar, debían ser lo más importante. Y también habló de la importancia de la presencia del médico, del deportista, el obrero, el joven, el estudiante, personalidades destacadas, la representación de la base, no solamente en nuestra Asamblea Nacional sino también en el Consejo de Estado, lo cual solo sería posible por el proceso de consulta que realizan las comisiones de candidaturas.

«De esa fuente, y de la experiencia de estos años, de las normas y procedimientos establecidas por las máximas autoridades electorales de la nación, bebieron las comisiones de candidaturas que han trabajado en el actual proceso para tener —como entonces expresó el jefe de la Revolución— una Asamblea de primera línea.

«En mi modesta opinión, creo que hemos trabajado sin descanso por una candidatura de calidad, como Fidel nos pidió en 1993».

—¿Qué espera de los que resulten electos para ocupar los cargos de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, y de los 612 diputados en general?

—Que trabajen incansablemente por y para el pueblo, inspirados en las ideas de Martí y de los héroes de la Patria, y muy especialmente en las de nuestro Comandante en Jefe.

«Como él mismo afirmó hace casi veinte años atrás —y cito—, “la historia nos juzgará no por lo que hayamos hecho antes, sino por lo que hagamos ahora en estas circunstancias. Nadie tiene que sentir envidia del 68 ni del 95, ni de la época del Moncada, de la Sierra Maestra, de Girón y de otros episodios grandes de la historia de nuestro país, porque vivimos en el 68, vivimos en el 95, vivimos en el Moncada, vivimos en la Sierra, vivimos en Girón, vivimos en la Crisis de Octubre y estamos defendiendo ahora lo que en cada uno de esos episodios se defendió con tanta lucha, con tanto sacrificio y con tanta sangre”.

«Tenemos un Parlamento con lo mejor de un pueblo heroico, que ha defendido a la Revolución del imperialismo, que ha luchado por más de cinco décadas contra el bloqueo norteamericano.

«Los que hoy resulten electos para ocupar los cargos de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, tienen el deber de honrarlos y garantizar la continuidad de nuestra Revolución, de nuestro socialismo».

¿Quiénes son los diputados?

La nueva Asamblea Nacional del Poder Popular que hoy se constituye estará integrada por 612 diputados y diputadas, de los cuales el 78,10 por ciento nació después del triunfo de la Revolución en 1959, y el 67,23 por ciento por vez primera ocupará un escaño en el órgano supremo del poder del Estado.

De ellos, el 82,68 por ciento tiene nivel superior; el 48,86 por ciento son mujeres; los jóvenes hasta 35 años son el ocho por ciento; y la edad promedio es de 48 años.

El 46,4 por ciento de los parlamentarios son delegados a las asambleas municipales del Poder Popular, o sea representantes de la base, tal como lo establecen la Constitución y la Ley Electoral en lo referente a la composición de la Asamblea Nacional.

Más del 30 por ciento está vinculado de manera directa a la producción y los servicios, entre los que se encuentran obreros, campesinos, cooperativistas, maestros, médicos, científicos, escritores, artistas, deportistas, representantes de la prensa, la Radio y la Televisión, jefes directos de entidades productivas, técnicos y especialistas.

También lo integran estudiantes, líderes religiosos, combatientes de las FAR y el Minint, dirigentes de entidades empresariales, dirigentes políticos, representantes del sistema del Poder Popular y otros dirigentes administrativos.

El 37,09 por ciento son negros y mestizos; el 16,83 por ciento tiene nivel medio superior, mientras que medio básica con el 0,49 por ciento, y el grupo poblacional de mayor presencia es el que oscila entre los 36 y los 50 años de edad.

De las 7 877 906 boletas depositadas en las urnas el domingo 3 de febrero para la elección de los parlamentarios, 7 418 522 resultaron válidas, lo que representa el 94,17 por ciento; y, de ese total de votos válidos, 6 031 215 cubanos y cubanas decidió por todos los candidatos que aparecían en su boleta, o sea el 81,29 por ciento, mientras que 1 387 307 de los electores ejerció un voto selectivo, para el 18,7 por ciento.

La Asamblea Nacional del Poder Popular

La Asamblea Nacional del Poder Popular es el órgano supremo del poder del Estado, representa y expresa la voluntad soberana de todo el pueblo, y es el único órgano con potestad constituyente y legislativa en la República.

Es elegida por un término de cinco años. Al constituirse para una nueva legislatura, elige de entre sus diputados a su Presidente, al Vicepresidente y el Secretario; y también elige, de entre sus diputados, al Consejo de Estado, integrado por un Presidente, un Primer Vicepresidente, cinco vicepresidentes, un secretario y veintitrés miembros más. El Presidente del Consejo de Estado es jefe de Estado y jefe de Gobierno.

El Consejo de Estado es responsable ante la Asamblea Nacional del Poder Popular y le rinde cuenta de todas sus actividades.

Las leyes y acuerdos de la Asamblea Nacional del Poder Popular se adoptan por mayoría simple de los votos, salvo cuando se refieran a la reforma de la Constitución.

La Asamblea Nacional se reúne en dos períodos ordinarios de sesiones al año y en sesión extraordinaria cuando lo solicite la tercera parte de sus miembros, o la convoque el Consejo de Estado.

Los diputados a la Asamblea Nacional tienen el deber de desarrollar sus labores en beneficio de los intereses del pueblo, mantener contacto con sus electores, oír sus planteamientos, sugerencias y críticas, y explicarles la política del Estado. Así mismo rinden cuenta del cumplimiento de sus funciones y pueden ser revocados de sus cargos de no cumplir con el mandato de sus electores.

El Consejo de Estado es el órgano de la Asamblea Nacional que la representa entre uno y otro período de sesiones. Tiene carácter colegiado y, a los fines nacionales e internacionales, ostenta la suprema representación del Estado cubano.

El Consejo de Ministros es el máximo órgano ejecutivo y administrativo y constituye el Gobierno de la República; y está integrado por el Jefe de Estado y de Gobierno, que es su Presidente, el Primer Vicepresidente, los Vicepresidentes, los Ministros, el Secretario y los demás miembros que determine la Ley.

El Presidente, el Primer Vicepresidente, los Vicepresidentes y otros miembros del Consejo de Ministros que determine el Presidente, integran su Comité Ejecutivo.

El Consejo de Ministros es responsable y rinde cuenta, periódicamente, de todas sus actividades ante la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Atribuciones del Consejo de Estado

Son atribuciones del Consejo de Estado: disponer la celebración de sesiones extraordinarias de la Asamblea Nacional del Poder Popular; acordar la fecha de elecciones para la renovación periódica de la Asamblea Nacional del Poder Popular; dictar decretos-leyes, entre uno y otro período de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular; dar a las leyes vigentes, en caso necesario, una interpretación general y obligatoria; ejercer la iniciativa legislativa y disponer lo pertinente para realizar los referendos que acuerde la Asamblea Nacional del Poder Popular.

El Consejo de Estado también decretará la movilización general cuando la defensa del país lo exija y asumir las facultades de declarar la guerra en caso de agresión o concertar la paz, que la Constitución asigna a la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuando ésta se halle en receso y no pueda ser convocada con la seguridad y la urgencia necesarias.

Le compete también sustituir, a propuesta de su Presidente, a los miembros del Consejo de Ministros, entre uno y otro período de sesiones de la Asamblea Nacional; impartir instrucciones de carácter general a los tribunales a través del Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular; impartir instrucciones a la Fiscalía General de la República, y designar y renovar, a propuesta de su Presidente, a los representantes diplomáticos de Cuba ante otros Estados.

El Consejo de Estado además, otorga condecoraciones y títulos honoríficos; nombra comisiones; concede indultos; ratifica y denuncia tratados internacionales; otorga o niega el beneplácito a los representantes diplomáticos de otros Estados; suspende las disposiciones del Consejo de Ministros y los acuerdos y disposiciones de la Asamblea Locales del Poder Popular que no se ajusten a la Constitución o a las leyes, o cuando afecten los intereses de otras localidades o los generales del país, dando cuenta a la Asamblea Nacional del Poder Popular en la primera sesión que se celebre después de acordada dicha suspensión.

Por último, está facultado para revocar los acuerdos y disposiciones de las Administraciones Locales del Poder Popular que contravengan la Constitución, las leyes, los decretos-leyes, los decretos y demás disposiciones dictadas por un órgano de superior jerarquía, o cuando afecten los intereses de otras localidades o los generales del país; aprobar su reglamento y las demás que le confieran la Constitución y las leyes o le encomiende la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Todas las decisiones del Consejo de Estado son adoptadas por el voto favorable de la mayoría simple de sus integrantes. Y el mandato confiado al Consejo de Estado por la Asamblea Nacional del Poder Popular expira al tomar posesión el nuevo Consejo de Estado elegido en virtud de las renovaciones periódicos de aquella.

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