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CIEGO DE ÁVILA.— En el ser o el no ser de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) se encuentra el anhelado detalle de ser sistemáticos y buscar iniciativas que logren motivar al estudiantado a ser partícipes de su tiempo. Dicho en boca de los mismos estudiantes: o las verdaderas discusiones se hacen en la brigada o estas se harán de todas maneras en el pasillo.
En esos términos se expresaron los delegados de la Universidad de Ciencias Pedagógicas (UCP) Manuel Ascunce Domenech, de Ciego de Ávila, en su asamblea VIII Congreso, proceso en el cual se sometió a crítica el funcionamiento interno de la organización y su capacidad para realmente agrupar y representar las inquietudes de su membresía.
Lo peculiar del caso —así reconocido por los delegados— es que en esa casa de altos estudios existen las condiciones para que el estudiantado desempeñe un papel más protagónico, más aún cuando hay una identificación grande entre los jóvenes, sus profesores y la dirección, y cuando existe un diálogo, que se extiende incluso a las preocupaciones y situaciones de los estudiantes.
«Si aquí tenemos esas condiciones, si constantemente nos están escuchando, ¿por qué la FEU no es más activa y no se hace sentir con más fuerza entre sus miembros?», se preguntaba Yined González Rodríguez, miembro del secretariado provincial de la organización y estudiante de Marxismo Leninismo e Historia de la Universidad Pedagógica.
«Sencillamente —agregó—, hoy muchas de las discusiones verdaderas se están realizando en los pasillos y no en las brigadas, porque en estas no se crea el espacio para esos intercambios de criterios. Uno de nuestros problemas principales, creo yo, es que no somos sistemáticos y a veces el dirigente que tenemos es el que dio el paso al frente, pero no es el idóneo».
Más que una palabra, ese concepto —el de la sistematicidad— puede ser la pieza para entender unas cuantas dolencias de la organización. Sobre todo cuando se escuchan los reclamos de los estudiantes por conocer mejor la historia de la FEU, algo que se viene diciendo desde hace bastante tiempo, y que en parte se soluciona cuando existe participación, la cual en la actividad diaria propicia las soluciones a las incógnitas, como el origen de la organización.
Pero antes hay que motivar. Lisandra Corona Oliveros, presidenta nacional de la FEU, señaló que uno de los temas que reclama la atención del estudiantado es el rendimiento docente, el cual es una de las causantes para la baja de numerosos jóvenes en la Educación Superior.
El asunto, por supuesto, no es extraño en la UCP de Ciego de Ávila. Los reunidos así lo reconocieron. Jóvenes como, por ejemplo, Roberto Card, de Lenguas Extranjeras; Marianne Nápoles, de la Facultad de Ciencias, y Reynier Landa Crespo, de Matemática-Física, señalaron que el tema del rendimiento docente pasa por la responsabilidad del profesor, pero en primera instancia con el compromiso del estudiante.
En ese sentido propusieron crear una emulación, en la que esté de por medio la amistad y se aleje al egoísmo, para crear motivaciones en el estudio y convertir el conocimiento en una fiesta y no en la tarea de penitencia con que muchas veces se ven los trabajos de clase. Algo que debe ser una continuación de la formación vocacional en una especialidad como el magisterio, sometida a un éxodo persistente en la provincia avileña.
Betsy Martínez, estudiante de quinto de año de Física-Matemática, expresó: «Si se imparten clases dinámicas y que motiven, ese será el tipo de docencia que haremos nosotros en el futuro. Haremos con nuestros estudiantes lo que hoy hacemos en las aulas. Por eso hay que superar la rutina y la FEU tiene que desempeñar un papel en crear esas motivaciones». Y concluyó: «Eso no puede ser por embullo».
Los estudiantes eligieron a sus delegados al Congreso, responsabilidad que recayó en Yudelmis Hernández Simón, presidenta de la FEU en el centro y estudiante de Educación Primaria; Leyanis Moreno Rodríguez y Jassiel Delgado Issac, ambos de Español-Literatura, y Reynier Dimas Rosas, de Marxismo-Leninismo e Historia.
